Una semana difícil de olvidar». Las primeras palabras de la homilía pronunciada ayer en la Catedral por monseñor Rubio Castro dejaron patente el torrente de emociones que el actual administrador apostólico de la diócesis de Segovia está viviendo a apenas siete días de recibir a quien le sucederá en la cátedra episcopal segoviana. Arropado por la práctica totalidad del clero diocesano, los responsables de las vicarías diocesanas y el cabildo de la Catedral, Ángel Rubio compartió con los centenares de segovianos que llenaban ayer la Via Sacra del altar mayor de la seo segoviana su última Eucaristía como máximo responsable de la diócesis, en una jornada especialmente emotiva, en la que quiso hacer coincidir su despedida con la conmemoración del décimo aniversario de su ordenación como obispo un 12 de diciembre de 2004 en la Catedral de Toledo.
Antes de comenzar la eucaristía, el Vicario General de la diócesis, Andrés de la Calle, se dirigió a monseñor Rubio para expresarle en nombre de la curia segoviana el afecto y el reconocimiento por la labor desarrollada en los siete años de episcopado en la provincia y le pidió que «siga contando con nosotros» en el trabajo por el Evangelio. En tono cercano y cordial, Rubio Castro quiso en su homilía hacer un ejercicio de introspección y compartir las emociones de un obispo «jubilado pero con júbilo y emérito sin mérito alguno», como el mismo se definió en tono jocoso al iniciar su intervención. El obispo reconoció que en su periplo al frente de Segovia ha vivido «años de muchas gracias y de fuerte viento impetuoso, pero siempre anclado y familiarizado con las cosas y la sabiduría de Dios». Además, manifestó que «se me habrá notado» el esfuerzo por vivir «afectiva y efectivamente» la comunión y la colegialidad, así como el de compartir el trabajo pastoral «predicando a Cristo en todos los medios posibles».
Ante los fieles, reconoció que en este tiempo ha experimentado «el amor de Dios desde la entrega total, predicando a tiempo y a destiempo», y señaló que ha ejercido como pastor «a veces con fuertes silbidos, siempre amorosos, para hacer despertar de la rutina a los cristianos».
En el momento del adiós, Rubio Castro concentró en las palabras «perdón» y «gracias» las ideas centrales de su despedida. Así, pidió perdón «por las deficiencias en el ejercicio del ministerio y por los sufrimientos que hubiera podido causar», y dio las gracias a toda la Iglesia en Segovia por haber compartido y trabajado a favor del Evangelio.
Antes de la consagración, en la ofrenda, representantes de distintos colectivos y asociaciones entregaron al obispo un centro de flores y una fotografía enmarcada de la Virgen de la Fuencisla realizada por la fotógrafa Mayte París, que monseñor Rubio mostró orgulloso a todos los presentes. Después, y en nombre del cabildo de la catedral, su presidente Angel García Rivilla tuvo palabras de agradecimiento para el obispo, al que deseó que en esta nueva etapa de su vida «viva la alegría del anuncio de la paz».
La música de la coral segoviana «Voces de Castilla», que en tantas ocasiones ha acompañado las celebraciones litúrgicas presididas por el que fuera obispo de Segovia sirvió para ambientar el ceremonial religioso en el que los segovianos pudieron ver de cerca la emoción que el prelado experimentó en varios momentos de la eucaristía.
Al finalizar la eucaristía, el obispo saludó uno por uno a todos los sacerdotes concelebrantes y a la entrada del altar mayor también quiso agradecer la participación de los fieles segovianos estrechando su mano en un gesto que le permitió comprobar el cariño que en este tiempo le han dispensado los segovianos.
Relevo
La semana próxima se concretará el relevo al frente de la diócesis con el acto litúrgico de toma de posesión del nuevo obispo de Segovia, César Franco, que tendrá lugar el sábado 20 de diciembre a las 12 del mediodía en la Catedral. La toma de posesión congregará en Segovia a un buen número de arzobispos y obispos de toda España que participarán en la ceremonia cuyos detalles están siendo ya ultimados por los responsables tanto del obispado como del cabildo de la Catedral. César Franco fue nombrado obispo de Segovia el pasado mes de diciembre, y llega a la diócesis procedente de la Archidiócesis de Madrid, en la que ejerció durante 16 años como obispo auxiliar.