La amenaza de huelga indefinida en el servicio de recogida de basuras y limpieza viaria de Segovia ha quedado finalmente desactivada. Tras semanas de tensas negociaciones y movilizaciones en la calle, el comité de empresa de FCC Medio Ambiente y la dirección de la compañía alcanzaron un principio de acuerdo que más que posiblemente será ratificado por la asamblea de trabajadores. Con ello, se desconvoca el paro que iba a comenzar el próximo 21 de junio, en plenas fiestas de San Juan y San Pedro..
El acuerdo llega tras semanas de tensión creciente. La convocatoria de huelga indefinida a partir del 21 de junio había puesto en jaque al Ayuntamiento, que temía que la ciudad quedara sin recogida de residuos ni limpieza en plena celebración de las Ferias.
Aunque el Consistorio había tratado de poner de su parte, puesto que la plantilla de FCC le instaba a que lo hiciera puesto que “es la empresa principal, puesto que es quien paga a la concesionaria”, tal y como se señaló en su día desde el Comité de Empresa, el alcalde de la ciudad quiso hacer un llamamiento a la responsabilidad de ambas partes al afirmar que “me gustaría instar a los representantes sindicales y a la empresa a que lleguen a un encuentro. Confío en que la huelga no llegue a producirse, porque si eso ocurre, los segovianos seremos rehenes de una negociación laboral que no nos corresponde, y eso no sería justo”, y llegó a mantener una charla con ellos a la puerta del Ayuntamiento durante la concentración que la semana pasada llevaron a cabo por las calles de la ciudad y que terminó en la plaza Mayor.
El asunto de los reequilibrios económicos parecía ser una de las piezas fundamentales para el desbloqueo de la situación que se había encallado hacía algunas semanas. El comité de empresa, presidido por Miguel de Santos, denunció que la empresa adjudicataria no estaba aplicando la subida salarial recogida en el pliego del contrato municipal.
Modificación del contrato.
En paralelo a la negociación laboral, el Pleno del Ayuntamiento había aprobado una modificación del contrato con FCC que permite un incremento presupuestario de 700.000 euros, cantidad destinada en parte a facilitar la mejora de las condiciones laborales sin comprometer la estabilidad económica del contrato. Así, el concejal de Medio Ambiente, Gabriel Cobos, se reunió con la dirección de la empresa y les trasladó que había presionado para que aceptaran las condiciones planteadas por la plantilla.
El comité mantuvo su exigencia de que FCC presentara una respuesta concreta en la próxima reunión prevista para el martes, que finalmente se pospuso para el jueves por la tarde por el cambio de delegado de la empresa en Castilla y León.

Junto al incremento salarial, los trabajadores reclamaron un refuerzo de personal y la transformación de contratos parciales en jornadas completas. Afirmaron que al menos 15 puestos seguían sin cubrir y que la empresa estaba incumpliendo sistemáticamente el contrato, al facturar jornadas que en realidad no se estaban realizando, lo que agravaba la carga laboral de la plantilla.
Finalmente la reunión se produjo, y en ella desde el primer momento las sensaciones fueron positivas. Pero, a pesar de que el acercamiento de las posturas se hizo evidente, se sumaron más de cuatro horas de intensa negociación hasta alcanzar el acuerdo que desbloquea la situación y evita que en las fiestas de Segovia se produzca una huelga de trabajadores del servicio de limpieza
Los términos del acuerdo.
El pacto alcanzado en la tarde/noche del jueves contempla una actualización salarial progresiva para los próximos tres años, con una subida del 2,5% para 2024 y otro 2,5% para 2025. Además, catorce contratos a tiempo parcial pasarán a jornada completa, y se establece la jubilación parcial a partir de los 63 años. El comité de empresa se ha comprometido también a trabajar en el próximo convenio colectivo una fórmula que permita atajar el elevado absentismo laboral detectado en el servicio.
En cuanto a los pagos derivados del acuerdo, estos se harán efectivos al mes siguiente de que el Ayuntamiento abone a la empresa la revisión económica correspondiente. También se han acordado mejoras en los turnos, la dotación de medios técnicos y el refuerzo del servicio en periodos de alta demanda.
El nuevo recibo, hasta julio en período voluntario.
