Como manda la tradición y es habitual, la noche del 23 de agosto, los Diablillos vuelven a hacer su aparición por las calles de la villa de Sepúlveda. A las 22.00 horas, se apagan las luces de la Plaza de España de Sepúlveda y las calles aledañas, permaneciendo el barrio totalmente a oscuras. A las puertas de la iglesia de San Bartolomé se enciende una hoguera, que simboliza el infierno. Comienza la fiesta. Es la hora de El Diablillo. Detrás de la hoguera, seis jóvenes disfrazados de diablillos, con linternas en la cabeza y una escoba en la mano, bajan los 26 peldaños de la escalinata de la iglesia, corriendo entre la multitud que se agolpa en la dicha plaza, dando escobazos a la gente.
“Cada diablillo tiene dos escoltas, situados a la derecha e izquierda y vestidos de negro, les acompañan abriéndoles paso entre el gentío. Las carreras, sin rumbo fijo, intentan sorprender a los vecinos de Sepúlveda, regresando después de cada carrera a esconderse detrás de la hoguera, saliendo otros diablillos que relevan a los primeros, así hasta concluir los 20-25 minutos que dura la fiesta. Pasado este tiempo, se encienden de nuevo las luces y se apaga la hoguera, terminando así el rito de El Diablillo hasta el año siguiente. En este momento se reparte limonada entre los asistentes, organizado por la peña Las Incas mientras suena la música de una charanga”, explica Pablo Alonso Chacón, presidente de la Asociación ‘Amigos de El Diablillo’.
“En Sepúlveda se extendió la creencia de que cada 23 de agosto San Bartolomé libera al diablo de sus cadenas durante 20 minutos y este recorre la villa, dando escobazos a cuantos se encuentra en su camino”
Y es que, “en Sepúlveda se extendió la creencia popular de que cada 23 de agosto San Bartolomé — al que se representa con el diablo encadenado a sus pies— le libera de sus cadenas durante veinte minutos y este recorre el pueblo, dando escobazos a cuantos se encuentra en su camino, hasta que el Santo vuelve a atraparlo en la iglesia que lleva su nombre”, añade, al tiempo que comenta que por ello el origen de este ritual está en las historias de San Bartolomé: “según cuenta la tradición, estando dicho Santo predicando en la India fue requerido por el rey Polimio, cuya hija estaba endemoniada y atacaba a mordiscos a todos aquellos que se acercaban a ella. San Bartolomé pidió a los criados del rey que la desataran, quedando curada y siendo el diablo quien quedó preso por el Santo”.
ORIGEN
El inicio de esta tradición se pierde en el tiempo. Es decir, nadie sabe a ciencia cierta cuantos años lleva celebrándose la fiesta de El Diablillo en Sepúlveda, pero los más ancianos del municipio aseguran que ya sus abuelos participaban en ella, que nunca se suspendió, ni siquiera con la guerra Civil. Tanto sólo fue cancelada durante los años de la pandemia, 2020 y 2021, provocada por el covid-19.
MANIFESTACIÓN TRADICIONAL DE INTERÉS CULTURAL
En el año 2018 la Diputación Provincial de Segovia otorgó a la fiesta de El Diablillo la distinción de Manifestación Tradicional de Interés Cultural Provincial, un reconocimiento que promueve el Instituto de la Cultura Tradicional Manuel González Herrero y que garantiza el apoyo institucional a aquellas manifestaciones tradicionales cuyo contenido tenga un marcado acento cultural. Su objetivo es el de contribuir a su mantenimiento y difusión garantizando así la pervivencia de las costumbres.
“La Diputación Provincial de Segovia otorgó al diablillo la distinción de manifestación tradicional de interés cultural provincial en 2018”
A través de esta declaración, Sepúlveda se sumó a un reconocimiento vinculado al artículo 2 de la convención de la UNESCO para salvaguarda del Patrimonio cultural e inmaterial.
