Aunque hay alguna excepción, los comerciantes de la calle Blanca de Silos y la zona de Santa Eulalia se sienten abandonados por el Ayuntamiento. Basta un pequeño paseo por allí para percatarse de que la estructural crisis del pequeño negocio se ahonda en este escenario pues los planes del Gobierno municipal están teniendo el efecto contrario al que se pretendía. Se cumple un año desde que se peatonalizó dicha calle, además de la realización de algunas mejoras, pero esa actuación si no va acompañada de otras no tiene consecuencias positivas para estos pequeños empresarios que se ven desprotegidos y lamentan que sus quejas no sean atendidas.
Entre esos planes consistoriales destacaba la construcción de un parking para los autobuses turísticos en lo que hoy es un descampado sin uso y antes era hogar del antiguo regimiento de artillería en la calle Coronel Rexach, una solución que sería doble pues pondría fin a los inacabables conflictos que suponen las paradas de este tipo de vehículos en el final de la Vía Roma, justo al lado del Acueducto. Pero los dueños de los establecimientos desconfían, además de por el retraso de esta iniciativa, por el hecho de que los touroperadores soltarán a las mareas de turistas junto al icónico monumento emblema de la ciudad y será únicamente el conductor quien se dirija al mencionado aparcamiento.
A mediados de septiembre, el alcalde José Mazarías pidió calma y tiempo para que estos planes sean probados con la suficiente capacidad como para adoptar nuevas medidas, entre ellas revertir unos cambios en el tráfico que no son del agrado de los vecinos y los propios comerciantes. Desde el Ayuntamiento se publicitó que ese parking de los autobuses turísticos implicaría una doble vía de tránsito para que los viajeros caminen por la zona comercial hacia el Acueducto, bien subiendo por Coronel Rexach o bajar por allí y pasar por Blanca de Silos, donde sus comerciantes no lo tienen nada claro.

Pilar Lázaro
Hemos buscado dos de ellos con suficiente historia en el barrio como para tener una amplia perspectiva en el tiempo. Como Pilar Lázaro, responsable de la colchonería ‘Beds’. Preguntada sobre cómo les ha cambiado su situación desde que la vía se convirtió en peatonal, contesta que han comprobado que desde que no hay tráfico por la calle también hay menos afluencia de peatones. “No entendemos que no puedan convivir el tráfico de vehículos con unas aceras que ahora son más anchas. Nos han quitado contenedores, carga y descarga, aparcamientos, muchos servicios. Estamos de acuerdo con que la obra hacía falta y la calle ha ganado, saneamiento, tuberías, etc., pero creemos que puede haber esa convivencia como sucede en José Zorrilla o en la calle Buitrago”.
Pilar añade que es absurdo, como le comentan muchos vecinos, el desvío de tráfico que se hizo por las calles de atrás, más adoquinadas y con giros complicados cuando su calle sería mejor opción porque ahora está más preparada pese a que protesta por los patinetes que ponen en peligro a los viandantes. “Cada vez se cierran más comercios. No se puede seguir así. Es paradójico que se realice una obra con fondos europeos para revitalizar el comercio y ha tenido el efecto contrario, sobre todo por la decisión de quitar el tráfico. Los coches pasan y te ven y eso es continuo. Sin coches caemos en el olvido. Veo imposible que alguien quiera venir aquí a montar algo cuando le va a costar muchísimo hacerse ver, porque esto es como una isla, no es una prolongación de una calle importante como la Avenida del Acueducto, por ejemplo”.
Respecto al plan de los autobuses turísticos en el antiguo regimiento de artillería, ella no lo tiene muy claro. Primero porque duda de que allí apearían los turistas, les dejarían en el Acueducto. Y segundo porque cree que eso no sería suficiente: “Tú dime a mi cuántos colchones les venderé a los chinos. El turismo demanda otro tipo de comercio que no es el de esta calle, hay que separar el comercio de los servicios”. Separa también, argumenta, las opiniones de vecinos que viven allí y se han beneficiado del menor ruido del tráfico, o la de comercios que están en los extremos de la calle y sí tienen más movimiento cercano de vehículos e incluso aparcamiento. “A los que estamos en el interior ahora no nos ve nadie”, se queja Pilar, que hace 29 años abrió el negocio, del que dice tener una clientela adquirida a pulso con el tiempo aunque ahora se le han incrementado los costes, como apunta, porque debe plublicitarse más para no caer en el olvido. “Hemos hablado alguna vez con el concejal, pero sin consenso, nos cuentan lo que van a imponer. Pedimos que se permita un parking para coches en el regimiento y nos remiten al de José Zorrilla, que está lejos”.

