El pintor madrileño Miguel Ángel Maestro (1953) vuelve a recalar en Nava de la Asunción para mostrar una obra pictórica donde “el color y el paisaje son la fuente de creación de una perspectiva llena de sentimientos y sensaciones percibidas de cada rincón urbano y rural que presentan una mirada diferente a la habitual por esa luz suave y cálida que ilumina atardeceres que al quedar plasmada en el lienzo dan esa belleza plástica llena de paz, sosiego y admiración por la creatividad artística”.
Miguel Ángel Maestro es un pintor de vocación, posiblemente inducido por su trabajo de delineante, que siente la pintura como “una expresión de transmitir la belleza del paisaje urbano, de una calle, de un edificio, de la composición arquitectónica de un conjunto de viviendas y del paisaje rural, de un camino entre pinares o de otros caminos que nos llevan a recorrer la naturaleza del campo o la singularidad de espacios emblemáticos. En ambas miradas hay una constante de luz cálida y luces especiales”.
Una mirada de luz y color entre Nava y La Haya pasando por Madrid. El vinculó familiar y personal que mantiene con Nava son referencia especial en muchas de sus obras donde se plasma en el lienzo no sólo la riqueza artística, si no el sentimiento y el recuerdo que le trae esa imagen y cuyas sensaciones pretende transmitir. De ahí que cada rincón, cada monumento arquitectónico: el caño, la iglesia, la ermita o edificios singulares, junto a cada paisaje natural formen parte de su obra.
“Trato de sacar todo lo que puedo de este pueblo porque me atrae muchísimo, llevo viniendo muchos años, la gente me encanta y me recorro el pueblo dando largos paseos en los que me fijo en cada imagen que puede ser un posible cuadro porque me atrae su luz y perspectiva” comentó el pintor señalando también que lo mismo le sucede con Madrid: “entre Madrid y la Nava es donde me suelo mover, es la ciudad donde nací y me atrae muchísimo, tiene un paisaje urbano y perspectivas especiales que me cautivan por que siempre me han llamado la atención, lugares muy bellos como el retiro, la Gran Vía, las calles del centro de la ciudad, son entre otras vistas fuente de inspiración para crear un cuadro”.
Unas sensaciones que captó también en sus viajes a los Países Bajos, a la ciudad de La Haya donde estudiaban sus hijos. “Es un país maravilloso para pintar, me quedé impresionado por la inmensa belleza de su entorno con una luz esplendida y he cogido muchas vistas de La Haya, de sus pueblos de alrededor, de Ámsterdam, que me cautivaron y las pinté en el lienzo”, señaló el artista añadiendo que “Segovia es una fuente de luz y paisaje” que no le pasado desapercibida y las ha plasmado en algunos de sus cuadros.
Se siente orgulloso de volver a exponer en Nava y de acercar una obra donde recrea su creatividad pictórica intentando expresar la luz y paisaje que percibe con el ánimo de ser percibida a su vez por los que la visitan. “Son paisajes urbanos, rincones que les he andado mucho, y los sigo andando, que me motivan de forma especial por sentimientos y por vivencias”, mantuvo Maestro sobre esta exposición de ‘Luz y paisaje’ que presentará en el local centenario de La Prote el próximo día 24 de octubre y que permanecerá abierta hasta el 4 de noviembre.