Para ello, se creó la asociación ‘Amigos de El Diablillo’, con Pablo Alonso Chacón de presidente, José Manuel Cristóbal Horcajo de vicepresidente y Juan Cristóbal Beneyto de secretario, siendo las funciones de dicha formación las de mantener la tradición de la Fiesta de El Diablillo para que perdure en las próximas generaciones y que dicha fiesta se celebre como viene realizándose desde tiempo inmemoriales, el 23 de agosto, con los mismo rituales, material, trajes,…

OTROS DETALLES RESEÑABLES
A esta Fiesta del Diablillo se la considera el preludio a las Fiestas de los Santos Toros, que se celebran el último fin de semana de agosto; es una festividad para todas las edades aunque los que más lo disfrutan son los más pequeños; puede salir cualquier chico mayor de edad como diablillo pero dado que implica un gran desgaste físico, se recomienda estar en forma. Y por este motivo, se pasó hace años de un diablillo a cuatro y finalmente seis.
Los trajes primitivos eran camisetas y pantalones rojos que ya estaban muy desgastados. Por lo que en 2008 se actualizaron, confeccionándoles Manuel Gómez Zía, con unos flecos que con el movimiento simulan las llamas de la hoguera. Y las caras van pintadas de negro, con corcho quemado.
“Ser uno de los diablillos es estremecedor”
“Una descarga de adrenalina tremenda es lo que se siente cuando uno tiene la oportunidad de salir como diablillo. Es una tradición que hemos visto y vivido desde pequeños y de repente verte convertido en uno de ellos, escuchar los cánticos de la gente, las voces del gentío, te estremece… es una sensación especial que permanece siempre”, explica Pablo Alfonso Chacón, al tiempo que añade que “los que dejamos de salir hace ya muchos años cada 23 de agosto seguimos teniendo esa sensación cuando vemos salir al Diablillo”.
El pasacalles de los cabezudos arranca la jornada festiva
Juegos infantiles tradicionales, charangas, la esperada actuación del Dj Bravo y mucho más para festejar el 23 de agosto en la villa
Con motivo de la celebración de la arraigada costumbre conocida como la ‘Fiesta del Diablillo’ “las diversas asociaciones del municipio sepulvedano —cultural ‘Arco de la Villa’, de peñas y ‘Amigos de El Diablillo’— junto al Ayuntamiento de la villa y numerosos establecimientos, bares y restaurantes han organizado diversos actos”, comenta Margarita de Frutos, técnico de Turismo en el Ayuntamiento de Sepúlveda.
Por ello, la jornada festiva del sábado, 23 de agosto, arranca con un pasacalles de cabezudos a las 12.30 horas, acompañados por la música de dulzaina y tamboril.
A las 13.00 horas la charanga Cubalibre será la encargada de amenizar esta esperada jornada festiva en la villa. Actuación en la que colaboran las peñas, ya que está patrocinada por la Asociación de Peñas de Sepúlveda.
Ya por la tarde, a partir de las 19.00 horas, habrá juego infantiles tradicionales para todas las edades, pero en especial para los más pequeños, organizados por la Asociación cultural ‘Arco de la Villa’.
La organización solicita a la gran afluencia de público que se espera que “permitan a los más pequeños disfrutar de esta tradición”
Por la noche, como marca la tradición, a partir de las 22.00 horas tendrá lugar la esperada salida de los seis diablillos por las calles principales del pueblo, en lo que se conoce como la Fiesta del Diablillo, declarada de Interés Cultural Provincial.
A continuación, todos los asistentes podrán degustar una limonada, gentileza de la peña ‘Las Incas’, al mismo tiempo que disfrutan de la música de la charanga ‘Cubalibre’ — patrocinada por la Asociación de peñas— y de la posterior sesión a cargo del disc-jockey ‘Bravo’ —actuación patrocinada por cuatro establecimientos de la localidad—.
Por último destacar que desde la organización piden a todos los asistentes durante la ‘Salida del Diablillo’ que “dejen a los niños y a las niñas disfrutar con seguridad de esta tradición, para lo que solicitan que no se bloquee el paso de los diablillos y sus escoltas”.

