TORREADRADA
Torreadrada se ubica en la comarca de la “Denominación de Origen Protegida Valtiendas”, junto a la carretera SG-V- 2412 al norte de Castro de Fuentidueña, a escasos 87 km al norte de la capital provincial por la carretera CL-603. Actualmente está poblado por 55 habitantes.
Históricamente la población de Torreadrada se ha dedicado a la actividad agropecuaria, agricultura de secano, viñedo y huerta; ganadería de subsistencia compuesta de: vacuna, mular, asnal, lanar y gallina, así como a una pequeña industria de cáñamo con varios telares. Actualmente la actividad económica de la puebla se circunscribe a la agricultura y el turismo rural. No obstante, aún podemos encontrar numerosas bodegas tradicionales que aunque han perdido su uso primigenio, —almacenamiento del vino que se cultivaba en sus viñedos—, hoy el cultivo de viñedo en Torreadrada es prácticamente testimonial, se han conservado como acogedores lugares de reuniones familiares y sociales.

Parece ser que tras la reconquista de estas tierras por huestes del conde de Monzón Asur Fernández durante el siglo X, se fundó esta puebla junto a un manantial bajo el nombre de Fontem Aderatam, que dicen los entendidos en la materia que significa “Fuente que se aprovechaba por turnos”. Luego la puebla sería destruida, junto a prácticamente toda la comarca, por las huestes de Almanzor en el año 983.
Las siguientes referencias documentales sobre la fundación de una nueva puebla en el mismo solar que ocupara Fontem Aderatam, nos llegan en el siglo XIII con el nombre de Torreadrada, ya entonces bajo el paraguas protector de La Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña creada por Alfonso VII el Emperador el 20 de junio de 1147.
El Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España dirigido y editado por don Pascual Madoz a mediados del siglo XIX, nos dice que por aquél entonces el nombre de la puebla se escribía Torre-Adrada, y que tenía censados 96 vecinos que sumaban 378 habitantes.

Patrimonio histórico-artístico. La iglesia parroquial de Natividad de Nuestra Señora. Creemos que fue por las mismas fechas de la refundación de la nueva puebla cuando se construyó su iglesia con fábrica románica y planta de cruz latina, y luego reedificada durante el siglo XVIII en estilo barroco. En su interior conserva una pila bautismal de traza románica y una buena colección de utensilios para la liturgia, entre los que destacan un cáliz hecho por el platero segoviano Francisco de Plaza y una custodia de sol por el platero de Peñafiel Gabriel de Segovia.
Celebra sus fiestas: San Sebastián el 20 de enero, Santa Águeda el 5 de febrero, San Antonio el 13 de junio y San Agustín 28 de agosto.
CUEVAS DE PROVANCO
Cuevas de Provanco se ubica en tierras lindando con las de las provincias de Burgos y Valladolid, en una solana por cuyo valle corren las aguas del río Botijas, en la comarca de la “Denominación de Origen Protegida Valtiendas”, junto a la carretera que la une con Castrillo de Duero al norte y Sacramenia al sur, a escasos 105 km al norte de la capital provincial. Actualmente tiene un censo poblacional de unos 130 habitantes, que históricamente han venido dedicándose a la actividad agropecuaria, agricultura de secano, viña, algo de huerta y ganadería.
La comarca donde se asienta Cuevas de Provanco fue reconquistada de manos agarenas en los primeros días del mes de agosto del año 939 tras la victoria cristiana en la importante batalla de Simancas. Cruento encuentro de armas entre un conglomerado de tropas cristianas encabezadas por el rey Ramiro II de León, los condes Fernán González de Castilla y Asur Fernández de Monzón, más huestes navarras y aragonesas contra las mesnadas del Abderramán III, con aplastante victoria de las huestes cristianas. Esta victoria fue muy importante, pues permitió consolidar la posesión de la tierra al norte del Duero y puso las bases para seguir conquistando y poblando por el sur.
Precisamente sería Asur Fernández, primer conde de Monzón, quien en el año 943, un lustro después de la toma del territorio, encabezaría la repoblación de la nueva puebla cristiana bajo el nombre de Covas de Provança. Más de siglo y medio después, en 1123, aparecería bajo solo el nombre “Covas”, sin el apellido, que recuperaría seis siglos y medio después, finales del siglo XVIII, con la misma grafía que tiene hoy “Cuevas de Provanco”. Nombre que proviene de las numerosas cuevas que existen en la localidad.
La orografía de la puebla se nos presenta difícil de andar, pues toda ella está en cuesta con apiñado caserío cuyo trazado de calles estrechas y empinadas, repletas de rincones y miradores, se extiende por la solana hasta lo alto del cerro donde se asentaba el castillo del siglo XIV, del que hoy sólo podemos ver restos de un viejo muro derruido.

