El profesor de Criminología de la Universidad de Leeds (Reino Unido) Adam Crawford ha subrayado hoy en Segovia que, no sólo es el nivel general de un país el que determina la situación de seguridad de su sociedad, sino que tiene que ver en cómo está distribuida la riqueza.
Crawford, uno de los más prestigiosos criminólogos a nivel internacional, ha intervenido en la Universidad IE de Segovia en la inauguración del Congreso Internacional sobre Seguridad Ciudadana en la Sociedad Diversa.
Al encuentro, que continúa en la Escuela de Negocios IE y en la Clínica Médico-Forense, en Madrid, hasta el sábado, asisten más de un centenar de ponentes de países como Brasil, Holanda, Estados Unidos, Alemania, Inglaterra, Portugal y España.
El también autor de diversos libros sobre prevención del crimen y editor de la revista internacional Justicia Criminal y Criminología, ha matizado que cuantas más desigualdades económicas, más tensas son las relaciones.
De ahí que la conclusión Crawford sea que «la inseguridad tiene que ver la diferencia de distribución de la riqueza entre pobres y rico en una misma sociedad».
Durante su intervención ha estado acompañado por el alcalde de Segovia, Pedro Arahuetes, y por director del Gabinete de Estudios de Seguridad Interior (GESI) del Ministerio del Interior, José Antonio Rodríguez González, que ha sustituido al secretario de Estado de Seguridad, Justo Zambrana.
El también director de un grupo de investigación multidisciplinar conocido como «Seguridad y Justicia«, ha apostado porque los problemas de seguridad se aborden desde un enfoque global.
A su juicio, la solución pasa por la cooperación entre instituciones públicas y privadas, una mayor coordinación de los servicios públicos.
En este sentido, el experto ha subrayado que hay que «vigilar» el hecho de que la seguridad sea cada vez más un negocio y que se vaya privatizando progresivamente, «pues hay muchas empresas de seguridad y eso tiene una influencia negativa en la seguridad pública».
La explicación de Crawford es que, al haber una especie de lucha entre lo público y lo privado, se producen tensiones, por ejemplo la proliferación de barrios cerrados que tienen seguridad privada provocan tensiones en el resto de la sociedad.
Estas tensiones, en su opinión, no contribuyen a mejorar la seguridad ciudadana, sino que pueden tener un efecto nefasto.
Después de asegurar que, en la crisis implica menos fondos para asuntos de seguridad, Crawford ha reconocido que ahora se vive «un momento muy raro porque en la mayoría de países desarrollados vemos que la tasa de criminalidad está bajando desde hace ya 15 años pero la percepción de inseguridad está creciendo».
Otro punto que cambia, de acuerdo con el experto, es la mentalidad hacia una intervención previa al crimen, un trabajo de prevención en los países occidentales, frente al carácter anterior de acción-reacción, actuando después.
Por su parte, el director del congreso y profesor de la IE, Miguel Gandarillas, ha considerado que las sociedades son cada vez más diversas y complejas, más dinámicas e interconectadas y los ciudadanos demandan más servicios públicos y mejor seguridad.
Gandarillas ha explicado que están apareciendo nuevas metodologías de seguridad ciudadana muy prometedoras, por lo que el carácter que se ha querido dar al congreso es que sea muy práctico y muy aplicado.
