En una romería se ensalza el espíritu, los emblemas en torno al culto y su exaltación festiva. En la pasada romería de la Virgen de la Adrada celebrada el pasado día 13 de mayo, conocida también como el ‘Día de las Aguas’, brillaban de manera especial varias connotaciones de calado muy importantes para los más de 800 cofrades y devotos que integran la cofradía.
Como es costumbre durante la fiesta, la cofradía expuso a la entrada de la ermita el extracto de los ingresos y gastos desde el año 2011 hasta 2012. Un relación especialmente relevante por el contenido en cuanto a gastos. La mayor novedad fue que la corona del niño que lleva la talla de la virgen en el brazo izquierdo, fue estrenada y brilló de manera estelar durante la romería.
Una joya que ha estado sometida a restauración por la empresa ‘Cmeneses’ desde el año 2010. Sobre la pieza se realizó todo un trabajo pormenorizado. “Tras desmontarla, se eliminó el estaño; la plata fue limpiada y saneada; así como se soldó alguna parte”, detalla en el informe. También “se hizo un cincho de plata para sustituir al de plástico, un pulido general, y la aplicación de un baño de oro de 18 kilates”. Para concluir, “montando la corona, y aportar un lacado final para evitar su oxidación”. Entre una de las nuevas aportaciones, destaca “el regalo de un soporte de madera para evitar golpes y mejorar su conservación”.
Pero aquí no acabó todo el capítulo. La fachada principal de esta ermita de traza gótica fue limpiada y picada, y el portalón se ha reparado y arreglado. En uno de los costados del templo, en la puerta del Cristo de Orense, fue renovada la portada y su atrio.
Entre el desglose de gastos que se elevan a 12.621,59 euros, se incluye “el arreglo del camino”, en colaboración con el Ayuntamiento; “cultos, sacerdotes, flores, mantenimiento, limpieza o la reparación de la alarma”.
En la cofradía tampoco podían faltar los agradecimientos “por el regalo de una rampa para bajar la carroza desde el Altar Mayor; las flores de la subida y bajada de la Virgen; el regalo de los bancos; los materiales para picar la fachada; por el cambio de tela de la manda de la cruz de la ermita y el pedestal para su sujeción”.
Los mayordomos de la actual Junta colaboradora, Meinardo Sanz, Vicente Reques y Sagrario Morato señalan que además de los actos religiosos de la subida y bajada de la ermita de la virgen a la iglesia parroquial, durante los meses de junio, julio y agosto se oficiará misa en la Adrada todos los jueves, por el párroco Eduardo E. Muñoz de León.
El Santero vivió en la casa de la ermita hasta el año 1957.- En la fachada norte de la ermita se sitúa la casa del Santero. Una persona que vivía en la misma durante todo el año y cuya misión era proteger y mantener en buen estado el templo y la pradera. Resulta curioso todavía entrar en la misma, donde permanece la chimenea francesa, la alcoba y habitaciones de lo que fue la vivienda. Meinardo Sanz, mayordomo de la Cofradía, recuerda que los últimos santeros permanecieron en la ermita hasta 1957. “Se llamaban Luis y Gala, y una vez que se fueron, ingresaron seguidamente en las Hermanitas de los Pobres y anteriormente Luciano y Lorenza”. Meinardo muestra un cuadro recaudatorio que pende de la pared con el que los santeros acudían a pedir en nombre de la virgen, por las casas del pueblo, e incluso vendían nueces que recogían de los árboles de la pradera.
Por otro lado, la leyenda también se ha hecho eco del lugar, dicen que durante la Guerra de la Independencia era muy conocido el Santero de la Adrada, a quien llamaban ‘rebañagañotes’, en alusión a que sesgaba el cuello a los soldados franceses cuando intentaban asediar la ermita.