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Virginia Rubio habla sobre “las mujeres que cantaron lo que no estaba permitido cantar”

por Miguel López
2 de noviembre de 2025
en Segovia
El título que lleva la función que ofrece la banda de Virginia Rubio Trío es “Blues en femenino”. Fotografía de Ana Hortelano.

El título que lleva la función que ofrece la banda de Virginia Rubio Trío es “Blues en femenino”. Fotografía de Ana Hortelano.

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La cantante Virgina Rubio, flanqueada por Víctor Barceló (armonicista) y Gabi Torné (guitarrista), ha preparado un espectáculo de alta carga emocional y didáctica donde explica las raíces del género blues en clave femenina. Los músicos llevan meses presentando con éxito entre distintos públicos ese montaje largamente trabajado y se aprestan a grabar un disco dentro de pocas semanas con ese material. Van a hacerlo al viejo estilo: una toma y un micro.

“Blues en Femenino” es el título de la función que la banda Virginia Rubio Trío ha pulido tras años de estudio. Ahora giran por los escenarios para aquilatar un espectáculo que desembocará en un disco, donde se añadirá instrumentalmente un contrabajo. El centro de gravedad bascula entre los temas seleccionados y el trasfondo social que subyace en un puñado de composiciones paridas por las Damas del Blues: Ida Cox, Bessie Smith, Victoria Spivey, Memphis Minnie, Lucille Bogan, Billie ‘Willie Mae’ McKenzie, Georgia White, Vera Hall, Sister Rossetta Tharpe, Big Mama Thornton, Sippie Wallace y Koko Taylor, entre otras.

Los tres músicos ofrecen un repertorio que aborda en orden cronológico asuntos como la desigualdad, la violencia de género y la libertad sexual, desentrañando el contexto y las claves que laten en la trastienda de las letras cantadas por las pioneras. Virginia Rubio señala que “los amantes del blues saben que el género se nutre de metáforas. Las metáforas se utilizan para abordar cosas que no se desean expresar específicamente. Ahí tenemos la comida y los animales, principalmente, pero en el blues la comida y los animales son el sexo. Y en este caso, en el caso de las mujeres más concretamente, la soberanía sexual, aquella que les había sido privada durante tanto tiempo. Es normal encontrar que el azúcar en una canción es sexo. Son cositas que para ellas significaban lo que significaban, pero, ojo, no todas necesitaban hacer uso de las metáforas”.

Sobre Lucille Bogan, la madre del llamado Dirty Blues (Blues Sucio), Rubio explica que “sus letras hoy no se ponen en público en ningún sitio. Así que a quien esté interesado debe escucharla. Ella no tiene ningún problema en hablar abiertamente de todo, grabarlo, reproducirlo en sus conciertos. Hay gentes que hoy en día creen que son muy transversales, pero en 1937 ya lo eran también”. Y añade: “La canción Sweet Little Angel es sobre un animal, pero en este caso la connotación no es sexual. Es una chinche. ¿Sabes lo que hacen las chinches? Chupan la sangre. La chinche de la que nos habla es una persona que lo que hace es chuparte la energía, chuparte la vitalidad, chuparte la vida. Ella presenta imágenes muy potentes. Por ejemplo, cuando alguien le sostiene la mano con cariño, por el otro lado le están comiendo los pies literalmente. Hay otra muy bonita en la que habla de algo que suena por una esquina en la casa, se asoma y ve que es la madre de las chinches pidiéndole a Dios que le dé algo más de comer porque tiene hambre.”

Víctor Barceló, Virgina Rubio y Gabi Torné. Fotografía de Ana Hortelano.
Víctor Barceló, Virgina Rubio y Gabi Torné. Fotografía de Ana Hortelano.

Hay alguna excepción de género: “Hemos querido meter en nuestro repertorio femenino un tema de un bluesman. Él se llama Big Bill Broonzi y el tema que interpretamos es de 1946. Broonzi lo compuso y cuando murió, en 1958, aún no se había podido publicar. Hace en esta canción una especie de retrato muy costumbrista sobre la realidad de los afroamericanos en Estados Unidos en la época”. Explica Rubio: “La excusa de las discográficas era que había gente que podía sentirse un poco ofendida. Por esa razón la canción no se pudo publicar, pero sí fue un himno”. La composición se llama Get Back, aunque tiene también otros títulos, y “habla de cosas como ‘voy a pedir trabajo, pero para mí no hay’. O ‘lo he encontrado y a esta persona le pagas el doble que a mí’. El estribillo tiene una parte muy bonita que dice ‘si eres blanco, tú estás bien, no te preocupes, quédate por aquí. Si eres marrón (brown), incluyendo a todos los mestizos, asiáticos y demás, quédate, pero no molestes mucho. Pero si eres negro, ‘no brother, get back, get back, get back’. Más vale que te vayas”.

