La Biblioteca Pública de Segovia gestionada por la Junta de Castilla y León, se ha consolidado como un espacio de encuentro, conocimiento y creación. Un año después de asumir su dirección, Carmen Delibes hace balance de una etapa marcada por el aumento de lectores, visitantes y participantes en las más diversas actividades. La directora tiene la firme convicción de que las bibliotecas son hoy más necesarias que nunca y nos habla de el reto que supone gestionar un referente cultural en tiempos de cambio, el papel de los jóvenes lectores y cómo es posible apostar por la innovación sin perder el vínculo con la tradición.
—¿Podría decirme desde cuándo ocupa la dirección de la Biblioteca Pública de Segovia y cómo está siendo la experiencia?
—Ocupo la dirección de la Biblioteca Pública de Segovia desde septiembre de 2024, hace ahora un año de mi incorporación. La experiencia está siendo muy enriquecedora y creo que se debe al equipo con el que trabajo y a la respuesta de los ciudadanos. La Biblioteca cuenta con un equipo humano entusiasta y altamente profesional; respecto a los ciudadanos, recibimos constantemente su participación y valoración positiva acerca de nuestros servicios.
—El año pasado, la Biblioteca Pública de Segovia registró un aumento en préstamos de libros, 89.192 en papel y 21.321 digitales. ¿Qué estrategias se han implementado para fomentar el hábito lector en la ciudad?
—La mejor estrategia para fomentar la lectura es mantener una colección atractiva para nuestros usuarios, con títulos actualizados y novedades editoriales de todos los géneros y materias. Para ello realizamos un exhaustivo trabajo de selección de las obras, valorando que revistan interés tanto para el público general como para los lectores más especializados. Tan solo a lo largo del pasado año, se compraron más de 4.000 libros: narrativa, ciencias, humanidades, cómic, literatura infantil, poesía… Asimismo, nos esforzamos en presentar esta colección de una forma atractiva, mediante expositores en los que los lectores puedan encontrar fácilmente nuestras nuevas adquisiciones o algunos títulos recomendados con motivo de efemérides o de temas de actualidad.
Estos libros a los que damos más visibilidad atraen la atención y despiertan la curiosidad lectora de personas que quizá venían a la Biblioteca por alguna otra razón, ya sea para estudiar o para asistir a algún taller o actividad. Por otra parte, trabajar para una sociedad lectora es la principal misión de la Biblioteca Pública, de modo que la mayor parte de nuestras actividades va orientada a tal efecto: desde los clubes de lectura a los cuentacuentos, desde las presentaciones de libros a los encuentros con autores.
—¿Podría decirme cuál fue el incremento respecto al año 2023?
—La Biblioteca Pública de Segovia ha experimentado durante 2024 un aumento significativo en relación con el año 2023 no sólo en el número de préstamos, también en número de visitantes, y de participantes en las actividades.
El incremento de visitantes, (de 216.862 en 2023 a 236.739 en 2024), es la cifra más elevada que se ha alcanzado en el histórico del centro. Este aumento seguramente también está marcado porque el ciudadano ya no percibe que el edificio, que en breve cumplirá diez años en la calle Procuradores de la Tierra, esté tan apartado respecto de su anterior ubicación en el casco histórico de Segovia. A esto se suma que los usuarios se sienten cada vez más atraídos por la calidad de los servicios y los recursos que se ofrecen.
La circulación de fondos sigue reflejando, como en años anteriores, la tendencia a la baja de los préstamos de música en formato CD, así como una cifra de mantenimiento de los préstamos de películas y series. Seguramente, esto está propiciado porque las plataformas de streaming comerciales no ofrecen un catálogo completo; y destaca el alza en préstamos de libros, con 88.129 préstamos.
—En Segovia se combina un entorno histórico único con las necesidades actuales que son casi universales. ¿Cuáles considera que son los principales retos para mantener la relevancia de la biblioteca pública en una ciudad con una identidad cultural tan marcada?
—La Biblioteca se beneficia y nutre de esa identidad cultural convirtiéndose en un espacio importante para la comunidad. Con un compromiso con la lectura, el acceso a la información, el entretenimiento, la investigación y la creatividad, que es un pilar fundamental para el desarrollo cultural, social y educativo de los ciudadanos. Un espacio de recursos en todas las disciplinas y para todas las edades, que acoge una diversidad de visitantes con perfiles muy variados.
