El corredor británico Mark Cavendish (HTC) aprovechó ayer la última oportunidad de los sprinters antes de los Pirineos para imponerse en la undécima etapa del Tour, en la que el francés Thomas Voeckler (Europcar) conservó el maillot amarillo y los favoritos pasaron el día con la mente puesta en Luz Ardiden.
Cavendish, en medio del diluvio, aumentó su cuenta particular a las 18 victorias en la ronda gala, la tercera en la presente edición, solo un día después de claudicar ante uno de sus mayores enemigos, el alemán André Greipel (Omega), que hubo de conformarse con la segunda plaza, mientras que la tercera fue para el estadounidense Tyler Farrar (Garmin).
La venganza del ‘expreso de Man’, herido en su orgullo, no se hizo esperar en la jornada disputada entre Blaye les Mines y Lavaur, de 167,5 kilómetros. Una victoria clara que Cavendish vio repetida en la pantalla gigante de meta. Se recreó junto a sus compañeros del equipo HTC mientras comprobaba que había ganado por más de una bicicleta de ventaja. Además, también se enfundó el maillot verde, otro de sus objetivos en la presente edición, como lo es para el español José Joaquín Rojas (Movistar), séptimo en meta y a 16 puntos del británico en la clasificación de la regularidad.
Fue una etapa sin dificultades, previa a los Pirineos, donde espera el primer final en alto, en la cima de Luz Ardiden. Jornada escrita para los velocistas, quienes apenas tendrán dos opciones más, en las jornadas que finalizarán en Montepellier y en los Campos Elíseos de París.
Mientras la escapada alimentaba sus ilusiones y el HTC conducía el pelotón para anularla, los favoritos se escondieron en posiciones seguras, tratando de aplicar la ley del mínimo esfuerzo, con la mente puesta en la inminente montaña, donde ya cada uno deberá enseñar sus cartas. La alta jerarquía llegará a la cita en un pañuelo de minuto y medio. Y el francés Thomar Voeckler (Europcar) feliz por vestir de amarillo un día más, seguido por Luis León Sánchez a 1.49.
Contador
Mientras tanto, Alberto Contador se mostró contento con la respuesta de su controvertida rodilla derecha, inflamada desde la caída de la quinta etapa, pero ante la batalla prevista en Luz Ardiden prefirió quedarse a cubierto. «Estoy mejor, pero habrá que ver cómo responde, y tomaré una decisión en el último puerto».
«Los que tiene que llevar la iniciativa son otros, mi momento aún no ha llegado», afirmó el madrileño, que agregó que «la gente va a estar a la expectativa, van a tener que lanzar la carrera, por ejemplo, los hermanos Schleck».
Ayer no tomó la salida el francés John Gadret (Ag2r), cuarto en el pasado Giro de Italia y agotado en el ecuador de la ‘Grande Boucle’, en una etapa lanzada desde el kilómetro 19 por el español Rubén Pérez (Euskaltel), el holandés Boom (Rabobank), el ucraniano Grivko (Astana) y los franceses Delage (Francaise), Valentin (Cofidis) y Engoulvent (Saur), protagonistas de la escapada de rigor.
El HTC tuvo claro desde las primeras pedaladas que había que llegar al sprint, por lo que fueron los hombres de la escuadra estadounidense los encargados de tirar del pelotón durante todo el día. Una paliza que alcanzó su primer objetivo a cuatro kilómetros de la línea de meta, cuando los aventureros fueron neutralizados, a pesar de la última y efímera resistencia de Boom, que se hizo el valiente e intentó llegar en solitario.
Seguía lloviendo a mares, pero la maquinaria ya estaba en marcha para la llegada masiva. Los hombres de Cavendish se fueron apartando hasta que Renshaw, último lanzador, dejó a su líder al frente de la serpiente multicolor para rematara la faena. Salió desde una posición bastante retrasada, pero devoró a todos sus rivales.
De nuevo en el podio, celebró el hecho de haberse vestido con el maillot verde. «Es el más especial y voy a tratar de conservarlo hasta que llegue a París», manifestó. Ahora le tocará sufrir en la montaña y tratar de no llegar fuera de control. En el Giro de Italia fue acusado por el español Fran Ventoso de haber subido el Etna agarrado a un coche. Sabe que, por unas cosas u otras, va a estar en el punto de mira. Es Mark Cavendish, el ‘bad boy’ del pelotón.
El Tour de Francia entra hoy en los Pirineos con la jornada reina del tríptico de montaña que empezará a clarificar la general.
