Tal y como está el empleo entre los jóvenes en nuestro país, se antoja cada vez más crucial la elección tanto de carrera como la universidad donde cursarla. En Segovia, la privada IE University se postula como una baza de enorme seguridad en la dura pugna por la consecución de un trabajo. Una afirmación avalada por estudios como el que ha presentado la revista británica especializada en educación superior Times Higher Education, que el jueves pasado hizo público el informe ‘Global Employability University Ranking 2026’, en el que el centro educativo segoviano sale muy bien parado. La IE University ocupa el puesto 17 a nivel mundial y el número uno en España en empleabilidad de sus antiguos alumnos.
Massachusetts Institute of Technology (MIT) encabeza el listado, seguida en el podio por la Universidad de Stanford y la California Institute of Technology. Se trata de un ranking efectuado anualmente que evalúa la opinión de reclutadores internacionales sobre la empleabilidad de graduados de más de 1.000 universidades de todo el mundo. En concreto, según informa la universidad madrileña con campus en Segovia, este ranking de 2026 ha analizado un total de 119.967 votos procedentes de 12.350 directivos de 32 países, unos números que muestran una magnitud suficiente como para darle credibilidad al mencionado estudio. Entre sus parámetros, además de la excelencia académica del profesorado, su capacidad para adaptarse al nuevo entorno tecnológico o la innovación.
El equipo de ‘Talent & Careers’ de IE University colabora con reclutadores internacionales que necesitan incorporar talento altamente cualificado a sus organizaciones, comentan desde el centro universitario. Como dato muy significativo, más de 80.000 antiguos alumnos de IE University ocupan puestos de responsabilidad directiva en 185 países, más nacionalidades incluso de las que tienen presencia en su alumnado.
El trabajo soñado
En ocasiones, ese empleo al que se accede después de los estudios universitarios va más allá, en el sentido de que no es un trabajo como otro cualquiera sino que se trata del soñado por cualquier profesional, además conquistado desde los albores de una trayectoria. Es el caso de Irene Lozoya y Javier Martín, dos ex de la IE University de brillante currículum académico y que residen en Nueva York como parte del organigrama de dos firmas punteras a nivel mundial, cada una en su ámbito. Así, Irene, que estudió Administración de Empresas, trabaja para J.P. Morgan Chase, el banco de inversiones más importante del mundo atendiendo a la capitalización. Por su parte, Javier, tras terminar Arquitectura, desempeña su labor en el estudio Grimshaw Architecs, considerado uno de los más vanguardistas a nivel planetario en el uso de nuevas tendencias y tecnología, ubicado también en la calificada como ‘ciudad que nunca duerme’. Casi se podría decir, aunque tengan ya años de rodaje, que ambos están iniciando sus carreras profesionales con la cúspide como punto de partida, los dos en la ciudad de los rascacielos.
La historia de Irene Lozoya, natural de Segovia, es poco común. Antes de concluir la carrera en la IE University, que finalizó con una media de sobresaliente, ya tenía un contrato nada menos que con J.P. Morgan en Londres, un logro prohibitivo incluso para los alumnos más fiables. Junto a otros 18.000 estudiantes se presentó a un proceso de selección con premio para 400 después de exigentes pruebas que ella superó. Aquello supuso trabajar diez semanas en la sede de Londres del banco de inversión norteamericano y lo hizo a tal nivel que la ficharon como analista fija.
Irene, de 29 años,estudió en el IES María Moliner segoviano antes de acceder a una beca de la Diputación de Segovia y la propia IE para matricularse en Administración de Empresas en el mencionado centro. Unos estudios que incluían prácticas en el grupo Arcano de Madrid y en One to One Capital, dos empresas de reconocido prestigio, además de J.P. Morgan, en la City de Londres, el centro neurálgico de negocios del Reino Unido. Antes cursó un semestre en la Universidad de Cornell (Nueva York), donde se especializó en el mundo de las mujeres emprendedoras, efectuando además un estudio para la Cámara de Comercio de Segovia como preludio a su trabajo de fin de carrera.
Javier Martín no nació en Segovia como sus padres y abuelos, lo hizo en Jaén, pero cuando tenía 12 años su familia se trasladó a la localidad segoviana. Estudió Bachillerato en el IES Giner de los Ríos, con notas muy plausibles. Cuando sus estudios universitarios de Arquitectura apuntaban hacia Madrid, su madre intercedió para que buscara becas de la Diputación y la IE, al igual que Irene, consiguió una y descartó el viaje a la capital española. Antes de ‘cruzar el charco’ realizó prácticas en el estudio AL_A, de la prestigiosa arquitecta Amanda Levete, pasó cuatro meses en Barcelona en el EMBT de la italiana Benedetta Tagliabue y puso rumbo a las antípodas (Sídney) como alumno de intercambio en su innovadora Universidad Tecnológica. El trabajo soñado, como el de Irene, vendría después.
