COLLADO HERMOSO
Collado Hermoso se asienta, dividido en dos mitades por la carretera N-110, en la falda norte de la Sierra de Guadarrama, dentro del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, cuyo término municipal se expande entre boscosos valles y suaves colinas u oteros, atravesado por la antigua ruta ganadera de la Mesta, Cañada Real Soriana Occidental, conocida en estas latitudes como Cañada de la Vereda de la Sierra, y regado en toda su extensión por los ríos: de Abajo, Viejo y el de Lacertera, así como varios arroyos. Esta serrana y hermosa orografía cubierta de rica arboleda y frondosos pastizales para el ganado y la explotación de la apicultura, ha sido y aún lo es, una de las principales fuentes de ingresos de los habitantes de la puebla.
Collado Hermoso se ubica entre las poblaciones de La Salceda al noreste, Pelayos del Arroyo al noroeste y Sotosalbos al suroeste, a escasos 20 km al noreste de la capital provincial; hoy está poblada por unos 118 habitantes, cuyo gentilicio es collalbos. Históricamente los moradores de esta puebla han venido dedicándose a la actividad agropecuaria, agricultura de cereales, lino, huerta y ganadería de trabajo y despensa, así como una pequeña industria de confección para las vestimentas de sus habitantes.

Se dice que fue fundada en 1116 por el obispo de Segovia, Pedro de Agén, un monje de origen francés, bajo el nombre de “Collado de Sotosalbos”, quizá como una pedanía del ayuntamiento de Sotosalbos. Siete años después, en 1123, aparecía mencionado en una bula del papa Calixto II como Collado Fermoso, sin embargo, en un documento del cabildo catedralicio segoviano de 1247, seguía citándose como Collado de Sotosalbos, y parece ser que en el siglo XVI ya aparecía nombrada con su segundo apellido. Por lo que no nos queda claro cuándo se cambió el apellido de -Sotosalbos a Hermoso-.
Tras la formación de la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza en 1139, el entonces Collado de Sotosalbos fue incluido en la nueva institución comunitaria.
La puebla de Collado de Sotosalbos primero y Hermoso después, parece que tuvo una larga vinculación con estamentos de la Iglesia Católica, primero con el obispado segoviano y luego con el monasterio benedictino de Santa María de la Sierra situado en la llamada Mata del Fraile, a unos 2 km de distancia al sur de la puebla, hoy en ruinas. Este cenobio fue fundado al final del primer cuarto del siglo XII por la orden benedictina bajo el nombre de Santa María y Santiago de la Sierra o de Sotosalbos y poco menos de un siglo después, en 1219 pasó a pertenecer a los cistercienses de Sacramenia como Santa María de la Sierra.

Desde este cenobio ordenó y en parte supervisó el rey Juan I la fundación del Real Monasterio del Paular en 1390, situado al otro lado de la Sierra.
En 1470, el rey Enrique IV de Castilla se reunió en este monasterio con su hija Juana, apodada la Beltraneja, para preparar la reunión conocida como -Ceremonia del Val de Lozoya el 20 de octubre de 1470-, que consistió en que el rey Enrique IV de Castilla desheredó a su hermana Isabel, luego conocida como Isabel la Católica, declarando nulos los acuerdos de los Toros de Guisando, y renombrando heredera de la Corona de Castilla a su hija Juana la Beltraneja, desposándola en el mismo acto con Carlos de Valois, duque de Guyena, hermano del rey Luis XI de Francia, representado en aquél acto por el conde de Boulogne y el cardenal francés Jean Jouffroy, obispo de Albi; boda que jamás se celebró.

En algún momento de finales del siglo XV desapareció de los documentos referentes a este cenobio la denominación de “monasterio”, y apareció el vocablo “granja”, dejando claro que éste había perdido su condición religiosa, y ahora tenía la condición de explotación agraria bajo el nombre de “Granja de Sotosalbos” condición que se mantuvo hasta la Desamortización de Mendizábal de 1836.
El viejo monasterio de Santa María de la Sierra, ahora granja agrícola, comenzó a sufrir un ligero deterioro en sus instalaciones a comienzos del siglo XVI que fue en aumento hasta finales del siglo XVIII y se acentuó a comienzos del siglo XIX con la Guerra de la Independencia. Fue declarado monumento histórico nacional en 1931. Hoy, sus ruinas están en manos privadas, y algunas piezas del antiguo monasterio se encuentran repartidas entre parroquias vecinas.

