Como cabía esperar, tras la entrada de España en tasa negativa de crecimiento en el último trimestre de 2011, que asoma la economía nacional (-0,3%) a un segundo periodo de recesión, la Comunidad sigue la misma tendencia. En concreto, Castilla y León registró en los tres últimos meses del pasado ejercicio un crecimiento negativo de siete décimas en relación al trimestre precedente, dando continuidad a la evolución descendente seguida a lo largo de todo 2011.
Si en marzo el crecimiento intertrimestral era todavía del 0,8%, en junio se limitó a un 0,3% y en septiembre se quedaba en una sola décima positiva, según los datos ofrecidos ayer por la consejera de Hacienda, Pilar del Olmo, en la presentación de la contabilidad regional correspondiente a 2011, que arrojó un resultado interanual positivo del 0,8%.
A la vista de la evolución del producto interior bruto nacional y regional, la Junta espera ahora a que el equipo económico de Mariano Rajoy corrija las previsiones económicas del anterior gobierno socialista. Muy lejos -en todos los sentidos- queda el incremento del 2,3% anunciado hace diez meses para 2012 por la entonces ministra Salgado, mientras el actual titular del ministerio, Luis de Guindos, lleva dos meses advirtiendo de una segunda etapa de recesión. A falta de previsiones oficiales, la propia responsable de Hacienda de Castilla y León también teme crecimiento negativo para este año, de acuerdo a lo ya adelantado por institutos como Funcas e Hispalink.
En un mercado interior que continúa contraído, las esperanzas continúan puestas en el tirón de las exportaciones que en 2011 han registrado un nuevo récord de ventas. “Confiamos en las buenas perspectivas de nuestras grandes empresas fuera de España”, expresó Del Olmo.
Previsiones de la UE
En todo caso, la consejera considera determinantes las perspectivas para España que la Unión Europea publicará el próximo jueves 23 de febrero, porque a través de ellas se establecen los objetivos de déficit. «El esfuerzo que la UE pide a España se hace en función de estas previsiones y ese ajuste determina cómo crecerá la economía nacional», argumentó Del Olmo.
En relación al pasado ejercicio, la región cerró su contabilidad con una décima de crecimiento interanual por encima de España, ambas alejadas de la media europea (1,5% en la zona euro y un 1,6% en la UE de los 27). Se trata del segundo aumento consecutivo del PIB, tras el 0,5 registrado en 2010 y después del primer periodo de recesión de 2009 cuando la economía sufrió un desplome del 3,5 por ciento en relación al año anterior.
Del Olmo atribuyó al buen comportamiento del comercio exterior la cara positiva del tejido productivo regional, con una contribución al crecimiento del PIB por parte de las ventas exteriores del 1,4% (1% en 2010), informa Ical. En cuanto al análisis sectorial, la industria registró un mejor balance que en 2010 y aumentó cinco décimas hasta finalizar con un crecimiento del 3,1%. Las ramas energéticas fueron las responsables del avance, pasando del 2,7% al 8,5, mientras las manufactureras cayeron cuatro décimas (del 2,4 al 2%. Los servicios se mantienen estables y el sector primario creció, pero en menor medida que durante 2010 (4,3% frente al 13,6% logrado por una excepcional cosecha de cereal). Finalmente, la construcción continúa un año más profundizando su crisis (-6,5%). Aunque la edificación suavizó su tendencia contractiva, la obra pública civil intensificó su retroceso bajo el efecto de la lucha contra el déficit.
