Caja Segovia se impuso en una de sus canchas malditas en el retorno de la máxima competición del fútbol sala español tras el largo paréntesis del Europeo. Lo hizo merecidamente, en un encuentro frenético, sufriendo mucho en el tramo final hasta que dos dianas postreras ensancharon el marcador hasta la comodidad que refleja ese 4-7 final. Los navarros tuvieron un buen arranque, pero luego el Caja supo equilibrar la cuestión y ser más resolutivo en sus llegadas, alzándose al final con una victoria de prestigio en el Universitario.
MRA marcó en el primer minuto en un gran inicio de encuentro de los locales, que casi en su primer tiro a puerta se adelantaban con tanto de Parrel. El conjunto local controló y llegó muchas veces ante la puerta cajista con tiros lejanos de Araça y llegadas de Jesulito en esos primeros minutos, con el quinteto segoviano desacompasado en su juego. Controlaba MRA Navarra en el centro de la cancha, con una defensa sólida. Esos primeros diez minutos fueron un monólogo de los de casa. Pero un fallo defensivo local permitía a David marcar el gol de la igualada a los once minutos, un tanto que dio un giro copernicano al encuentro.
Con ese marcador, los hombres de Caja Segovia cogieron las riendas del choque, moviendo bien el esférico y creando más peligro que MRA en sus acciones. Los locales perdonaban en sus llegadas, y además Cidao firmó un recital. Nano Modrego marcaba en una contra tras un fallo de Javi Eseverri, dando la vuelta al electrónico con el 1-2, y poco antes del descanso llegaba el tercero en una jugada de mala fortuna para los locales. Nueva contra letal de Caja Segovia y Usín anotaba en su marco al intentar despejar.
En la segunda parte estuvo mejor el Caja Segovia, si bien los locales acabaron enfadados con los dos colegiados, permisivos con la presión de los castellanos. Reclamaron algunas faltas los jugadores de Pamplona. En el inicio, con presión de MRA en busca de la remontada, Araça marcaba el 2-3 poniendo salsa al encuentro.
Pero la reacción de Caja Segovia no tardó tanto como en el primer período. Los visitantes volvieron a coger el tino al encuentro, jugando bien el balón con dinamismo y sentido vertical del fútbol sala. Matías hacía un gol y llegando al ecuador del segundo tiempo, Keny certificaba su calidad en el debut haciendo el quinto de los castellanos.
MRA se desangraba en su propia incapacidad, e Imanol Arregui se jugaba sus cartas a la desesperada a ocho minutos del final poniendo a un portero-jugador que podía suponer la gloria o una goleada en contra. Jugando a las cuatro esquinas, los locales acorralaban a un Caja cómodo con el marcador a su favor, pero que a punto estuvo de sufrir una zozobrante situación a cinco minutos del final.
Y es que Rafa Usín, desde cerca, hacía el 3-5 en el minuto 34 de partido. Quedaba un mundo por delante, y nada más recuperar el esférico tras el saque de centro del campo, Cuco anotaba de nuevo llevando la euforia al graderío. 4-5, mucho por jugar y nerviosismo en los visitantes. Pero Javi Eseverri desperdició la oportunidad clarísima de hacer el tanto del empate. O mejor dicho, Cidao la frustró con un paradón antológico. Ahí se acabaron las salvas de peligro de la escuadra pamplonesa, cada vez más cansada en su intento de remontar.
Caja Segovia podía mover la pelota con algo más de tranquilidad, y aprovechando la situación desesperada de los locales, el peligro era claro para la integridad del marco navarro. A dos minutos del final, Tobe le ponía la puntilla al encuentro, y aunque los locales no cejaron en su empeño de recortar las distancias, lo único que hicieron fue facilitar la cuestión para que, a placer, Alvarito hiciera el séptimo tanto segoviano ya en el último minuto.
Era el telón a un encuentro entretenido, donde Caja Segovia supo machacar en los momentos oportunos y rehacerse a su pésimo primer cuarto del encuentro. Los locales notaron sus numerosas ausencias por lesión y los puntos cogen con merecimiento el camino hacia el Pedro Delgado. Así se regresa tras un parón.