Patrimonio histórico artístico. La iglesia de San Nicolás de Bari fue construida sobre traza románica con torreón campanario, cuyo aspecto original quedó desvirtuado por posteriores reparaciones. Alberga en el su interior un notable retablo barroco de la Virgen de las Angustias, una talla del siglo XII de la Virgen de la Salud y una cruz procesional realizada del siglo XVII; en la torre se ubica un pequeño museo de piezas de arte de varias iglesias de la zona.
Las ruinas del Monasterio de Santa María de la Sierra, rehabilitadas recientemente tras su paso por la Lista Roja de Patrimonio; lavaderos públicos; tres molinos hidráulicos, la tejera y el potro de herrar.
Celebra sus fiestas: San Isidro, el 15 de mayo; San Juan, el 24 de junio; Virgen de la Salud, el penúltimo fin de semana de agosto; Nuestra Señora del Rosario, el primer fin de semana de octubre y San Nicolás de Bari, el 6 de diciembre.

SOTOSALBOS
Sotosalbos se asienta entre llanuras y oteros cubiertos de arboleda, vegetación y pastos, hábitat natural de una rica y variada avifauna, a pocos kilómetros de la base norte del macizo de Peñalara, perteneciente a la Sierra de Guadarrama, entre las poblaciones de Pelayos del Arroyo al norte, Collado Hermoso al este y Santo Domingo de Pirón al oeste, a escasos 20 km al noreste de la capital provincial. En su término municipal nacen las corrientes del agua del río Pirón y del arroyo Sotosalbos que humedecen y enriquecen sus tierras.

Actualmente tiene un censo poblacional de unos 135 moradores, cuyo gentilicio es sotosalbeños. Los habitantes de esta puebla históricamente han venido dedicándose a la actividad agropecuaria como forma de vida, esto es, agricultura de secano con huerta y ganadería de trabajo y despensa, además de prestar los servicios que demandaba su proximidad física con la antigua ruta ganadera de la Mesta, Cañada Real Soriana Occidental, conocida en estas latitudes como Cañada de la Vereda de la Sierra, paso habitual de ganados trashumantes que atravesaban estas tierras segovianas en dirección sur en otoño y al contrario, en dirección norte en primavera.
El nombre de “Sotosalbos” posiblemente proceda de la expresión latina -Sotis Albis o altus albus-, que podría traducirse como “bosque claro” o “soto blanco”, aludiendo a la vegetación del entorno.

Dicen los expertos en la materia que el solar que hoy ocupa la puebla de Sotosalbos, ya fue lugar de asentamientos humanos en lejanas épocas pretéritas a nosotros, como fueron los celtíberos, a los que siguieron los romanos que construyeron grandes viales en el entono de nuestro pueblo, aunque no dicen nada de la posible presencia de los visigodos o de los mahometanos en estas latitudes.
La reconquista de estos territorios por los cristianos tuvo lugar durante los siglos X y XI, y Sotosalbos fue repoblada por gentes cristianas del norte peninsular después de la batalla de Simancas en el año 939, en la que las huestes cristianas dirigidas por Ramiro II de León derrotaron a las mesnadas sarracenas de Abderramán III, lo que afianzó el cristianismo sobre los territorios de influencia del río Duero.

Las tierras donde se asienta Sotosalbos fueron donadas por la Corona, que en aquellos momentos ceñía la sienes de doña Urraca I de León, a la diócesis segoviana en 1116, y confirmadas en 1122, tras el matrimonio de ésta con Alfonso I el Batallador de Aragón y de Pamplona. Se cree que fue entonces cuando comenzó su poblamiento bajo el nombre de -Sotis Albis-. Tras la creación de la institución de Comunidad de Villa y Tierra, Sotosalbos pasó a integrarse en el Sexmo de Posaderas de la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia.
Durante el siglo XIV, nuestra puebla salió referenciada en el libro del Buen Amor escrito por el Juan Ruiz, arcipreste de Hita. En 1536 el obispado segoviano vendió Sotosalbos a don Pedro López de Zúñiga, nuevo marqués de Aguilafuente.
Hoy, la morfología física de esta pequeña villa formada por calles empedradas que nos presentan su pétreo caserío del que sobresale la hermosa figura, también pétrea, de su iglesia parroquial, el ligero murmullo del agua que corre por pequeños canales y la ausencia de ruidos, enriquece nuestra apreciación de esa belleza tranquila y silenciosa que tanto añoramos en las grandes ciudades.


Patrimonio histórico cultural. La iglesia parroquial de San Miguel Arcángel de fábrica románica de los siglos XII y XIII con torreón campanario. Destaca con especial relevancia su galería porticada, por la decoración y el número de sus capiteles; la Plaza Mayor; la Cruz de Canto y el potro de herrar las caballerías.
Celebra sus fiestas: Santa Águeda, el fin de semana más cercano al 5 de febrero; la Virgen de la Sierra, a los 40 días de Semana Santa; María Magdalena, el primer fin de semana de agosto; San Miguel, el 29 de septiembre.

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* Juan Fco. Sanjuán Benito
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SOTOSALBOS
