El acuerdo entre FCC y sus trabajadores, y la consecuente desconvocatoria de la huelga en el servicio de basuras, ha sido aplaudido por todos los grupos con representación municipal. Los líderes políticos municipales coincidieron ayer en destacar el esfuerzo negociador de los representantes de la empresa y los trabajadores y la desactivación de una protesta que hubiera sido muy perjudicial para las partes en conflicto y para la propia ciudad.
Los trabajadores de FCC, reunidos en asamblea, aceptaron el jueves por la noche el principio de acuerdo alcanzado, horas antes, por sus representantes y la empresa; lo que permitió desconvocar la huelga indefinida que la plantilla tenía previsto iniciar en esa jornada. FCC ha renunciado al despido de 22 trabajadores a cambio de la congelación salarial de la plantilla, de 138 empleados, durante los dos próximos años, y la amortización de plazas que queden vacantes, por jubilación, hasta 2016, momento en el que se fijará la plantilla definitiva, que se mantendrá hasta la finalización del contrato, en 2018.
En declaraciones a los periodistas, el alcalde, Pedro Arahuetes, indicó ayer que era «lógico» que la huelga se desconvocara, puesto que había un preacuerdo «muy trabajado a lo largo de mucho tiempo». El regidor quiso «felicitar» a empresa y trabajadores porque «han sabido estar a la altura de las circunstancias, han sabido valorar los pros y los contras de la situación, han sabido ceder cada uno hasta donde podía y al final el resultado es una buena noticia para los segovianos».
Sobre la tarea ejercida por el Ayuntamiento y, concretamente, por el equipo de Gobierno socialista para poner fin al conflicto, Arahuetes subrayó que los responsables políticos nunca se quisieron inmiscuir en las negociaciones y que adoptaron, en todo momento, un papel de «neutralidad». «El Ayuntamiento no entró en las relaciones de la partes, a pesar de que se pidió de forma insistente, hemos mantenido siempre nuestra neutralidad en el conflicto», dijo el alcalde, quien manifestó el «respeto absoluto» que desde el municipio se tuvo con «el derecho huelga que tenían los trabajadores, sin obviar el derecho a la prestación del servicio que tenía el Ayuntamiento«.
No obstante, el alcalde admitió que «por responsabilidad» estuvo en contacto con las dos partes «para llegar a ese acuerdo».
En similares términos se expresó ayer, a preguntas de este diario, el jefe de la oposición, el portavoz municipal del PP, Jesús Postigo. «Creo que todos tenemos que valorar el buen sentido de la responsabilidad que han demostrado los trabajadores y la empresa», afirmó Postigo. «Les felicito y les doy las gracias -continuó- por su esfuerzo por llegar a un acuerdo en beneficio de las dos partes y de los segovianos». Postigo indicó que «supongo que nadie sale ganando y perdiendo, pero todos ganamos, y yo creo que el daño [que la huelga] podía haber ocasionado en la economía y el turismo bien merece ser agradecido, felicitar el esfuerzo , el trabajo, el esmero y las horas de sacrificio de unos y otros para llegar a un acuerdo».
Gestión pública
A Luis Peñalosa (IU) la resolución del conflicto le parece «muy bien» sobre todo, según dice, «porque los trabajadores están de acuerdo». IU, según dijo el concejal, aboga por que servicios públicos «básicos» como la recogida de basuras o los autobuses urbanos se deben «municipalizar». La gestión directa del Ayuntamiento evitaría, a juicio de Peñalosa, que «cada cierto tiempo surjan conflictos de este tipo, porque las empresas presentan ofertas económicas a la baja para obtener la adjudicación, esperando después mejoras en el contrato para cobrar más caro el servicio».
Para el concejal de IU, mientras los servicios lo asuman empresas privadas siempre habrá riesgo de conflicto laboral. «Acuden a la subasta con ofertas bajas, quieren grandes beneficios y empiezan a trampear, a presionar a los ayuntamientos y a amenazar con despidos», indicó Peñalosa, quien recalcó que «el Ayuntamiento no necesita beneficios, debería gestionarlo directamente», dijo Peñalosa. El concejal de IU se felicitó por que se haya mantenido el empleo en FCC, aunque la empresa congele el salario de la plantilla durante los dos próximos años.
El comité de empresa defendió el acuerdo en el argumento de que, tras unas duras e intensas negociaciones, habían logrado la principal reivindicación de la plantilla: el compromiso de la empresa de dar marcha atrás en su propósito de despedir a 22 trabajadores fijos la próxima semana.
La renuncia de FCC a los despidos supondrá a los trabajadores asumir no pocos sacrificios, como la congelación salarial para 2012 y 2013, el aumento de la jornada laboral o la rebaja en el número de días para asuntos propios que disfrutan por convenio los empleados.
