Señora directora:
Efectivamente, cuando el Ayuntamiento nos pasa el recibo anual, o semestral, vemos que, cumpliendo la ley del Gobierno, ha engordado tan notoriamente que nos hace reflexionar si la recogida municipal de residuos domésticos es un servicio social, o se ha convertido en negociete para las arcas estatales, oficializado como “Ordenanza Fiscal Reguladora de la Tasa por Recogida y Transporte de Residuos Sólidos Urbanos”.
Tan exagerado ha sido el subidón de la tasa por recogida de residuos domésticos, el conocido como “recibo de la basura”, que varios ayuntamientos han acordado ofrecer algún tipo de deducciones en circunstancias especiales de hogares con determinadas situaciones de conveniente atención y apoyo social.
Los mismos inspectores avisan de posible litigiosidad por la llamativa subida, una más de las que el Gobierno de España sube este año 2025: IVA, vivienda, tabaco, grandes fortunas…
Considero justo y necesario que el ya conocido como “basurazo”, que lógicamente afecta a pudientes y necesitados, y por supuesto como siempre a la llamada clase media, que se las encuentra todas, pues ha de pagar como el potentado, pero sin las plausibles ayudas al desfavorecido, contemple situaciones sociales con las que paliar tan pesada carga, y prácticas ciudadanas a las que premiar el ejemplar comportamiento en el tratamiento de los residuos domésticos, e ignoro si los “aforados” están exentos de las tasas como ciudadanos, o se supone que como intocables tampoco harán basurilla en sus casas, o, en vez de bajarla a contenedores, la amnistiarán.
El Concejo segoviano contempla una serie de circunstancias para reducir esta subida por situaciones de necesidad social, como no superar ingresos del 1,5 del IPREM, estar en riesgo de exclusión social, ser familia numerosa, o “como recompensa” por llevar los residuos a punto limpio, o también por reciclar los diversos residuos por grupos de vidrio, plásticos, cartón y orgánico y resto.
Creo que el Ayuntamiento segoviano cumple la Ley del Gobierno, pero contemplando las diversas circunstancias de cada hogar para que se cumpla la sentencia de “quien más contamine, más pague”, simplemente con la circunstancial y sorpresiva visita de un empleado municipal que compruebe que en los hogares que ha solicitado la reducción por efectivo reciclaje de cada apartado de residuos y se cumple tal requisito.
MANUEL FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