“Adaptamos el diseño a la gente”
Javier Martín De La Fuente, Arquitecto, diseñador y BIM Specialist en Grimshaw Architecs, Nueva York
Javier Martín es consciente de que tendrá que agradecerle a su madre de forma perenne una decisión de esas que transforman una vida, porque fue ella la responsable de que se matriculara en la IE University cuando ya se dirigía a Madrid. Jienense de nacimiento pero de familia y arraigo en Segovia, comenta desde Nueva York cómo es vivir y trabajar allí para uno de los estudios de arquitectura más innovadores del planeta.
—Sería incorrecto decir que eres solo un arquitecto o un diseñador, cuéntame que es eso de ser un BIM Specialist.
—BIM quiere decir Building Information Model. En el mundo de la arquitectura, cuando diseñamos los proyectos, creamos unos modelos en 3D con mucha información (materiales, precios, logística de construcción…) y en esta empresa soy el especialista del control de esos modelos y las entregas a los clientes.
—Hablamos del estudio de arquitectura Grimshaw Architecs, de Nueva York, no es mal sitio. Un estudio británico de los más innovadores del mundo.
—Sir Nicholas Grimshaw, fallecido hace poco, lo fundó en Londres en los ochenta. Es conocido por sus proyectos disruptivos para la época, combinando diseño industrial con arquitectura moderna. Le fue muy bien y ahora somos una multinacional con oficinas por Estados Unidos, Europa, Australia, Dubai…, por todo el mundo.
—Y ahora que vivimos en la época de la Inteligencia Artificial, ¿se ha notado mucho el cambio en tu sector?
—Sí, sí. Es de lo que hablan todos supongo que en todas las industrias. En nuestro mundillo estamos emocionados por ver dónde nos lleva, pese a que la construcción y la arquitectura suelen adoptar la tecnología de forma más lenta que otras industrias ya que construyes algo físico, con proyectos a largo plazo, pero ya estamos ahí con la IA integrada en los programas, inversión en investigación, etc.
—Entiendo que la firma esté muy enfocada a esa palabra tan manida hoy de la ‘sostenibilidad’, pero, ¿podrías explicar lo del enfoque humano?
—Es sobre el hecho de concebir el buen diseño, es decir, que sea algo que va servir al usuario. Muchos de los proyectos que tenemos son públicos, con un número elevado de usuarios como una estación de tren, aeropuerto, con millones de personas pasando por allí, así que enfocamos el diseño para el beneficio de la gente.
—Que se adapten bien al uso de las personas…
—Sí, por ejemplo, en un aeropuerto, que las personas sepan por intuición hacia dónde dirigirse, que el diseño te aporte una buena experiencia.

—Volvamos atrás en el tiempo. ¿Cómo fue tu paso por la IE University aquí en Segovia?
—Pues muy bien. Mi familia es de allí pero yo, cuando estaba en el instituto, no conocía la IE, fue algo que me descubrió mi madre porque yo iba a estudiar Arquitectura en la Politécnica, en Madrid.
—Es tu madre la que te dice que te informes de las becas de la Diputación y la IE.
—Efectivamente. Ella se enteró de lo de las becas y pensamos en informarnos más. Mi madre hizo un tour en la Universidad, la atendieron muy bien y creyó que era mejor opción. Como yo confío en ella pensé que era una gran oportunidad, además por el hecho de que fuera todo en inglés, aunque costara más pese a que llevaba toda la vida estudiando inglés porque sabía que me brindaría más oportunidades en el futuro. Estuve cinco años en el campus de Segovia, al que he visto expandirse. Muchos españoles y compañeros de todo el mundo, fue una gran experiencia. Abres los ojos, viniendo de una familia de clase trabajadora de Segovia. El segundo año hice prácticas en Londres, el tercero en Barcelona, un semestre en Australia (Sídney) y en Nueva York las últimas.
—Tendrás que agradecerle a tu madre toda tu vida aquella decisión, viendo las salidas laborales que tiene la IE…
—Son decisiones que en su momento no les das importancia pero que con el tiempo te das cuenta de que te cambian la vida.
—¿Cómo llegas a Grimshaw?
—Porque estuve antes casi cinco años en Shop Architecs. El marido de una compañera trabajaba en Grimshaw y estaban contratando perfiles más tecnológicos.
—¿Qué tal la vida por New York, los alquileres asequibles, no?
—Claro, claro, por 5 euros lo tienes, jaja. Cada año va peor, pero, si quieres estar en esta ciudad, es así. Es la parte mala. La buena es que tienes todo lo que puedas imaginar y a cualquier hora: comida, actividades, cultura…, aunque a veces te arrepientes por el precio.
