Ya lo dijo el maestro Rosendo Mercado: «el rock and roll es un arte, ¡que desilusión!». Y si bien es cierto que la evolución de este género musical le ha dotado de una dimensión artística, no es menos cierto que esta pátina ha engendrado productos de laboratorio más preocupados por la forma que por el fondo.
Por eso, resulta francamente reconfortante escuchar a grupos que emplean el rock sólo como medio de expresión, sin artificios ni colorantes, y aún más reconfortante que radiquen en una pequeña ciudad como Segovia. Este es el caso de Psycomotor, una banda segoviana que tras cinco años de lucha ha conseguido sacar a la calle su primer disco «Nocivo, lascivo, incisivo, adictivo», que en la noche del sábado presentaron oficialmente con un concierto en la Sala Hook.
El concierto dejó probada la propuesta escénica y musical de un grupo que cree que la inspiración les debe encontrar trabajando. Las horas de ensayo se notan en la compenetración de la banda, que en la actuación ofreció un sonido compacto y contundente, adecuado a las condiciones de la sala (algo que resulta muy de agradecer en bandas que, por norma, tienden a abusar de los decibelios en detrimento de la calidad del sonido).
Las canciones ponen sobre la mesa cuestiones de lo cotidiano, que resultan fácilmente asimilables por el público, lo que sin duda favorece la tan ansiada comunión artista-espectador. A ello hay que añadir el esfuerzo que Juanpa Moreno, cantante y muñidor del grupo, realiza de forma entregada y generosa sobre el escenario, convirtiendo cada tema en una pequeña «perfomance» que enriquece el espectáculo.
Así, el público que llenó la Sala Hook pudo disfrutar de un concierto lleno de matices, donde el rock and roll -al que el grupo dota de un cierto carácter sinfónico en algunas de las canciones- es el amo y señor del espectáculo, por encima de poses impostadas y fuegos de artificio. Sobre el escenario, los músicos se entregan a tocar, que es lo que saben hacer, y dejan para el cantante la lógica y necesaria relación con el público.
En definitiva, Psycomotor dejó muy claro que han venido al rock and roll para quedarse, y defenderán su de momento pequeño lugar en este mundo a través de conciertos, ensayos y carretera. Si hay que poner algún pero, quizá se centre en la excesiva duración de algunas de las canciones; pero son aspectos que la experiencia y el trabajo conseguirán limar. Talento y ganas no faltan.
