Suenan campanas de boda en la Casa de Alba. Y todo apunta a que la ceremonia religiosa se celebrará esta primavera en la iglesia románica de San Juan Bautista, en Pedraza de la Sierra. Pero no, no se trata del esperado enlace entre la duquesa de Alba y su novio, Alfonso Díez, que tiene en vilo a toda la prensa del corazón, sino del casamiento de un nieto de Cayetana Fitz-James Stuart, de nombre Jacobo, con su novia, Asela Pérez Becerril, una joven de ascendencia ilustre y cuya familia materna está profundamente enraizada en la villa segoviana, donde posee, entre otras propiedades, una elegante casona en la Plaza Mayor, la llamada Casa de los Becerril, en cuya fachada se colocó el escudo de los actuales propietarios.
Cuentan los cronistas de sociedad que Jacobo —primer hijo del matrimonio formado por Jacobo Fitz-James Stuart y María Eugenia Fernández de Castro— y Asela iniciaron su relación hace un par de años y, de acuerdo con una información publicada en el diario ABC “juntos comparten su pasión por el arte, la naturaleza y la literatura”. Y ahora, llegado el momento de elegir dónde se casan, parece ser que la novia quiere que el enlace llegue a cogüelmo en Pedraza, lugar donde ha pasado todos los veranos, desde su niñez.
Aunque con el sigilo consustancial que rodea a la Casa de Alba, los preparativos de la boda han dado comienzo. En principio, la ceremonia se oficiará el 25 de marzo, a las 13 horas, en la iglesia de San Juan Bautista. Previsiblemente, el banquete tendría lugar en algún restaurante de la propia villa. La madre de la contrayente, Margarita Becerril —hija de Juan Becerril, que fue presidente de las salas Cuarta y Sexta del Tribunal Supremo— ha consultado si, al ser el 25 de marzo viernes de Cuaresma, debe pedir una ‘bula cuaresmal’ para los invitados, de forma que puedan comer carne en el convite. Un sacerdote consultado por esta Redacción indicó ayer que, debido a que la fecha de la boda coincide con la festividad de la Anunciación del Señor, “no es necesario guardar la abstinencia”. Las familias de los novios han realizado ya reservas en diversos alojamientos de la villa, solicitando encarecidamente a sus propietarios que eviten la presencia de periodistas.
En cualquier caso, los preparativos están a expensas de que la propia duquesa de Alba visite Pedraza, a mediados de febrero, para supervisar todo. “Si ella da el visto bueno, los planes seguirán su curso; si no lo da…”, declaraba ayer un pedrazano, que todavía no cerraba la puerta a que, a última hora, Cayetana de Alba opte por el Palacio de Liria, en Madrid, u otra de sus posesiones, para celebrar el enlace, en un intento de velar por la intimidad de la boda.
Los dos ‘jacobos’.- El novio, Jacobo, tiene en la actualidad 29 años y es hijo del primer matrimonio de Jacobo Fitz-James Stuart con María Eugenia Fernández de Castro. El contrayente tiene una hermana, Brianda Eugenia Fitz-James Stuart.
Jacobo padre, XXIV conde de Siruela, es un conocido editor. En el año 1981 recibió el premio del Ministerio de Cultura al ‘libro mejor editado del año’, por “La muerte del rey Arturo”, una edición para bibliófilos del romance francés del siglo XIII. Este éxito le llevó a crear la ‘Editorial Siruela’ dedicada a cuidadas ediciones literarias de obras medievales y de fantasía. Después de vender Siruela a empresas relacionadas por el grupo Anaya y abandonar después la editorial, en 2005 se embarcó en otro proyecto ‘Ediciones Atalanta’, que dirige desde su casa en el Ampurdán.
En la actualidad, Jacobo padre está casado en segundas nupcias con la conocida periodista Inka Martí.
Los Becerril, una familia con larga historia en Pedraza.- Los Becerril son, sin lugar a dudas, una de las familias de mayor abolengo de Pedraza. Las personas de mayor edad de la villa enumeraban ayer sus posesiones, entre las que destaca la Casa de los Becerril, elegante casona situada en la Plaza Mayor bajo cuya cornisa quebrada a modo de frontones triangulares se sitúan dos barrocos blasones, y el llamado “balcón verde”, levantado con la única intención de que sus dueños pudieran desde él ver los festejos taurinos que se desarrollaban en la villa.
El abuelo materno de Asela, Juan Becerril y Antón-Miralles, ejerció como juez en Lerma, Sepúlveda, Ciudad Real y Bilbao y como magistrado en Oviedo, La Coruña y Madrid, hasta alcanzar la Magistratura en el Tribunal Supremo. Siendo presidente de la Sala Sexta del Tribunal Supremo, fue nombrado, en marzo de 1977, presidente de la Sala Cuarta, que días después debía pronunciarse sobre la legalización del Partido Comunista de España.
En la actualidad, los actuales propietarios de la Casa de los Becerril idean convertir el edificio en museo.
Tradicionalmente, los Becerril daban un donativo para que siempre estuviera iluminado la imagen de un Cristo que se conserva en la iglesia de San Juan. “Esa es una costumbre que se está perdiendo”, afirmaba ayer un vecino de Pedraza.