Miguel Ángel
Miguel Ángel suma 45 años trabajando en ‘Calzados Juanjo’, una zapatería de la calle Blanca de Silos que precisamente tiene otra justo al lado que ha cerrado. “Nos han dejado totalmente aislados, pero no solo a nosotros, a todo el barrio le está perjudicando. Nos dijeron que iban a estudiar lo de la peatonalización durante un año pero yo creo que eso ya ha caducado y no se puede dilatar esto más porque se lo van a cargar todo”, confiesa.
Miguel Ángel alerta de que el negocio tiene menos visitantes desde entonces. “Vamos cayendo en el olvido porque antes pasaban coches y nos veían. Por aquí pasa muy poca gente andando, durante muchas horas del día está la calle prácticamente desierta y no nos ven, además de que prefieren ir a sitios más cómodos donde comprar. La idea era fomentar el comercio y han hecho todo lo contrario, destruirlo”, continúa el comerciante, que al igual que Pilar sí agradece algunos arreglos que se acometieron para poner fin a las numerosas averías sufridas. “El tiro ha salido por la culata. Nos sentimos abandonados e intentamos subsistir”, describe Miguel Ángel, que tampoco se fía del plan del aparcamiento de autobuses turísticos porque cree que a los turistas los dejarán antes en el Acueducto. “Apuesto y seguro que ni pierdo. Los dejan en el centro y vendrá el señor conductor a aparcar sin nadie. Nos hemos quejado mucho pero ya hagan lo que hagan será tarde para estos negocios y para la calle. Hay personas mayores que van con linterna en alguna zona de la calle porque el alumbrado es insuficiente, cuando es una obra que está nueva. Hacen falta tres o cuatro puntos de luz más, los hemos pedido un montón de veces y no nos hacen caso porque es como dar con un frontón. ¿Cómo puede haber quedado así”, se cuestiona Miguel Ángel, quien da gracias de contar todavía con clientes de toda la vida le siguen comprando.

Aitor Romero
Y como nunca llueve a gusto de todos, también hay quien valora positivamente la peatonalización de la calle y no se siente perjudicado, como es el caso de Aitor Romero, que no es segoviano de nacimiento, señala, pero sí de “alma” con su nombre vasco y procedencia de Ávila. Son 21 años desde que abrió el local de tatuaje, pero en la calle Blanca de Silos apenas lleva desde febrero. Antes, desde 2004 en la calle Real y desde 2010 a la calle San Francisco, pero tuvo que abandonar aquel local porque la dueña lo puso en venta. En principio, está conforme con las actuaciones del Ayuntamiento y no las critica. De hecho, lo que le atrajo a trasladarse a Blanca de Silos es que la acababan de hacer peatonal. “Estadísticamente está comprobado que una calle peatonal factura más que una por la que pasan coches, eso es así, y yo la verdad es que estoy muy contento aquí. Es un local que se ve muy bien, con una cristalera muy grande, y estoy encantado. Que puedas salir a la calle y no te atropelle un coche me parece maravilloso”.
Este negocio de tatuajes es la excepción a la tónica habitual de comerciantes que se quejan y aseguran sentirse abandonados. Muchos de ellos ya ni siquiera están, como se puede comprobar por la cantidad de establecimientos cerrados. “Si vas en el coche por el centro lo lógico es que vayas más pendiente del tráfico o conducir, no mirando las tiendas. Yo creo que los comercios que dicen estar afectados por la peatonalización en realidad lo están más por las ventas online, porque no es igual cómo se vendía hace diez años a ahora. Al final, Amazon y esas grandes empresas les están comiendo el terreno”. Sobre los autobuses turísticos, lo ve bien porque permitirá que los visitantes, además de ver los monumentos, paseen por esta importante zona comercial.
Consultado el Ayuntamiento de Segovia por este tema por si hubiera alguna novedad, comunican que todo sigue en fase de tramitación y avanzando, por lo que no hay nada nuevo reseñable.
Sí se pronunciaron los concejales de IU, aprovechando que este martes comparecían allí mismo para denunciar el mal estado del parque de autobuses y el cambio en la parada del hospital. “No tenemos información nueva sobre esa cuestión, la verdad es que cuesta mucho que este equipo de Gobierno informe sobre algo. No podemos ir a las Juntas de Gobierno y todo se centra en las comisiones y sobre eso no sabemos nada”, señaló el portavoz Ángel Galindo.
