Los inversores europeos pasaron ayer, en cuestión de minutos, de la euforia al pesimismo, ante la negativa del Banco Central Europeo (BCE) a adquirir títulos de deuda pública española. La decisión de la entidad monetaria hizo que la prima de riesgo nacional -diferencial entre la rentabilidad de los bonos de deuda a 10 años alemán y español- superara los 400 puntos básicos, cerrando la cotización en 398 y batiendo, como desde hace días, un nuevo récord. El Ibex 35 perdió un 3,89% al concluir la sesión, lo que supuso la mayor caída anual.
El resto de los parqués europeos también se dieron el batacazo. Londres, Fráncfort y París se dejaban un 3,2%, 3,5% y 4%, respectivamente. Italia fue castigada con un 3,2% y su prima de riesgo cerró en 389 puntos básicos.
Estos resultados pusieron en evidencia que de muy poco sirvieron las palabras de Jean-Claude Trichet, presidente del BCE, al anunciar que la institución había decidido mantener el controvertido programa de compra de deuda pública y considerara que eran necesarios más incrementos en los tipos de interés.
En la conferencia de prensa en Fráncfort tras la reunión mensual del consejo de gobierno del BCE, en la que se decidió mantener los tipos de interés en la zona del euro en un 1,5%, Trichet adelantó también una operación extraordinaria de inyección de liquidez mediante préstamos a los bancos comerciales en la eurozona a un plazo de seis meses.
El mandatario insinuó que, mientras él hablaba, el BCE habría comprado deuda pública de algunos países periféricos, en un golpe de efecto para frenar los movimientos especulativos en los mercados de renta fija de la zona del euro contra España e Italia.
«No me sorprendería que antes del final de esta rueda de prensa, viéramos algo en el mercado, no lo excluyo», respondió el banquero a las preguntas de los periodistas ante la reaparición de ataques especulativos.
Lo cierto es que El BCE compró solo bonos soberanos de Portugal e Irlanda, según algunos operadores financieros.
prueba superada. Por otro lado, España superó la presión y colocó 3.311 millones en bonos. Aunque la demanda volvió a duplicar la oferta, pero tendrá que pagar el interés más alto desde 2008. El Tesoro sigue contando con la confianza de los inversores y se queda cerca del rango alto de los objetivos previstos, de entre 2.500 y 3.500 millones de euros. Sin embargo, como era de esperar tras el rebrote de las tensiones, la rentabilidad repuntó hasta sus niveles más altos desde 2008. La emisión de bonos a tres años se saldó con una colocación de 2.200 millones de euros, frente a una demanda de 4.716 millones, más del doble, si bien algo más baja que en emisiones anteriores. El tipo marginal se situó en el 4,90%, su nivel más alto desde 1997 y superior al del 4,32% de la última colocación.
Por otro lado, la reapertura de la emisión de obligaciones a con vencimiento en 2015 se saldó con una colocación de 1.111 millones de euros y una demanda de 2.668 millones de euros. En este caso, la rentabilidad se ha situado en el 5,05%.
«Durante unos días»
Por su parte, la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, afirmó que se seguirá adelante con las subastas previstas y, aunque apuntó que no se ha suspendido ninguna emisión, «ni en los momentos de mayor tensión», no especificó que la próxima subasta prevista para el 18 de agosto se aplaza al 1 de septiembre.
Salgado, que reconoció que las tensiones continuarán durante unos días, recordó que las emisiones realizadas hasta la fecha por el Tesoro público han cubierto ya dos tercios de las necesidades de financiación del año, y apuntó que la deuda terminará el año en el entorno del 68% del PIB, muy lejos de países como Alemania o Bélgica que superan el 100%.
La rentabilidad media de la venta a corto plazo, del 2,519% sigue siendo baja en relación con el tipo medio, que se sitúa en el 3,89%, mientras que en el caso de la deuda a largo plazo, esta rentabilidad se ha disparado hasta el 6,191%.
La política calificó de «injustificados» los ataques de los inversores sobre España e Italia. «Acudimos a los mercados siempre con nuestro mejor criterio y con la esperanza de que los contactos mantenidos ayuden a calmar los ánimos», señaló.