El periodo voluntario de pago del nuevo recibo de la tasa de basuras en Segovia se encuentra ya abierto y se extenderá hasta el 31 de julio. El Ayuntamiento ha diseñado un sistema de cobro ajustado a la legislación estatal vigente, que obliga a vincular esta tasa a los costes reales del reciclaje y tratamiento de residuos.
A diferencia de ejercicios anteriores, el recibo deja de ser conjunto para las comunidades de vecinos y pasa a emitirse de forma individualizada, lo que implica que cada vivienda o local recibirá una liquidación propia en función de los residuos que genere. Esta novedad responde al principio de ‘quien contamina, paga’, incorporado por la normativa estatal para fomentar una mayor responsabilidad individual en la gestión de los residuos.
Los recibos domiciliados cargarán en esta primera emisión el 50 % del importe total anual. El segundo cobro estará sujeto a la aplicación de distintas bonificaciones, que el Ayuntamiento ha habilitado con el objetivo de mitigar el impacto económico en determinados colectivos.
Con el recuerdo de la huelga de 2001.
El verano de 2001 dejó una de las imágenes más recordadas (y desagradables) en la memoria reciente de Segovia: bolsas de basura apiladas en aceras, contenedores desbordados y un olor persistente en pleno mes de junio. La ciudad vivió entonces una huelga de recogida de basuras que se prolongó durante diez días y puso a prueba la capacidad de reacción del Ayuntamiento, la Junta de Castilla y León y la empresa concesionaria del servicio, FCC Medio Ambiente.
El conflicto comenzó el 23 de junio de 2001, cuando los trabajadores de FCC iniciaron una huelga indefinida para reclamar mejoras salariales, más descansos en fines de semana y el aumento de plantilla. Las negociaciones previas no habían dado resultado, y en apenas unos días la situación se volvió crítica. Según estimaciones de la época, se llegaron a acumular entre 400 y 800 toneladas de residuos en las calles.
Las quejas vecinales no tardaron en multiplicarse. Algunos barrios, como Nueva Segovia o San Lorenzo, fueron especialmente castigados por la falta de recogida. En pleno auge de las temperaturas estivales, los residuos comenzaron a desbordarse por aceras, portales y parques, generando problemas de salubridad y preocupación por posibles focos de infección.
La declaración de emergencia nivel dos por parte del Ayuntamiento permitió movilizar recursos extraordinarios. La Junta de Castilla y León intervino mediante la empresa pública Tragsa, que desplazó a la capital cerca de 30 camiones y un centenar de operarios. El objetivo: evitar una crisis sanitaria y comenzar una limpieza intensiva en los puntos más críticos.
La Junta intervino mediante la empresa Tragsa, que desplazó cerca de 30 camiones y un centenar de operarios
Paralelamente, el consistorio desplegó medios propios y alquiló maquinaria para reforzar el operativo de emergencia, a la espera de que FCC y los representantes de los trabajadores alcanzaran un acuerdo que pusiera fin al paro.
Tras más de una semana de tensión, el 5 de julio de 2001 se alcanzó un preacuerdo entre FCC y los trabajadores, con la mediación de la administración local. El pacto contemplaba una subida salarial ajustada al IPC más un 0,25% adicional, mejoras en los turnos de trabajo y la garantía de cubrir las vacantes existentes. Aunque los trabajadores desconvocaron temporalmente la huelga, advirtieron que el paro se reanudaría si el Ayuntamiento no ratificaba su parte del acuerdo.
Esa amenaza se materializó brevemente días después, cuando el consistorio, presidido entonces por José Antonio López Arranz, se mostró reacio a asumir los sobrecostes derivados del pacto laboral. El equipo de Gobierno advirtió que incorporar esas mejoras al contrato con FCC podría suponer una subida de la tasa de basuras cercana al 20%, algo que consideraban inasumible sin respaldo político ni consenso ciudadano.
Finalmente, tras nuevas conversaciones, se alcanzó una solución que permitió recuperar la normalidad a mediados de julio. La limpieza de la ciudad se llevó a cabo en tres turnos diarios, con la implicación de 32 operarios y ocho camiones, que lograron retirar más de 300 toneladas de residuos en solo 48 horas.
