En 1966, en el mandato del entonces alcalde de Fuentepelayo, Francisco Sanz, se convocó el primer desfile de carrozas de la localidad. Entonces los medios eran limitados y también el conocimiento que tenían los vecinos para la construcción de estas esculturas en movimiento. Como año tras año el desfile iba creciendo en calidad, tamaño e interés, se decidió apostar por la iniciativa, y en 1995 el ayuntamiento organizó unos talleres impartidos por un maestro fallero valenciano, que enseñó a los peñistas el arte de construir estas estructuras artísticas con los materiales que se utilizan para hacer las fallas. El resto lo ha logrado la voluntad y el tesón de los fuentepelayenses, que ha hecho crecer aquella iniciativa de hace 60 años hasta convertirla en un referente de transformación cultural y social.

Hoy el desfile de carrozas es un acontecimiento que reúne a miles de personas cada año atrayendo a visitantes de la provincia y de toda España. La Asociación de Carrozas de Fuentepelayo agrupa a las peñas que trabajan durante todo el año para que sus creaciones sean las más celebradas, y acaso llevarse el premio a la mejor carroza que se entrega cada año. Los protagonistas que alimentan esta fiesta cada año son las peñas del pueblo, que además de divertirse se han convertido en auténticos artistas: El Calentón, Ke-Tal, El Descontrol, Nos llaman la Barra, La Trifulka, Adyctos, El Resacón, La Tejada, Kaluas, Pequeños Alborotaos, Bare Nostrum o La Cuba han terminado sus creaciones para este año donde se preparan para salir indios y vaqueros, faraones y egipcios, chiringuitos de playa, alguna escena taurina y alguno de los Picapiedra. Este año, tres monolitos anuncian a quienes llegan a Fuentepelayo que esta es la localidad donde en verano desfilan las carrozas.
