El Festival de Música de Segovia (MUSEG) continúa celebrando su 50ª edición con un fin de semana cargado de propuestas culturales que han reunido música, danza, reflexión y talento joven en distintos espacios emblemáticos de la ciudad y la provincia.
El sábado por la mañana, la Sala María de Pablos acogió la tertulia “50 veranos en escena: el valor de un festival”, en la que participaron Antonio Moral y Teresa Tardío, dos figuras relevantes de la cultura española, bajo la moderación de María del Ser. La conversación abordó la evolución de los festivales de música y danza en España y puso de relieve el papel que MUSEG ha desempeñado como motor cultural en Segovia durante medio siglo. El encuentro sirvió como espacio de reflexión sobre el valor transformador del arte tanto para creadores como para públicos.
Ya por la noche, el Jardín de los Zuloaga se convirtió en escenario de una de las actuaciones más esperadas del festival. La bailaora Rocío Molina presentó ‘Caída del Cielo’, una obra que rompe los límites del flamenco desde una visión contemporánea. Con una entrega escénica total, Molina ofreció una interpretación que desafía las formas tradicionales del género, logrando una conexión intensa con el público, que respondió con una gran ovación al final del espectáculo.
La programación del domingo dio inicio con la apertura de la Ruta del Órgano, en la iglesia de Sangarcía, donde el organista segoviano Ángel Montero ofreció un concierto con motivo del 300 aniversario del órgano histórico de la localidad.
Por la tarde, dentro del Festival Joven, el Palacio de Quintanar acogió la actuación de Inés Gutiérrez Sánchez (flauta) y Héctor Fernández Sanz (piano), alumnos del Conservatorio Profesional de Música de Segovia y ganadores del Concurso Fundación Don Juan de Borbón 2025. La jornada concluyó a las 22:00 horas en el Jardín de los Zuloaga con un concierto de la Orquesta Sinfónica de Segovia, dirigida por Eugenio Uñón, que ofreció un recital que conmemoró la música del Séptimo Arte.
