Los novillos de la ganadería madrileña Aurelio Hernando protagonizaron un brillante último encierro de las fiestas de Cuéllar, rápido tanto en el campo como en las calles, e incluso el retraso de varios minutos en entrar en la villa del último de los astados contribuyó a que los mozos pudieran disfrutar de las últimas carreras del ciclo de encierros.
Nada tuvo que ver el encierro de la divisa madrileña con el de los de Rosa Rodríguez y Montes de Oca de jornadas precedentes. Los novillos siguieron de manera más que adecuada a los mansos en el encierro campestre, e incluso teniendo que parar antes de tiempo por un incidente ocurrido en el polígono Prado Vega de la localidad, llegaron con mucho margen al descenso por El Embudo.
Allí, muy bien llevados por los caballistas, la manada entró con fuerza en las calles de la villa, dando la oportunidad a los mozos de protagonizar brillantes, pero cortas carreras puesto que los novillos, que no tardaron en destacarse de los bueyes, cogieron mucha velocidad tanto en la calle de la Resina como en la avenida de los Toros.
El problema apareció cuando el último de los novillos se dio la vuelta antes de entrar en la localidad, y los caballistas tardaron alrededor de diez minutos en reconducirlo con la ayuda de los cabestros.
Pero una vez en la avenida Camilo José Cela que da inicio al encierro urbano, el novillo entró con la misma fuerza con la que lo habían hecho sus hermanos minutos antes, y así los mozos tuvieron una última oportunidad de lucimiento antes de que se cerraran las puertas del coso, finalizando el encierro quince minutos después de que las reses entraran en la villa.
Los novillos serán lidiados en la jornada de tarde por Borja Ximelis, Jesús Yglesias y Salvador Herrero.
