El presidente de Vox, Santiago Abascal, aseguró este lunes que «no tiene ningún sentido emigrar a un país sin intención de trabajar para imponer una religión y delinquir». Así lo expresó durante la jornada de trabajo mantenida en Segovia, un encuentro en el que criticó que el «30% de ayudas sociales se las llevan los extranjeros».
«Decir esto es xenofobia para el PSOE y el PP, pero es sentido común y es lo que piensa la mayor parte de los españoles», apuntó, mientras insistió en que acusar a Vox de xenofobia por decir lo que es sentido común «lo único que hace es contribuir a la demonización del partido y de las personas que nos acompañan, además de abonar el camino de la violencia contra Vox, que luego es indultada por el Consejo de Ministros», dijo.
Con ello, afirmó que ante las acusaciones, continuará recorriendo España para «seguir repitiendo que hay que repatriar a todos los que entran ilegalmente, deportar a los legales que cometen delitos o que vienen a imponer una religión fundamentalista e iniciar un proceso de remigración de los que están recibiendo las ayudas sociales que necesitan los españoles».
Por su parte, Abascal explicó que en los últimos cinco años han llegado a España tres millones de personas, sin embargo, lamentó que «no se han construido más viviendas, hospitales, ni hay más servicios públicos y seguridad en la calle». Con ello, señaló que las consecuencias recaen sobre la vida de las personas y en ciudades como Segovia, donde, añadió, «ha incrementado la criminalidad, sobre todo en las violaciones, siendo la cuarta ciudad de España donde más ha crecido, y es una de las ciudades donde la situación de vivienda se está complicando de una manera extrema siendo muy difícil acceder en régimen de propiedad o de alquiler», aseveró.
