Rastrear las cifras de población es una tarea complicada teniendo en cuenta que los censos históricos, y también los modernos, solo especificaban los habitantes de Carbonero El Mayor, sin diferenciar en la mayoría de los casos, cuántos de ellos estaban localizados en su barrio de Fuentes. No obstante, extendiendo la búsqueda a inusuales derroteros, podemos confeccionar una completa relación de la situación demográfica en el pueblo a lo largo de los tiempos.
La primera referencia la encontramos en el Catastro de Ensenada, 1749. Atribuye al barrio de Fuentes de Carbonero 30 casas, 2 pajares y un solar y nos documenta la existencia de “una cantera o mina de Pizarra, distante de la población como media legua, la cual pertenece a Su Majestad y la administra Juan García Martín, vecino del barrio de Fuentes, de la que no tiene su majestad más producto que sacar las pizarras que necesita, y no paga salario alguno al administrador más que cuando saca pizarras, que las paga a tanto por millar”. Describe también las dos muelas, aunque ubicadas en Carbonero guardan estrecha relación con la fabricación de la cal en su barrio: “las dos colinas o muelas, Grande y Chica, se encuentra en la primera una explotación de bloque de piedra, que de ella se sacan sillares para la construcción de edificios, y de la segunda se surten cuatro hornos que continuamente fabrican buena cal blanca, cociéndose a la par en ellos tejas, ladrillos y baldosas de buen color y solidez. Pertenecen a los vecinos Francisco Muñoz, Juan Escolar García y Catalina López y producen cada uno, de renta anual, treinta reales de vellón, poco más o menos”.
Fuentes alcanzó probablemente sus mayores cotas poblacionales en el siglo XVIII. El primer registro de población lo encontramos en la relación nominal de los pertenecientes a la cofradía de Fuentes, bajo la advocación de Ntra. Sra. Del Rosario, fechado en 1724, año de su fundación, donde aparecen 176 personas inscritas con sus nombres y apellidos. Cabe suponer que la inscripción era universal y por ello recogía a todos sus habitantes. Con ello podemos presumir que sería el dato más preciso, y a la vez más numeroso, de población hasta esa fecha.

También resulta factible hacer estimaciones de población a partir de los datos recogidos en los libros de Tazmías, en ellos se anotaban las contribuciones o diezmos que cada vecino realizaba para el sostenimiento de la diócesis como región administrativa de la iglesia. Los impuestos eran recogidos en forma de grano, trigo, cebada, garrobas y garbanzos y también como cabezas de ganado tales como corderos, incluyendo la lana, gallinas y diversidad de animales de corral. Se recogían y almacenaban en la cilla para su posterior reparto entre los diferentes beneficiarios del impuesto. Como estas contribuciones aparecen con el nombre del cabeza de familia, ello permite hacer una estimación de vecinos y de habitantes, con las debidas reservas, pues al tratarse de un impuesto siempre será menor la relación que la realidad poblacional. Así, en el año 1750, figuran 19 contribuyentes y en la relación del año 1759, aparecen un total de 28 familias en el libro de tazmías, unos 130 habitantes. En 1772, son 23 las familias que figuran en el libro, número que se mantiene parejo en el año 1782, dado que el número de familias asciende a 24.
El siguiente dato, cronológicamente hablado, lo encontramos en el censo de Larruga fechado en el año 1797; aparece con 40 vecinos y nos daría una estimación de 160 habitantes.

