España no pudo ganar a Estados Unidos, 85-86 tras un final agónico, y se ahogó en su propia ansiedad, que se manifestó, sobre todo, en los primeros dos cuartos del partido, en los que los nervios lastraron su acierto y su baloncesto. Las muñecas les jugaron una mala pasada a los anfitriones, que tenían muchas ganas de superar a Estados Unidos y que querían quedar bien ante un público entregado (unos 15.000 espectadores).
Pero todo salió al revés. Los norteamericanos salieron más templados, defendiendo con mucho físico y con la puntería afinada, especialmente por parte de Kevin Durant, autor de los primeros puntos y de las primeras ventajas.
La precipitación de los locales, lejos de aminorar, fue creciendo porque no entró nada, ni de lejos, ni de fuera. Cada tiro fallado fue una cuchillada en la moral del equipo, a excepción de Navarro, inmune a este tipo de circunstancias. Al descanso el 33-45 fue la mejor noticia al estar a solo 12 puntos de distancia cuando se había firmado un 30 por ciento de efectividad en tiros de dos (siete de 23) y un 25 por ciento en triples (tres de 12).
Dicho esto, España no jugó mal, simplemente falló mucho y se empeñó en meter canastas muy a la americana, olvidándose de su juego habitual y, sobre todo, de buscar el aro rival por el trabajo colectivo y la sorpresa.
El bloque visitante, por su parte, mejoró en sus prestaciones con respecto al partido contra Lituania. Los norteamericanos salieron muy motivados, empleándose a fondo en defensa e intentando desnivelar con su potencial físico. En ataque, siguieron sin ser un equipo. Un triple de Rudy en los primeros segundos del tercer cuarto fue el pistoletazo de salida para un partido completamente nuevo. Durant neutralizó el triple con otro, pero el combinado patrio salió con otro aire, con otro espíritu. Y más centrado.
El marcador reflejó perfectamente la evolución 53-55 (m. 25). El equipo español intentó volver a concentrarse y apurar sus opciones de victoria. Lo consiguió cuando Marc anotó seis puntos consecutivos y Navarro firmó el empate a 80 a falta de dos minutos y medio. Reyes puso la rúbrica con el 82-80 y dos minutos de juego por delante. Derrick Rose, con una genialidad, rompió la igualdad a falta de 33 segundos, pero Navarro con un dos más uno, 85-84, devolvió a España la sensación del dulce aroma de la victoria. Rose anotó dos tiros libres, 85-86, y dejó a la ‘roja’ con 17 segundos para abrazarse al triunfo, aunque no lo logró. Hipotéticas revanchas olímpicas al margen, en la Caja Mágica se enfrentaron dos de los máximos aspirantes al trono en el Mundial de Turquía.
