Tras un inicio de curso marcado por un guion preestablecido, con La Albuera como fortín invicto y un gris desempeño fuera de casa, la hoja de ruta de la Gimnástica Segoviana ha dado un giro de 180 grados. En apenas dos semanas, la dinámica se ha invertido: si la pasada jornada los azulgranas lograban su primera victoria como visitantes en Salamanca, este pasado fin de semana no pudieron sumar los tres puntos en casa por primera vez en la temporada. Ahora, el equipo de Iñaki Bea gana fuera lo que no logra en su feudo. La vida al revés.
El empate sin goles frente al Burgos B deja lecturas contrapuestas. Por un lado, la Segoviana mantiene su invicto en La Albuera y sigue sin encajar goles; por otro, pone fin a su pleno de triunfos en casa y deja escapar la oportunidad de alcanzar un liderato que tenía al alcance de la mano. Actualmente, el equipo se queda a tan solo un punto de Deportivo Fabril y Oviedo B, mientras que la zona alta de la tabla se comprime, con seis equipos separados apenas por dos puntos.
El duelo ante el filial burgalés volvió a evidenciar las certezas del equipo: una identidad clara y reconocible, pero también dos aspectos pendientes de mejorar. Primero, la falta de acierto, sobre todo en la primera mitad, con hasta dos palos y múltiples ocasiones desaprovechadas en la recta final. Segundo, la necesidad de mayor contundencia defensiva al replegar, como reconoció el propio Iñaki Bea, lo que obligó a Postigo a erigirse nuevamente como el mejor jugador del equipo, evitando que el Burgos B se llevase mayor botín que un punto y que, por otro lado, tampoco hubiese resultado injusto.
Y es que, el joven guardameta volvió a ser protagonista con intervenciones de mérito, destacando un mano a mano en la primera parte y varias paradas decisivas tras el descanso, en un tramo en el que la Segoviana perdió el control del partido. También sobresalieron los minutos de un Pau incisivo desde el costado y las entradas de Samu Manchón e Ivo, que permitieron al equipo gimnástico recuperar el timón durante la última media hora. Porque esta vez, el arreón final, no trajo el premio de los tres puntos.
Ahora, la Segoviana centra su mirada en el campo municipal de La Planchada, donde el sábado se enfrentará al Rayo Cantabria. Iñaki Bea no podrá contar con Josín, expulsado frente al Burgos B, y todavía espera recuperar a Morata y Borrego, los últimos en caer en la enfermería. Será un nuevo examen para los azulgranas, que tendrán la oportunidad de demostrar si la reciente inversión en su tendencia de resultados, mejorando como visitante y sin matrícula de honor como local, ha llegado para quedarse.
