Domingo 6 de marzo. Centenares de visitantes comienzan a llenar las salas del Alcázar en las primeras horas de apertura al público del monumento en una mañana desapacible por el frío que no parece retraer la presencia de turistas a la fortaleza. A las 11 de la mañana, la megafonía interna de la fortaleza hace sonar un indicativo acústico con la palabra ‘alcaide’ y los 12 trabajadores del Patronato del Alcázar que en ese momento desempeñan labores de seguridad, mantenimiento, guías y limpieza comienzan a desplegar el protocolo de seguridad establecido ante una alarma de evacuación por incendio.
De esta manera comenzó ayer el simulacro de incendio de la fortaleza, que desde hace casi dos décadas tiene lugar coincidiendo con el aniversario del siniestro que en 1862 asoló la fortaleza, en el que los bomberos de Segovia y el personal del monumento ponen a prueba los sistemas anti incendios y de seguridad de los que se ha dotado en los últimos años.
La coincidencia de la organización del simulacro con un día festivo en el que la afluencia de turistas es mayor que a diario supuso la oportunidad de probar la seguridad en un momento de masiva presencia de público, aunque los turistas que en la mañana de ayer adquirieron su entrada para visitar el monumento fueron previamente advertidos del simulacro, y se solicitó su colaboración en el mismo.
De este modo, los turistas ‘interpretaron’ el papel de víctimas del supuesto siniestro, y tomaron parte activa en el operativo de evacuación, que establece distintas rutas de salida, empleándose en este caso las del Patio de Armas y la recientemente creada en la coracha con el objetivo de dejar la entrada principal a la fortaleza libre para la entrada de los servicios de emergencia.
Pocos minutos después de la alarma, una dotación del parque de bomberos, formada por un vehículo ocupado un sargento y cinco bomberos se personó en el Alcázar para iniciar la presurzación de las mangueras a través del sistema de ‘columna seca’ del que dispone el edificio, así como acudir con equipos autónomos hasta el lugar en el que se detectó el incendio y desde allí intentar combatir las llamas. El simulacro también sirvió para poner en práctica el plan de contingencia de la fortaleza para la protección de obras de arte, mediante el cual el personal del Patronato llevó a cabo las medidas de seguridad sobre las valiosas piezas artísticas que conserva en su interior.
El simulacro fue seguido ‘in situ’ por el general José Miguel de los Santos, presidente del Patronato del Alcázar, al que acompañaron la alcaldesa Clara Luquero, el director de la Academia de Artillería Javier Bermejo y el jefe del Parque de Bomberos José Luis del Pozo, que explicó a los responsables municipales y militares las características de este ejercicio.
El general De los Santos expresó su satisfacción por el éxito del simulacro, y destacó el esfuerzo realizado en los últimos años para mejorar los sistemas y las instalaciones de seguridad de las que el monumento se ha dotado, así como la colaboración municipal sin la cual «este simulacro sería menos real». Por su parte, el jefe de bomberos puso de manifiesto la importancia de este ejercicio para aplicar los conocimientos en esta materia y corregir sobre el terreno cualquier tipo de disfunción que se pueda producir.
El simulacro supuso un aliciente más a la visita del Alcázar, y fueron muchos los visitantes que se llevaron un recuerdo de su participación en forma de fotografías del despliegue, e incluso con algunos de los bomberos que amablemente se prestaron a posar con algunos turistas.