El Viveros Herol Nava comenzó la Liga Asobal con una derrota en el pabellón Santiago Manguán de Aranda de Duero que puede entrar dentro de la lógica teniendo en cuenta los condicionantes del partido, pero que también puso en evidencia un problema en el que poco tiene que ver el cuerpo técnico o las conexiones que todavía faltan entre jugadores que apenas conocen a sus nuevos compañeros, sino que afecta ala calidad de los lanzamientos.
La diferencia entre los buenos y los grandes jugadores suele ser cosa de centímetros. Y ante el Tubos Aranda, como reconoció Gonzalo Carró al final del partido, los errores en lanzamientos claros, no los de nueve metros con dos jugadores delante más un portero de mucha calidad como es Pau Guitart, sino en los de seis metros en los que el guardameta del Tubos Aranda les comió la moral a los jugadores naveros, acabaron por ser decisivos.
Este problema ya se puso en evidencia en temporadas anteriores con plantillas mucho más veteranas como la del curso 24/25 que también pasó por problemas de finalización en no pocos partidos. Los sistemas ofensivos se construyen para dar ventaja al lanzador a la hora de ejecutar su remate, y en Aranda salvando los lógicos problemas de acoplamiento sí hubo momentos en los que los sistemas funcionaron, y donde se falló fue en la culminación de esos sistemas. Lo bueno es que hay tiempo hay para mejorar en esa, y en otras, facetas.