No puede faltar en la sesión histórico-musical Mamie Smith, la Dama del Blues que grabó el primer registro del género, Crazy Blues, en 1920, “una mujer que ha trascendido. Le precedieron otras que también trascendieron, quizá en menor medida, y a cada una se le fue dando su apodo”. Por su parte, Bessie Smith quedó fijada para la historia como ‘Emperatriz del Blues’, la más popular, la más influyente, a nivel musical y a nivel personal incluso también”.

La cantante del trío prosigue su relato en 1936, cuando Georgia White estaba grabando un tema y después la gran Billie Holiday lo popularizó. “En 1936, cantaba Trouble in Mind, que para mí es un blues esperanzador. Si hay algo que recoge este blues, para mí es la esperanza, cosa que no suele suceder mucho en los blues. Así que en algunas de las estrofas aparece el sol, el viento que sopla y se lleva este blues away. A mí me gusta particularmente”.

En 1924, Ida Cox dijo que “las mujeres salvajes son las que no tienen el blues”. Para Rubio, eso significa básicamente “que no vas a conseguir nada siendo un angelito de la vida. Empodérate, súbete ahí al carro de tu poder y aprende a vivir siendo una mujer salvaje, porque son las que realmente salen adelante, las que realmente se van a arreglar”.

Otro nombre de oro que aparece en el espectáculo es Sister Rosetta Tharpe con un tema grabado en 1949, “muy especial para mí”, un tema gospel. Se llama Night Journey to the Sky y habla acerca de “ese viaje que ella va a hacer de cara a encontrarse con quien reconoce como su padre, que es Dios. Así que en este viaje no necesita ninguna madre física, ningún padre biológico real. Ella solamente necesita su poder, su conciencia, su voluntad para ascender y encontrarse en la tranquilidad, en la paz”. Aclara Rubio que “gente como Chuck Berry, Elvis Presley, Jerry Lewis, Little Richard van coqueteando con su música y van aprendiendo también lo que ella hacía con la guitarra. De hecho, se considera la mejor guitarrista femenina del mundo. Así que ha influido en un montón de gente. Nosotros traemos, de 1930, This Train (Este Tren). En la canción, todo aquel que se sube a este tren va directo al cielo, porque ella era verdaderamente muy religiosa. A pesar de que tocaba rock, era muy religiosa también”. Pero no viaja cualquiera en ese tren: “Hay que ser limpio, puro, para entrar en este tren. En una estrofa dice que no entran gilipollas ni los mentirosos o los que pretenden ser algo que no son, los jokers (golfos), los graciosillos de la vida, los cigar smokers (los fumadores), los whisky drinkers (bebedores de whisky), mucha gente. A ese tren no entran los que para ellas son pecadores”.

Ya en los años 60, Virginia Rubio pone el foco en The Staples Singers. Eran tres hermanas, siendo Mavis Staples la más conocida, y cantaban con el padre. “En un principio hicieron mucho gospel, soul, y luego ella derivó un poquito más hacia el Rhythm and Blues y otras cosas. Pero en el año 66 estaban cantando It’s Been a Change (“Ha sido un cambio”), una canción muy guay. En un momento en el que Harlem era la cuna de la delincuencia, la pobreza y todo lo demás, la comunidad afroamericana sale a la calle con un pedazo de concierto increíble que puede verse en el documental Summer of Soul, donde están todos los mejores artistas afroamericanos del momento. The Staples cantan ahí, en Harlem, y dan a entender al mundo que ese barrio necesita otra cosa. Habla de la gente joven y les advierte: seguid estudiando. No se os ocurra dejar de estudiar. Podéis ser muy jóvenes. Podéis tener todo a favor. Pero si no tenéis una educación, no tenéis nada. Es una canción que invita al cambio”.

En el disco New Morning, de Bob Dylan, aparece Victoria Spivy.
En el disco New Morning, de Bob Dylan, aparece Victoria Spivy.

Otra blueswoman se llamaba Victoria Spivey (1906-1976), cantante y pianista. Cuenta Rubio que “decidió cambiar un poco el rumbo de su blues, que había sido un poco más soso. Quiso darle un punto mucho más atrevido, más agresivo y arriesgado. Más moderno. Tanto es así que decidió escribir una canción a la cocaína y la tituló Top Head Blues. No se privó en ningún momento de hablar sobre las virtudes del consumo. Estas mujeres realmente eran fuertes, atrevidas y no tenían muchos miramientos al cantar sobre sus propias experiencias de vida, cansadas de haber sido reprimidas. Victoria Spivey tenía una anécdota bonita. En un momento dado, cuando se hizo un poco mayor, fue rechazada por todas las discografías en las que quiso grabar sus discos. Fue rechazada por una cuestión de edad, probablemente. El caso es que ella decidió crear su propio estudio discográfico, el Spivey Records. En el disco New Morning, de Bob Dylan, de 1970, puede verse una foto tomada precisamente en el estudio de Victoria Spivy, durante una sesión de grabación con otras personas. Ella se interesó por dar oportunidades a la gente nueva que no tenía muchas posibilidades de acceder a las grandes discográficas. Así que bien por Victoria. Y bien, porque se lo pasaba, francamente bien, muy bien. A lo largo de la canción aparecen cosas del tipo ´soy la más´ o ´tengo una salud que puedo tener una doble neumonía, pero aquí estoy yo sintiéndome lo mejor del mundo. Puedo viajar en un momento dado. Tráeme el avión a la puerta de mi casa, que yo me largo. Dame otra, dame otra. Por favor, dame otra, que me quiero sentir mejor´. O sea, es muy explícita”.