Se dice que el castillo de Cuevas de Provanco no era un castillo en el sentido tradicional, sino más bien un complejo de robustas edificaciones y cuevas de entre 25 y 100 metros de profundidad excavadas en su subsuelo y en la ladera que se conectaban a través de túneles con distintas zonas de la puebla y con posibles salidas de escape. Estas construcciones subterráneas han sido utilizadas como viviendas y bodegas a lo largo de la historia; pasando a ser la característica distintiva y evidencia de un pueblo que vive en la ladera.
Actualmente estas bodegas se utilizan para acoger las cosechas de vino de los vecinos de Cuevas de Provanco, además en ellas se realizan meriendas y encuentros entre amigos que forman parte de las tradiciones de esta zona.
En Cuevas de Provanco se cuenta una leyenda que parece sacada de las leyendas de la historia de Navarra:
Se cuenta que en Cuevas de Provanco se reunieron los obispos de las diócesis de Burgos, Segovia y Valladolid, para celebrar una comida de hermandad y, cuando se sentaron a la mesa, cada asiento se ubicaba en el territorio de la provincia del comensal.
Leyenda en la Historia de Navarra: En el término de Fitero a orillas del río Alhama afluente del Ebro, se encuentra el Mojón de los Tres Reyes donde según la tradición, en 1196 comieron juntos los monarcas Alfonso II de Aragón, Alfonso VIII de Castilla y Sancho el Fuerte de Navarra, sentados cada uno en sus respectivos reinos y utilizando como mesa un tambor. Fitero debe su nombre a este mojón, llamado también hitero.
Patrimonio histórico-artístico. La iglesia parroquial tiene advocación a La Vera Cruz, y fue construida a mediados del siglo XII en lo alto de la puebla en estilo románico y una sola nave, pero con el paso del tiempo ha necesitado diferentes reformas que han cambiado su primigenio aspecto, aunque mantiene su espadaña. Conserva en su interior una pila bautismal de gran tamaño y estilo románico.
Esta villa tiene además otro patrimonio que enriquece y abrillanta su convivencia “La Asociación Cultural Cuevas de Provanco”, que con unos 600 socios se encarga de mantener vivas las tradiciones de la villa, organizando diferentes actividades de carácter cultural como: La Semana Cultural, recuperación de elementos arquitectónicos deteriorados: como la iglesia, las fuentes y los lavaderos; y lúdico: la matanza, comidas populares, etc.
Celebra sus fiestas: Fiesta del Valle del Botijas, en el mes de junio; Nuestra Señora de la Asunción y San Roque, los días 15 y 16 de agosto y el Patrocinio de María, el fin de semana más cercano al 8 de noviembre.
PECHARROMÁN
Pecharromán es una de las dos pedanías que forman el ayuntamiento de Valtiendas. Se ubica en la comarca de la “Denominación de Origen Protegida Valtiendas”, entre Sacramenia al norte y Valtiendas a este, a escasos 86 km al norte de la capital provincial por la carretera CL-603.
En la actualidad está poblada por unos 4 moradores. Históricamente los habitantes de esta pequeña puebla han venido dedicándose a la industria agropecuaria, agricultura con algo de huerta, viña y ganadería de trabajo y subsistencia, compuesta por vacas como fuerza motriz, mulos y asnos para el transporte, ovejas, cerdos, conejos y gallinas para su alimento.

Había un dicho popular muy usado en los pequeños pueblos que decía: «hay tres fiestas en el año que relumbran más que el sol, la matanza, el esquileo y el día de la función». Emulando al catecismo que decía: hay tres jueves en el año que relumbran más que el sol: jueves Santo, Corpus Cristi y el día de la Ascensión.
Este chascarrillo refleja muy bien las diversiones que tenían los niños en los pequeños núcleos poblacionales como Pecharromán.
Patrimonio histórico-artístico. La iglesia parroquial de San Andrés de fábrica románica en una sola nave con cabecera semicircular, torreón campanario y bella portada.
A medio camino entre Pecharromán y Sacramenia encontramos la pequeña ermita de Santa María de Cárdaba, que en su día era la iglesia del monasterio del mismo nombre. Fue declarada Monumento Histórico Artístico el 22 de febrero de 1996.

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* Juan Fco. Sanjuán Benito
www. juansanjuanbenito.es
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PECHARROMÁN