—Los datos nacionales muestran una caída en el hábito lector entre los jóvenes. ¿Qué programas o actividades ha diseñado la biblioteca para captar a este público y fomentar su interés por la lectura?
—No me consta un descenso de los hábitos lectores entre los jóvenes. Muy al contrario, el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España que elabora la FGEE, que es la Federación de Gremios de Editores de España, y que es la herramienta estadística de referencia en el sector, lleva varios años consecutivos demostrando que los jóvenes entre 14 y 24 años son el segmento de población que más lee en su tiempo libre en nuestro país.
Eso de que los jóvenes no leen es un mito. Lo que ocurre es que no siempre leen lo que los adultos queremos que lean, pero eso es bueno; lo único que indica es una evolución de los gustos de generación a generación. Por eso desde la Biblioteca Pública estamos atentos a las nuevas tendencias e intereses lectores de la población joven. Por ejemplo, en el último año nos hemos esforzado en potenciar nuestra sección de manga, y actualmente estamos trabajando para poner a disposición del público una colección lo más completa posible de novelas de romantasy – que es un género que fusiona el romance y la fantasía-y que está haciendo furor entre las nuevas generaciones. No es necesario atraer a los jóvenes a la Biblioteca, porque ya vienen a la Biblioteca: lo que pasa es que vienen a estudiar. Pero ya que están aquí, tratamos de visibilizar nuestros recursos para despertar su curiosidad por nuestra colección y nuestras actividades: deseamos que experimenten la Biblioteca como un espacio de descubrimiento. Por otra parte, más allá de la lectura, estamos trabajando en ofertar actividades y servicios de interés para el público joven: por ejemplo, dentro de poco lanzaremos un servicio de préstamo de juegos de mesa, una iniciativa de ocio que ya se ha consolidado con gran éxito en otras bibliotecas.
—Las bibliotecas públicas enfrentan el desafío de adaptarse a la era digital. ¿Qué iniciativas se están impulsado para integrar tecnologías como e-books, bibliotecas digitales o plataformas como eBiblio?
—En este aspecto, la Biblioteca Pública de Segovia participa de los recursos compartidos por la Red de Bibliotecas de Castilla y León. La Biblioteca Digital de Castilla y León, que está impulsada por la Consejería de Cultura y Turismo y Deporte de la Junta, pone a disposición de todos los internautas, en formato digital, un amplio acervo de fondos bibliográficos y documentales de autores y temas castellanoleoneses que se conservan en las bibliotecas y archivos de nuestra comunidad. Algunos de estos fondos se presentan en la web agrupados en colecciones de carácter temático o por autores, como la Biblioteca Digital de José Zorrilla, el Archivo Carmen Martín Gaite, la Biblioteca Digital Teresiana o la Biblioteca Digital Taurina. En cuanto al servicio de préstamo digital eBiblio Castilla y León, cada año gana en popularidad.
Actualmente hay cerca de 900 usuarios activos de eBiblio registrados en nuestra biblioteca que se benefician del servicio. Esto permite el préstamo no solamente de libros en formato electrónico, sino también de revistas, periódicos y audiolibros. Y no nos olvidemos de CineCyL, una plataforma gratuita de contenido audiovisual en streaming, que cuenta con miles de títulos de cine, series y documentales. Para acceder a CineCyL no hace falta más que estar en posesión del carné de la Biblioteca.
—¿Qué medidas está tomando para garantizar que la Biblioteca Pública de Segovia sea sostenible en términos de recursos, y cómo visualiza su evolución en un próximo futuro?
—Las bibliotecas pueden y quieren mejorar el mundo. Son instituciones clave para el desarrollo económico, ambiental y social. Los objetivos marcados por la Agenda 2030 como la alfabetización universal, – que incluye las habilidades y la alfabetización digital, la superación de las dificultades de acceso e inclusión digital entre otras -, se promueven a través de las bibliotecas.
—Usted forma parte del Cuerpo Facultativo Superior de Castilla y León, ¿cómo coordina con otras instituciones para fortalecer la red bibliotecaria regional y nacional?
