Las cifras que maneja para este año la Confederación Española de Comercio (CEC) sobre el mantenimiento del negocio y de los puestos de trabajo no son nada halagüeñas. Si en 2009 se perdieron 90.000 empleos y se cerraron 40.000 establecimientos, 2010 no parece que vaya a superar la crisis del consumo, ya que, según los comerciantes, el sector eliminará 40.000 puestos de trabajo y 15.000 tiendas echarán el cierre.
Por esta razón, y dada la amplitud en el tiempo de la mala racha comercial, la CEC propone «medidas urgentes e inmediatas» contra esta situación de caída de la actividad comercial española.
El secretario general de la Confederación Española de Comercio, Miguel Ángel Fraile, explicó que la «crisis psicológica» y la mentalidad negativa son las principales razones del descenso del consumo, que viene agravado por la situación real. Existe una falta de confianza en la compra por parte del consumidor, añadió.
Fraile no tuvo dudas en calificar el pasado año de época «mala y desastrosa» para la actividad del pequeño y mediano comercio, que estuvo sumergido en una importante recesión.
Aunque el responsable de la Confederación no cree que este ejercicio sea peor que el pasado, tampoco pronostica que 2010 será un buen año para el comercio, ya que «continúa la incertidumbre» y haría falta un «cambio del clima político y social» para que hubiese un giro en las ventas.
Fraile fue contundente en el actual pronóstico y alertó de que si la caída de las adquisiciones continúa, durante este año se pueden perder unos 40.000 empleos en el sector y unos 15.000 establecimientos podrían echar el cierre.
La Confederación Española de Comercio ya ha pedido al Gobierno un «plan de choque» consensuado que reduzca la fiscalidad al comercio, que incentive el mantenimiento del empleo y haga un replanteamiento serio de la subida del IVA en el mes de junio.
La actuación gubernamental también debería incluir medidas para facilitar el acceso al crédito para las familias y las empresas.
Estas demandas de los comerciantes son «coyunturales», para un par de años, hasta que pueda «consolidarse» la recuperación económica.
Por el momento, ni la oficina económica del Gobierno, ni la ministra de Economía, Elena Salgado, han respondido a estas reclamaciones y solo desde el Ministerio de Trabajo aseguraron que se estudiarán estas proposiciones.
Fraile señaló que el sector ya «ha hecho los deberes» y ha ajustado los márgenes lo «máximo posible», y puso como ejemplo el caso de las pasadas Navidades, cuando las ventas de televisores aumentaron el 15% respecto al año anterior mientras que la facturación total de estos apartados solo aumentó un 5%.
Las rebajas de invierno ayudaron a mitigar un poco la crisis, ya que fueron mucho mejor de lo que se esperaba inicialmente y se vendió entre un 8 y un 10% más que el pasado año, «aunque con grandes descuentos desde el primer día», apuntaron desde el sector.
Fraile señaló que debates como la ampliación de la edad de jubilación solo generan incertidumbre e inseguridad en la gente y cree que, si bien es un debate social importante, «no es el momento ni las maneras». El directivo también añadió que cuando se conoció la propuesta del Gobierno para retrasar la edad de jubilación a los 67 años, se registró un «parón» en las ventas, porque la gente, especialmente los mayores, son muy «sensibles» a estos temas.
Sobre la nueva normativa comercial catalana, que permitirá a los ayuntamientos autorizar la implantación de establecimientos comerciales de hasta 1.300 metros cuadrados en sus municipios, Fraile indicó que la norma se aprobó «sin consenso» y sin tener en cuenta las necesidades del pequeño comercio. En este sentido, se mostró «decepcionado» con el Gobierno tripartito catalán porque, según su interpretación, «no ha aguantado el tirón».
