Empieza septiembre. El mes de las novilladas, donde se descubren los nuevos talentos y donde se curten las promesas. En la novillada de Cuéllar, que llevó el hierro veragueño de Aurelio Hernando -al que se sumó un sobrero de Montes de Oca-, actuó una terna todavía por coger experiencia y ganar sitio, de la que el mejor parado salió Salvador Herrero, tras encontrarse con un utrero de nombre ‘Bomberucho’ que apagó el fuego del exigente primero de su lote que fue reventado en varas. Muy firme el salmantino, con importantes pasajes al natural, salvó la tarde y cortó dos orejas para salir por la Puerta Grande. Por su parte, Borja Ximelis paseó un trofeo al conjunto de una actuación en la que voluntad no faltó con el lote más propicio, además del buen uso de la espada. Completó el cartel Jesús Yglesias, que dejó destellos.

Abrió plaza un astado muy fino y alto, que fue pésimamente picado con bajonazo y evidenció su justeza de fuerza. Aun así, el ejemplar de Hernando mostró clase y nobleza en la brega. Por su parte, Ximelis tomó parte en el coso cuellarano meciendo el capote con estilo, con dos buenas verónicas, y voluntarioso en banderillas. Con la muleta, anduvo más pendiente del acople y el lucimiento que de aprovechar la nobleza del animal -no tuvo ninguna maldad- y exprimir sus virtudes, y la actuación quedó parca de emoción, pese a destilar unas elegantes maneras. Finalizó de un espadazo vertical y un golpe de cruceta, que no encontraron eco de premio.
El segundo de su lote no tuvo entrega ni transmisión. Mientras, Ximelis se mantuvo sosegado, sin prisas, intentando hacer las cosas bien, pero también estuvo poco fresco delante de la cara del animal. Puso el broche a su paso por Cuéllar con un estoconazo, que le valió para cortar una oreja. Un trofeo a la disposición con la que estuvo toda la tarde, aunque le faltó dar un paso al frente para que su actuación terminara de romper.

El reseñado como segundo de Aurelio Hernando fue devuelto por acusar calambres del traslado campero y salió en su lugar un sobrero de Montes de Oca, ganadería titular del encierro del miércoles y que no lidió en festejo vespertino. Muy aquerenciado, pronto marcó las salidas y comenzó a rehuir de las suertes. Con una embestida nada franca, llevó peligro en los engaños de Yglesias, que, aunque estuvo algo dubitativo en los primeros trances con la muleta, consiguió limar asperezas y dejar algunos pases de mérito. El astado siguió lanzando gañafones a la salida de los muletazos, avisando de las embestidas no iban a ser un regalo. El novillero optó por coger el acero y finalizó su actuación de un goyetazo.
Buenas hechuras gastó el quinto y buenas condiciones presentó, aunque pidió firmeza y dominio en el embroque. Le costó a Yglesias acoplarse al severo comportamiento del astado y, aunque sacó algunos muletazos, el riesgo y poder del animal terminó eclipsando el trasteo.

El jabonero que hizo tercero despertó la atención del público por sus hechuras: musculado, hondo, bien proporcionado y con sus rizos. Un toro. No gustó tanto al novillero, que pronto se vio podido. El utrero de Hernando tuvo complicaciones desde el inicio y Herrero cobró una fea voltereta. El animal recibió un fuerte puyazo, que mermó por completo el brío que dispensaba de salida. En banderillas se puso extremadamente difícil; lo que obligó a cambiar de tercio, donde la dura vara que llevaba terminó por apagar las buenas condiciones que presentaba. Lo mejor que le pudo pasar al novillero, aunque tuvo que pasar su bache con la espada. Como había brindado al ganadero, se llevó unos pocos aplausos de empatía y terminando canjeando por una ovación.
Cerró la tarde un utrero de excelente condición, con repetición, fijeza y recorrido, al que Herrero toreó con gusto. Cuando no le enganchó, el salmantino dibujó importantes pasajes al natural. Muy firme, pudo desquitarse del primer trance en Cuéllar. El novillo continuó ofreciendo duración y desde el tendido salió algún “no le mates”. Lo mató y bien. Dos orejas para salvar la tarde y cerrar la feria con la única Puerta Grande de luces -las otras dos fueron de rejoneadores-. Una vez concluida la salida en hombros, sonó el “¡A por ellos!”: Cuéllar ya descuenta los días para sus Toros de 2026.
FICHA
Plaza de Toros de Cuéllar (Segovia). Quinto festejo de feria. Alrededor de un tercio de entrada. Novillos-toros de Aurelio Hernando, desiguales de presentación y juegos, entre los que destacó el sexto (‘Bomberucho’); y uno de Montes de Oca (segundo bis).
Borja Ximelis, (aviso) y oreja.
Jesús Yglesias, silencio y silencio (aviso).
Salvador Herrero, ovación y dos orejas.