“Mis padres me mantienen con los pies en la tierra”
Irene Lozoya Perela, ‘Banker’ en J.P. Morgan, Nueva York
Bastan dos minutos de conversación con la segoviana Irene Lozoya para corroborar que la exestudiante de la IE University disfruta y entiende su profesión, nada menos que en uno de los bancos punteros del mundo, J.P. Morgan, en Nueva York.
—¿Cómo transcurre la vida por Nueva York?
—Pues muy bien. Estoy de aniversario, que cumplo once años con mi marido, que es alemán y lo conocí en Segovia en segundo de carrera. Él trabaja en Bank of America, los dos teníamos mucho interés por la banca de inversión y Wall Street y siempre nos hemos ayudado el uno al otro. Así que estoy muy bien acompañada aquí. Luego tengo que ir a la oficina, que hay que trabajar un poco. Es la otra cara de esto, el esfuerzo que supone.
—Y yo que pensaba que solo los periodistas y algunas profesiones más trabajábamos los fines de semana.
—Jaja. Es un no parar constante, muy intenso. Es un trabajo que requiere todo de ti. También los fines de semana. Esa es la parte mala, pero se compensa con las exposiciones que tienes a las grandes fortunas de Estados Unidos, familias millonarias.
—Debe ser una gran responsabilidad, tanto hacia el cliente como al propio banco.
—Exacto. La palabra es ‘exigencia’. Te requieren que estés siempre en tu ‘top’ de juego, como dicen en USA. Manejo patrimonios de clientes de Nueva York y me enfoco a los vectores de biotecnología y el área de belleza y salud.
—¿Qué hace exactamente un ‘banker’?
—Somos lo que llaman un ‘family office’. Las familias vienen y les damos consejos de inversión, si quieren vender su empresa o comprar otra les ponemos en contacto con otros sectores del banco. Les facilitamos que conozcan personas en su industria porque estamos muy bien conectados y vemos sinergias. Les ayudamos con préstamos y créditos, por ejemplo si quieren comprar un edificio en Nueva York, etc.

—Ahora hay mucha incertidumbre en el mundo de los mercados a nivel mundial. Trump y sus aranceles, las guerras…
—Sí, pero al mismo tiempo en Estados Unidos el mercado está en máximos históricos. Es un gran momento para invertir. Intentamos preparar a los clientes para una potencial caída, por ejemplo del SP-500. Hay miedo a una bajada, o que estalle la burbuja de la IA. Yo busco inversiones a largo plazo, que no haya que mirar el mercado todos los días sino que se sostengan ante esa volatilidad. Hay que saber manejar los roles de los clientes, porque los tengo de 23 años, 40 y 82, cada uno con necesidades de inversión diferentes. Busco que haya mucha confianza con ellos, conocer bien a la familia, su patrimonio, es personalizado.
—¿Y el factor suerte influye?
—Sí, pero nuestro trabajo es intentar que influya lo menos posible. Nadie tiene una bola de cristal y hay incertidumbre en lo geopolítico. Todo el día estamos pensando es minimizar ese riesgo, analizando escenarios, simulaciones con sus patrimonios para aconsejarles.
—Ahora se habla del oro.
—Pero tiene que ser diversificando la inversión. Es una inversión refugio, por ejemplo ahora que se prevé que el dólar pierda peso. Es muy personal.
—Has mencionado una palabra que es clave: ‘diversificar’, no poner todo el dinero en un único destino.
—Cien por cien. Yo casi nunca recomiendo un portafolio con una cartera de valores no diversificada.
—El choque de la Gran Manzana no fue tan grande porque ya tenías bagaje internacional.
—Claro. Si hubiera venido de Segovia directa a este trabajo hubiera sido el choque de mi vida. Fue paulatino y antes pasé por Londres cinco años.
—Es obvio que fue una buena opción elegir la IE University.
—Lo tenía súperclaro desde el Bachillerato. Tenía que hacer algo distinto para diferenciarme. En la IE enseñan más práctica y con profesores que trabajaron y trabajan en las empresas y te ayudan.
—Imagino que serás el orgullo de la familia…
—Mis padres están muy orgullosos, me mantienen con los pies en la tierra y yo me lo tomo siempre con humildad. Me ha costado mucho llegar hasta aquí y es un sitio difícil para quedarse muchos años. Agradezco a la gente que me ha ayudado: amigos, familia, o a mi marido, que nos casamos en USA y en 2026 lo haremos en Segovia.
—E imagino también que la gente te dará mucho la lata preguntándote dónde invertir…
—Sí, bueno, pero es la mejor pregunta que me pueden hacer y disfruto contestando y ayudando.
