A lo largo de dos maratonianas jornadas y un total de 22 horas de declaración, el Duque de Palma, Iñaki Urdangarín, se desvinculó el pasado fin de semana de la presunta trama por la que junto a su exsocio al frente del Instituto Nóos, Diego Torres, se habría apoderado de unos 5,8 millones de euros de los fondos públicos y privados que la entidad percibió mientras ambos dirigían la asociación sin ánimo de lucro.
Las explicaciones que han ofrecido al juez José Castro las acusaciones y las defensas quedaron reflejadas en una extensa transcripción: un total de 49 páginas a lo largo de las cuales queda constancia de cómo Urdangarín ha insistido en desconocer las operaciones que se tejieron a través de Nóos para desviar los fondos y cómo justificó que de los temas administrativos y de contratación se encargaba Torres.
En su declaración como imputado, el Duque negó haberse puesto de acuerdo con el expresidente del Gobierno balear Jaume Matas para «defraudar a la Administración». De hecho, aseguró que de forma directa solo contactó con él en una sola ocasión, mientras que el resto lo hizo por mediación del antiguo director general de Deportes, José Luis Pepote Ballester.
El yerno de Don Juan Carlos incidió en que ni él ni el Instituto Nóos, que presidió entre 2004 y 2006, y Aizoon han hecho «negocio alguno con el señor Matas». Según explicó, el único contacto que mantuvo con el exjefe del Ejecutivo balear fue cuando participó a éste la urgencia de que se tomara una decisión sobre el patrocinio del equipo ciclista Banesto en atención al calendario deportivo, lo que trasladó a Matas en una reunión mantenida en el Consolat de Mar -sede de la Presidencia del Govern- «a instancias de Ballester».
No obstante, y según publicaban ayer varios medios digitales, el Duque de Palma y Matas se habrían reunido al menos otra vez y la cita habría tenido lugar en el Palacio de Marivent y a espaldas de «su esposa y su suegro».
Según estas fuentes, Urdangarín ha reconocido que en los jardines de Marivent «se produjo una conversación con Matas» en relación con sus «negocios privados». «El objetivo era jugar al pádel», manifestó su Alteza Real. Pero, tras el partido, el Duque de Palma le pidió Matas que el Govern patrocinase al equipo ciclista Banesto, que, tras esta operación, adoptaría el nombre Illes Balears-Banesto.
En otro momento de la declaración, y a pesar de que su abogado lo ha negado, el Duque de Palma admitió ante la Fiscalía Anticorrupción tener una cuenta bancaria en Suiza en la que cobró un proyecto relacionado con la empresa Aguas de Valencia. Al respecto, recordó que medió entre la mercantil levantina y un ciudadano jordano, que fue la persona que abonó este servicio.
El imputado intentó de esta forma justificar el origen de esta cuenta, que figura en un manuscrito que le exhibió el fiscal Pedro Horrach durante su declaración en el marco de la pieza 25 del caso Palma Arena.
El yerno del Rey se desvinculó, asimismo, de una segunda trama internacional dirigida a desviar fondos a paraísos fiscales, al aseverar que la firma Global, de la que percibió 300.000 euros en 2007, pertenece en realidad al empresario y presidente del Club Balonmano Ciudad Real, Domingo Díaz de Mera, según informaron fuentes jurídicas.
Urdangarín afirmó ante el juez instructor del caso Palma Arena, José Castro, que cuando en 2008 rompió relaciones con su exsocio al frente del Instituto Nóos, Diego Torres, tenía «la sensación de que las cuentas no eran transparentes» si bien no lo denunció porque decidió acometer otros proyectos.
En su declaración incidió, además, en que tampoco «tenía las evidencias legales que posibilitaran demandarle». Es más, al ser preguntado por el fiscal Pedro Horrach si a día de hoy tiene planteado denunciarle, aseveró que «de momento no».
El imputado recordó que conoció a Torres cuando éste era su profesor en Esade y, a pesar de que en un primer momento la relación «fue la propia de profesor-alumno», a mediados del año 2002 fue contratado por su antiguo socio y otros profesores de Esade a fin de organizar una consultoría para Octagon S2.
En su comparecencia, el marido de la Infanta Cristina manifestó que desde 2008 no ha vuelto a ver a Torres, a quien atribuyó las decisiones adoptadas a través de Nóos en materia económica y administrativa.
Tras concluir la declaración de Iñaki Urdangarín, que se prolongó hasta la madrugada del lunes, ni la Fiscalía Anticorrupción ni la Abogacía de la Comunidad Autónoma ni el sindicato Manos Limpias, acusación popular en la causa centrada en las actividades del Instituto Nóos, solicitaron medidas cautelares para el imputado, una petición que podría producirse más adelante tras ser recabados nuevos datos e interrogados otros imputados. Por ese motivo, los Duques de Palma viajaron ayer por la mañana a Madrid, desde donde se esperaba que pusieran rumbo a Washington, su lugar de residencia actual, y donde les esperan sus cuatro hijos.
