Las calles y plazas de Ayllón acogerán, los días 26 y 27 de julio, la vigesimoséptima edición de Ayllón Medieval, una cita presentada por el diputado de Cultura, Juventud y Deporte, José María Bravo, junto a la alcaldesa del municipio segoviano, Rosalía Martín.
Y es que, como viene siendo tradición desde 1997, la Asociación Cultural Amigos del Medievo de Ayllón, la Asociación Española de Fiestas y Recreaciones Históricas y la Confederación Europea de Fiestas y Manifestaciones Históricas volverán a unirse para invitar tanto a ayllonenses como a visitantes a retroceder en el tiempo hasta la Edad Media. Así, decoración, iluminación, recreaciones, música, bailes y gastronomía serán las encargadas de crear un fin de semana que recuerda lo que fue Ayllón hace siglos.
La vigesimoséptima edición de la cita se celebrará dentro de la zona amurallada de la localidad y transcurrirá de manera especial en la Plaza Mayor, el Palacio del Obispo Vellosillo, el Palacio Contreras y la iglesia de San Miguel, donde vecinos y Ayuntamiento formarán una alianza para decorar estos emblemáticos edificios y sus calles con estandartes realizados de forma artesanal por la propia Asociación.
A lo largo del evento, los visitantes encontrarán un mercado protagonizado por los oficios y las labores medievales a través de diversos talleres, titiricuentos y puestos en los que primará la elaboración artesanal.
Además, este año se estrenará una nueva estructura de sombreado que unificará las zonas de ventas. Asimismo, la organización instalará diversos emplazamientos concebidos para el descanso y la reunión con amigos y familia. También habrá tiempo y espacio para la práctica de actividades deportivas con las olimpiadas medievales que recogen actividades rurales ya olvidadas. A su vez, otro de los momentos más significativos del evento será la llamada a la mesa a los presentes para disfrutar de un cerdo asado al estilo Milagros y la posterior cena a la luz de las antorchas.
El colofón final llegará con la Sopilla de Esquileo; una despedida en la que los asistentes, como costumbre inspirada en la Cofradía de la Vera Cruz, comparten limonada y dulces.