—Como miembro del Cuerpo Facultativo de Bibliotecas, me mantengo en permanente contacto con la Biblioteca de Castilla y León en Valladolid, que es la cabecera del Sistema de Bibliotecas de Castilla y León. Es el principal centro de conservación y difusión del patrimonio bibliográfico de la Comunidad y la entidad de referencia respecto a cualquier información de temática y autores castellanos y leoneses. Por otra parte, existe también una vía de colaboración con el Consejo de Cooperación Bibliotecaria (CCB), que es el órgano adscrito al Ministerio de Cultura y el que canaliza la cooperación bibliotecaria entre las distintas administraciones públicas. El CCB mantiene grupos de trabajo estratégicos y estables que con sus recomendaciones y documentos nos permiten mejorar nuestro trabajo profesional.
—¿Cómo se articula la colaboración con otras instituciones culturales de Segovia, como museos o universidades?
—La Biblioteca Pública de Segovia trabaja estableciendo alianzas con todas las instituciones, dentro y fuera de nuestra ciudad, con las que nos hermana el objetivo de proporcionar a la ciudadanía recursos para el aprendizaje a lo largo de toda la vida, el enriquecimiento cultural y la capacidad crítica.
Trabajamos de manera muy cercana con todos los centros educativos de Segovia y su provincia, desde las Escuelas Infantiles hasta la Universidad, pasando por los Colegios de Educación Primaria y los Institutos de Educación Secundaria. Concretamente, con la
Universidad de Valladolid, en su Campus de Segovia, ofrecemos a los docentes y a los alumnos una formación en el uso de centros de información, acogimiento de estudiantes en prácticas y asesoramiento en diversos Proyectos de Innovación Docente. También tenemos proyectos de prácticas con la IE University. Respecto a otras instituciones culturales, existen colaboraciones con la Real Academia de San Quirce y, por supuesto, con el resto de las bibliotecas y centros de documentación de la ciudad y de la provincia. Colaboramos, además, con programas culturales como el Hay Festival, Titirimundi o Fescival, y con diversas asociaciones culturales y científicas como la Asociación del Camino de Santiago, la Asociación Geología de Segovia o SEO Bird. No podemos olvidarnos de la colaboración con organismos que trabajan con colectivos vulnerables como Cruz Roja, Accem – una ONG que trabaja para mejorar la calidad de vida de las personas refugiadas y migrantes-, el Secretariado Gitano, Amanecer o la Asociación de Familiares de Alzheimer y con el Centro Penitenciario.
—La biblioteca acoge actividades muy diversas: clubes de lectura, exposiciones, encuentros literarios. ¿Qué aportan estas iniciativas a la sociedad?
—La Biblioteca es un lugar vivo donde todo tipo de público encuentra alicientes participativos para completar su formación y disfrutar de la cultura en cualquier formato de actividad. La inversión en actividades culturales se traduce en un impacto positivo en la sociedad a medio y largo plazo. Mediante nuestro programa de extensión cultural promovemos el acceso y la difusión de nuestras colecciones con el fin de fomentar su utilización, como medio de enriquecimiento cultural, social y económico.
—¿Qué le motivó a dedicar su carrera a las bibliotecas públicas, y qué consejo daría a los jóvenes profesionales que quieran seguir una trayectoria similar en el ámbito bibliotecario o cultural?
—He dedicado mi vida laboral a la gestión cultural, a la documentación, y a las bibliotecas. A los jóvenes profesionales que deseen desarrollar su trayectoria en el ámbito cultural y bibliotecario les diría que es una profesión estimulante y con vocación de servicio público. Que no dejen nunca de formarse y que se esfuercen por conocer los intereses del público para el que van a trabajar; que sean permeables a la demanda social especialmente de los niños, los jóvenes y los grupos más desfavorecidos al acceso cultural. Añadiría que, como servicio público que pretende ir más allá del fomento de la lectura, que defiendan las bibliotecas porque son un elemento insustituible en una sociedad en constante y rápido cambio.
Carmen Delibes y su equipo trabajan para que la Biblioteca Pública de Segovia sea un espacio que vaya mucho más allá del préstamo de libros, quieren que sea un punto de encuentro ciudadano, una herramienta de cohesión social. Quieren que la Biblioteca se convierta en un faro de conocimiento que alumbre Segovia.
