El clima de malestar que hay en el país con la reciente reforma laboral ha llegado a cotas insospechadas, y no solo por las últimas manifestaciones de los trabajadores, sino porque ahora se han visto involucradas las víctimas del mayor atentado de la Historia de España, ocurrido hace ocho años. Y es que la manifestación de los sindicatos contra la reforma laboral planificada para el 11 de marzo ha hecho que la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid cambien los actos de homenaje al día siguiente.
Así, el ministro de Justicia y exalcalde de la capital, Alberto Ruiz Gallardón, confió en que estas organizaciones reconsideren desconvocar estos actos: «No es un día ni para confundir ni para hacer cosa distinta que no sea esa obligación de recordar a las víctimas del 11-M». Mientras, la actual regidora, Ana Botella, lamentó igualmente la «falta de sensibilidad» de los convocantes.
Desde el Gobierno regional, solo habló su portavoz, Ignacio González, que comparó esta «instrumentalización» de los sindicatos con la que «hizo el PSOE en su día», en concreto, el secretario general del PSM, Tomás Gómez, «que fue expresamente el que se negó a venir a los actos institucionales, anteponiendo sus intereses políticos a los generales».
Ante estas críticas, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, explicó que estos actos suponen una convocatoria «abierta» y, frente a las jornadas laborables que «tienen más dificultades», el «domingo es el día más adecuado para los ciudadanos que quieran apoyar las posiciones de las centrales o expresar sus opiniones puedan hacerlo».
«Efectivamente, en el caso de la ciudad de Madrid se produce esa coincidencia, pero allí se marchará con sensibilidad y respeto, aunque no debe perderse de vista que se trata del ejercicio de un derecho democrático a la vez que constitucional».
No lo veía así la presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Ángeles Pedraza, que arremetió contra los representantes de los trabajadores, mientras que la jefa de la asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, Pilar Manjón, restó importancia a esta coincidencia y explicó que el dolor de las víctimas no está relacionado con las manifestaciones que se puedan celebrar.
