El secretario general de UGT, Cándido Méndez, se despidió ayer de su cargo tras 22 años al frente del mismo visiblemente emocionado y lanzando una defensa firme del sindicalismo y de la acción sindical, que cuenta con “total vigencia”, y equiparándolo al aire, que “prácticamente nadie lo nota, salvo cuando falta”.
Durante su intervención en la clausura de la jornada inaugural del 42º Congreso Confederal de la organización, en el que pondrá fin a 22 años de mandato, comenzó agradeciendo el gesto de “afecto y respeto” a las numerosas personalidades que acudieron a la cita.
En la que fue “con seguridad” su “última intervención pública”, Méndez reconoció que se trataba de un momento “muy especial”. En su discurso de más de una hora de duración, Cándido Méndez realizó una defensa firme del sindicalismo y advirtió de que si en algún momento faltara, los trabajadores “lo iban a notar de manera dramática”.
En la misma línea, apuntó que, a pesar de las “luces y sombras”, el movimiento sindical tiene “absoluta vigencia”, especialmente porque hay situaciones “prácticamente idénticas” a las de hace 150 años, lo que debe servir de “acicate” para seguir defendiendo el trabajo sindical.
En este punto, se remontó a la creación de UGT, hace 128 años, como una organización “vinculada a la sociedad, enemiga de los populismos, de racismos, de xenofobia, amante de la fraternidad y de la unión de los proletarios”, y destacó el “honor” que supuso para él tomar el testigo de Nicolás Redondo en la Secretaría General.
El líder sindicalista, quien reivindicó su derecho al “aburrimiento” después de “etapas muy complicadas”, se refirió en su discurso a algunos temas sociales, apelando al cambio hacia la “diversidad espectacular” experimentado por España desde su llegada a la dirección de UGT en 1994, así como en materia de diversidad sexual.
En un tono más personal, Méndez afirmó que había hecho un aprendizaje “muy importante” al acumular experiencia “en diálogo y búsqueda del consenso”, gracias, en parte, a la buena interacción con los distintos interlocutores del sindicato, algo clave para “consolidar la cultura del diálogo y el consenso social en el ámbito laboral”.
