Ayllón decorchó su feria de San Miguel con una importante novillada de Cebada Gago, con utrero bravos, exigentes y con clase, de la que el vitoriano Pedro Andrés y el turolense Tomás González salieron en hombros, tras cortar dos orejas cada uno, y en la que el jienense Antolín Jiménez, que sustituyó a José Antonio Díaz ‘Joselito de Córdoba’ dejó lo más destacado, sin espada.

Abrió plaza un novillo bien hecho, enmorrillado, bizco, acucharado y astifino, que pese a salir algo parado embistió con fuerza y fijeza en los capotes. Se empleó en el tercio de varas con casta y fue orientándose. Duro y reservón, no regaló nada por el pitón derecho y Pedro Andrés, consciente del peligro que arrojaba, apenas se acopló. El vitoriano logró sacar algún pasaje estimable por el lado izquierdo, en un trasteo que no llegó a despegar y que terminó sin tino a espadas.
Después, se vio las caras con un excelente utrero salinero, bajo y muy vistoso de capa, que cumplió en el peto del caballo y después humilló con buena son y acometividad. Embistió con bravura y tuvo exceso de celo y repetición ante un dispuesto Pedro Andrés, que por momentos estuvo desbordado. Cuando el animal redujo un punto su intensidad, ya en el trance final, el vitoriano logró sacar dos tandas con tesón. Remató de un certero espadazo y cortó dos orejas.

Rebrincado y con brío tomó parte el segundo ejemplar de la tarde. Un novillo que tuvo su punto de exigencia y al que González, a base de toques firmes, consiguió sacar naturales importantes en una destacada faena. Tras un pinchazo, enterró tres cuartos de acero, que le valieron para pasear el primer trofeo de la tarde.
El quinto salió derrochando bravura y a punto estuvo de desmontar los burladeros. Se escobilló el pitón derecho, que era una lija. Sin probaturas, González intentó estirarse a la verónica, mientras el novillo seguía empleándose con fuerza. Sin embargo, todo lo que desprendió en los primeros tercios menguó en la muleta y resultó un astado al que costaba sacarle los pases. La insistencia del turolense fue clave para firmar un trasteo notable y cortar otro apéndice.
Jiménez sorteó en primer lugar a un astado serio de expresión, que sin ser fácil tuvo nobleza. El jienense lo toreó con firmeza y, por momentos, con gusto. Pese a dejar una entonada actuación, marró con la espada.
Ya casi de noche, cerró plaza astado gordo y bien hecho, acucharado, brocho y cubeto, con el que Jiménez fue todo entrega. De rodillas y después en redondo toreó con mucho asentamiento a un ejemplar con clase y codicia. El novillero de Úbeda estuvo muy acoplado y se pasó muy cerca al utrero, dejando los mejores naturales de la tarde. Volvió de rodillas en un broche de emoción, pero no anduvo acertado con la espada. Al final, se fue de vacío, en un festejo que concluyó con la salida en hombros de Pedro Andrés y Tomás González, dentro de una importante novillada de Cebada Gago.
Ficha
Plaza de Toros de Ayllón. Tres cuartos de entrada. Novillos-toros de Cebada Gago, bien presentados y de juego desigual; entre los que destacaron los lidiados en cuarto y sexto lugar, reconocidos con vuelta al ruedo.
Pedro Andrés, silencio y dos orejas.
Tomás González, oreja y oreja.
Antolín Jiménez, que sustituyó a Joselito de Córdoba, silencio y palmas.
