Los toros de la ganadería jienense Araúz de Robles protagonizaron un espectacular primer encierro de los cinco que componen las Fiestas del Rosario de Cuéllar, con una duración de poco más de tres minutos en el tramo urbano y sin que se registraran incidentes de consideración. La carrera, que contó con la presencia de una multitud de personas tanto en las calles como en el tramo campestre, se desarrolló con brillantez, ofreciendo vistosas carreras tras la disgregación de la manada en el casco histórico de la villa.
El encierro arrancó desde los corrales situados junto al río Cega, donde los astados de Araúz de Robles iniciaron los cinco kilómetros de recorrido campestre con fuerza, lo que generó momentos de tensión en la primera fase ya que el grupo se disgregó, con dos toros marcando un ritmo más vivo y destacándose del resto
Los más de 200 caballistas inscritos este año desempeñaron un papel fundamental en la conducción del encierro, reagrupando a la manada a la altura del Paso de Máquinas, y llevándola con paso firme hasta la entrada en el casco urbano, haciendo varias pausas de agrupamiento.
Tres grupos
La transición al tramo urbano se produjo por el conocido Embudo, paso estrecho que divide el campo de la villa. Allí, cuatro de los toros tomaron la delantera y accedieron con ímpetu a la avenida Camilo José Cela, dejando a dos rezagados que avanzaban con un paso menos firme.
En esa primera calle se produjeron algunos derrotes aislados de los toros que encabezaban la carrera, sin llegar a generar complicaciones. La manada se disgregó de forma clara al llegar a la calle de la Resina y a la plaza de los Coches, lo que dio lugar a un encierro urbano con varios grupos separados y mayor espacio para las carreras de los mozos.
La calle de las Parras, como es habitual, fue el punto álgido del recorrido urbano. Con los toros ya divididos en tres grupos, los corredores pudieron mostrar su destreza enlazando varias carreras de gran vistosidad, templando las embestidas y manteniendo la distancia justa con las astas. Desde allí, la manada avanzó hacia la avenida de los Toros, donde se mantuvo la dispersión de los animales, que llegaron a la plaza de forma escalonada.
En apenas tres minutos desde la entrada en el casco urbano, las reses alcanzaron los corrales de la plaza de toros, separadas de los cabestros pero sin complicaciones. La rapidez del encierro, unida a la limpieza de la carrera, permitió que no se registraran incidentes de gravedad ni heridos por asta, más allá de algunas caídas sin consecuencias.
El encierro de este domingo fue el primero de los cinco programados dentro de las Fiestas de la Virgen del Rosario, declaradas de Interés Turístico Internacional. Para la jornada del lunes está prevista la salida de los toros de Partido de Resina, que protagonizarán el segundo encierro de las fiestas.