También se incluye en el show una pieza de Big Mama Thornton. Explica Rubio que “en los años sesenta, algunas personas europeas empiezan a interesarse mucho por la música blues de Estados Unidos. Comienzan a invitar a algunos artistas, como por ejemplo a Big Mama, a venir a Europa para compartir su conocimiento. Gente como los Rolling Stones estaban interesados en ver qué pasa en Estados Unidos con esas personas que no son nadie allí, pero traen a Europa todo el rollazo de esos negros y esas negras increíbles. La canción llamada Unlucky Girl (Chica sin Suerte) es un claro reflejo de cómo estaba esta mujer en ese momento de la vida”. Recuerda Rubio que “Big Mama Thornton poseía una visión privilegiada para la música. Era baterista, armonicista y además cantaba increíblemente. Cualquier cosa que yo pueda hacer es una risa en comparación con la voz privilegiada que esa mujer tenía. La canción está incluida en el álbum de In Europe, donde toca con algunos de los mejores músicos del momento de Estados Unidos”.

En 1936, una mujer que tampoco ha trascendido demasiado, Billie McKenzie, recogió una canción y la hizo suya. El título es I’d Rather Drink my Water y comenta Rubio que equivale a decir “preferiría beber agua embarrada, agua turbia, agua sucia o barro, antes que hacer cualquier cosa contigo. La estrofa no solamente dice eso, sino que añade que preferiría dormir en el hueco de un árbol antes que mantener ese contacto físico. Debía de ser una chinche esa otra persona. Esta canción también habla de algo muy serio: del maltrato puro y duro. A esta persona no la están tratando nada bien y engancha la ironía para sobrevivir a esta tragedia, que es que te maltraten”.

Más reciente, de la cosecha de 1966, con voz de Sippie Wallace (1898-1986), una de las últimas grandes cantantes del blues clásico, se añade otro título representativo de estas mujeres: Woman Be Wise. Concluye Rubio que el mensaje de Women Be Wise es que “las mujeres deben ser sabias, ser inteligentes, ser listas. Básicamente viene a decir que no habléis demasiado de las bondades de vuestros hombres, porque nunca se sabe quién está detrás, acechando. Ni de vuestra mejor amiga os fiéis, porque cualquiera… Por cierto, estos consejos a mujeres también eran una tónica bastante habitual dentro de las temáticas de las mujeres del blues.”

Sister Rossetta Tharpe, considerada la mejor guitarrista femenina del mundo.
Sister Rossetta Tharpe, considerada la mejor guitarrista femenina del mundo.

Mujeres, negras, artistas, valientes: las blueswomen

En una época en que el racismo y el machismo se respiraban en cada rincón de cualquier ciudad y pueblo de Estados Unidos, y coincidiendo con el nacimiento de las compañías discográficas, decenas de mujeres negras estuvieron a la cabeza de la que ha venido a llamarse la “era de la grabación”. Aun siendo consideradas el último escalafón social y teniendo todo en su contra, estas mujeres atrevidas y fuertes le pusieron voz e imagen al blues.

Muchas no solo lo interpretaban, sino que también lo componían y escribían creando auténticos himnos que quedaron para siempre con letras arriesgadas y radicales en sus contenidos. Ellas le cantaron a la desigualdad social, a la violencia de género, al sexo, a la libertad sexual, a la muerte, a la enfermedad, a los desastres naturales, a las drogas, al alcohol, al abandono, a la soledad, a las mujeres y a los hombres. Ellas le cantaron a la vida, a la suya y a la de todas las mujeres que durante aquellos años vivían una realidad de constante opresión, miedo y abuso.

Más de trescientas mujeres recogieron a través del blues la experiencia de una nueva generación de afroamericanos libres que, tras el yugo de la esclavitud de sus antepasados, que sus antepasados más recientes habían sufrido, eran capaces de tomar decisiones sobre sus propias vidas, sus compañeras, sus compañeros, sus amantes, sus amistades; en general, sus relaciones. Vendieron millones de discos, generando millones de dólares. Algunas de ellas trascendieron a otras generaciones y hoy en día están presentes. Otras cayeron en el olvido y sus nombres y su música apenas sí se han escuchado.

Hoy debemos aprender y alimentarnos de los cimientos de la cultura afroamericana para entender a estas mujeres valientes, artistas, negras, que cantaron lo que no estaba permitido cantar. Las blueswoman.

Virginia Rubio

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