El 24 de septiembre se celebra tradicionalmente la festividad de la Virgen de la Merced, patrona de los presos y de las instituciones penitenciarias. Hoy jueves, un día después de lo que marca el calendario, el centro penitenciario de Segovia celebra esa festividad con un acto especial porque, además, se cumplen ahora los 25 años de su apertura. Un acto al que han acudido el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, el defensor del pueblo, Ángel Gabilondo, y el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, entre otros.
Y aunque el ambiente dentro de la cárcel segoviana a mediodía era festivo, en la puerta el ambiente era más bien reivindicativo. Una treintena de funcionarios de prisiones y representantes sindicales esperaban al ministro y su comitiva con gritos de “Marlaska dimisión” y pancartas en las que se podía leer “Saturación de internos con patologías psiquiátricas”, “Funcionarios de prisiones, autoridad ya” o “Stop agresiones”.Los manifestantes no consiguieron hacer llegar sus reivindicaciones a Grande-Marlaska, aunque el defensor del pueblo sí se paró unos instantes para interesarse por ellas.
Justo antes de los actos, los concentrados leyeron un manifiesto que recoge sus peticiones. “¿Quién nos iba a decir a los trabajadores, algunos de los cuales inauguraron el centro, que 25 años después íbamos a estar en unas condiciones tan difíciles”, comienza el escrito.
En clave local, el texto asegura que el principal problema del centro penitenciario de Segovia es que fue diseñado para un tipo de preso que no es el que finalmente alberga. “Uno de los problemas fundamentales es la mala clasificación de los internos que acogemos, con un perfil de los mismos no acorde con la infraestructura realizada. Disponemos de pocos módulos para albergar internos altamente conflictivos”, asegura el manifiesto.
“En el último año se han producido varias situaciones protagonizadas por internos muy peligrosos, claramente inadaptados al régimen ordinario de vida, en las que han sido agredidos funcionarios”.
El texto, firmado por TAMPM (Tu abandono me puede matar), sindicato convocante de la concentración, también incluye otras reivindicaciones que se repiten en el resto de centros penitenciarios de España: mejora de las condiciones laborales, eliminación de las agresiones, reconocimiento del funcionario de prisiones como un agente de autoridad o la equiparación salarial con los trabajadores de otras comunidades autónomas.
Ismael, de TAMPM, resume así la principal deficiencia de la prisión segoviana. “Reivindicamos una clasificación correcta de los internos. Están mandando a Segovia internos a un segundo grado que en realidad, por su comportamiento, deberían estar en un primer grado. Ese es el principal problema que tenemos, no estamos preparados para acoger ese tipo de internos. Son peligrosos, no por lo que hayan hecho fuera, sino por su comportamiento dentro. Nos llegan internos que han provocado conflictos muy graves en otros centros, desde quemar celdas, agredir a compañeros o a psicólogas o con agresiones sexuales a sus espaldas, cuando a esos internos deberían mandarlos a un primer grado”, explica.
Los incidentes más recientes se remontan a este mismo verano. “Varias agresiones han terminado en bajas médicas muy largas de compañeros”. Agresiones que para TAMPM tienen un origen muy claro: “La falta de disciplina”. “Las agresiones a funcionarios de prisiones salen gratis, como mucho una multa. Si fuéramos autoridad, como la Policía Nacional, ese misma agresión les podría suponer dos años más de condena, y entonces se lo pensarían dos veces”, se lamenta Ismael.
Entre los que portaban pancartas también estaban representantes en Segovia del sindicato de la Policía Nacional Jupol. “Pedimos lo que llevamos tiempo pidiendo, la equiparación salarial, porque la brecha salarial con las policías autonómicas cada vez es mayor, y que sea reconocida la profesión de riesgo para todos los compañeros”.
El ministro responde
Aunque era un día de celebración, entregar medallas y de presumir de logros, el ministro de Interior no puedo evitar responder a los funcionarios que le pedían explicaciones. “Reducir las agresiones es nuestro objetivo prioritario. Estamos trabajando permanentemente con los sindicatos de instituciones penitenciarias en ese sentido. Nadie puede negar que desde que llegamos al ministerio hemos incrementado la retribución de los funcionarios en un 30%, que se les ha reconocido la carrera profesional o que hay mejores infraestructuras”, detalló Grande-Marlaska.
Sobre las agresiones, el ministro de Interior se mostró aún más firme. “La seguridad de nuestros funcionarios es una prioridad máxima. Hay nuevos protocolos para valorar lo que es una agresión, por eso también el número de ellas se ha incrementado, porque hay una mayor seriedad y mayor control. No admitimos ninguna inseguridad por mínima que sea”.
“Que los funcionarios de prisiones sean reconocidos como agentes de la autoridad es un compromiso de este ministro que está ahora en el ámbito parlamentario. Pero hemos ido más allá, también les hemos reconocido el principio de indemnidad, es decir, que en caso de ser agredidos en el ejercicio de sus competencias, los funcionarios sean indemnizados automáticamente como el resto de agentes de seguridad”, concluyó el ministro.