El conocido censo de los obispos, a quienes el conde de Aranda encomendó esta tarea, pasa por ser el primer censo moderno realizado en Europa, se elabora en cada una de las parroquias que forman la diócesis. Carbonero el Mayor, con dos parroquias, envía sus dos censos diferenciados. Nos muestra una completa descripción de la población en Fuentes, que suma un total de 145 habitantes y aparece firmada por el cura de Carbonero con fecha de 25 de noviembre de 1768. Los datos pormenorizados que contiene este censo se relacionan a continuación:
Existían 33 niños menores de 7 años, de ellos 13 varones y 20 hembras, otros 23 con edades comprendidas entre de 7 y 16 años, integrados por 11 varones y 13 hembras, 36 personas entre 16 y 25 años, de los cuales 14 son varones, once estaban solteros y tres casados, y 12 hembras, entre ellas, cuatro solteras y 8 casadas.
Figuran también 21 personas con edades comprendidas entre 25 y 40 años, de los cuales 12 eran varones, entre ellos uno figura como soltero, y 9 hembras, todas ellas casadas.
Otras 21 personas se encuentran en el estrato de población comprendido entre 40 y 50 años con 10 varones, uno de ellos soltero, y 11 hembras todas ellas casadas.
Completan el listado de habitantes 11 personas mayores de 50 años con 7 varones, uno de los cuales figura como soltero, y 4 hembras, dos de ellas también solteras.
El siguiente dato poblacional nos traslada al año 1810; en el libro de matrículas de la iglesia figuran 35 vecinos con un total de 141 habitantes.
Los datos recogidos en el libro de tazmías, correspondientes a la parroquia de Santa María de la Asunción de 1810 contienen un total de 22 familias y en los de 1835 se relacionan hata 32 familias, representando unos 140 habitantes.

El vecindario del barrio de Fuentes que se conserva en el archivo municipal de Segovia, del año 1836, es uno de los documentos poblacionales más interesantes. Recoge no solo las familias, como tal vecindario, sino también el número de integrantes de cada una diferenciando además a los menores en la categoría de párvulos. Figuran en este documento un total de 39 vecinos que suman la cantidad de 132 habitantes, de los cuales 28 figuran como párvulos. En este documento, con la relación nominal de los cabezas de familia se consignan también las profesiones de los vecinos de Fuentes, figurando mayoritariamente la actividad de labrador junto con tres pastores, dos panaderos, un molinero, dos arrieros y un jornalero. Los viudos, tres en total, aparecen siempre catalogados como pobres.
Ya en 1860, el Boletín Oficial de la Provincia da una relación de edificios formada por 37 viviendas con planta baja y sobrado, 7 de una sola planta, de las cuales cinco están deshabitadas y 2 con ocupación temporal.
A veces, los datos de población aparecen en lugares inesperados, tal es el caso de la información que proporciona la Guía del Transporte en Tren del año 1872 bajo la autoría de Joaquín Pérez Rosas. En una de las rutas ferroviarias se señala la proximidad de Fuentes de Carbonero y se le adjudica una población de 60 habitantes; en esta misma guía aparece Carbonero con 2011 habitantes.


En el año 1929, la relación de vacantes de plazas de maestro también nos proporciona un dato poblacional en uno de los anexos informativos, donde se establece que la localidad cuenta con 113 habitantes. Un año después, en 1930, se contabilizaban en el barrio de Fuentes un total de 27 casas y 58 edificaciones para albergar ganados según el BOP.
En los años próximos a la despoblación aparecen censados, 112 habitantes en 1945 y 110 habitantes en 1950 con 27 edificios en su caserío.
Con los datos aparecidos en la enciclopedia Miñano, 1958, se referencia la cifra de población en 118 habitantes, con 21 edificios destinados a viviendas y otros 6 usados como almacén o cuadras para el ganado.
Cerramos este estudio poblacional en el año 1959, fecha en la cabe situar el éxodo final de los habitantes de Fuentes, cuando solo quedaban dos familias cuyos integrantes figuran en un artículo publicado por El Adelantado de Segovia en 1963. El año anterior figuraban inscritos 17 niños en la escuela, pertenecientes a las siguientes familias: los hijos del Sr. Pedro, del Sr. Manolo, de la Sra. Fe, del Sr Niceto, del Sr Toperas y los hijos de Alfredo la familia gitana que se relaciona en el artículo de la despoblación que se incluye más adelante.
