Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea lograron ayer un acuerdo con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, para deportar a Turquía a todos los inmigrantes irregulares, incluidos los refugiados sirios, que lleguen a Grecia a partir de mañana. “Acuerdo unánime ahora entre todos los jefes de Estado y de Gobierno de la UE y el primer ministro turco sobre la declaración UE-Turquía”, anunció el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, a través de las redes sociales. “Se ha aprobado el acuerdo con Turquía, todos los inmigrantes irregulares que lleguen a Grecia desde Turquía a partir del 20.03”, apuntó, por la misma vía, el primer ministro de República Checa, Bohuslav Sobotka.
De esta forma, el texto asegura un “trato individual” de cada demanda de asilo presentada en territorio heleno y una referencia “expresa” a que no habrá ni “expulsiones colectivas”, ni devoluciones en caliente, según informaron desde el Consejo europeo. En esa línea, para compensar el esfuerzo de retorno, la Unión Europea pondrá en marcha un plan para trasladar a suelo comunitario a tantos refugiados sirios desde Turquía como demandantes de asilo de esta nacionalidad sean deportados.
Para ello, los Estados miembros prevén hacer uso de un máximo de 72.000 plazas comprometidas en programas de reubicación europeos, por lo que el texto advierte de que si se excede ese techo, entonces el sistema “uno por uno” será “suspendido”.
El objetivo es presionar a Turquía para asegurar que refuerza el control de su frontera y contiene el paso de inmigrantes hasta reducirlo “a cero o casi cero”, admitieron varios funcionarios europeos. En este sentido, los líderes europeos dieron su visto bueno a la propuesta de acuerdo redactada por el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, tras negociaciones en paralelo con los Estados miembros y con Davutoglu.
Pese a las dudas iniciales sobre la conveniencia de fijar una fecha para la entrada en vigor del programa de deportaciones, por temor a crear un efecto llamada o a precipitar un modelo ineficaz, finalmente los líderes acordaron que todos los inmigrantes irregulares que lleguen a Grecia “a partir del 20 de marzo” serán retornados a Turquía. A cambio, la Unión Europea se compromete a reactivar las negociaciones de adhesión, incluido con la apertura del capítulo sobre cuestiones de presupuesto (número 33) antes de que concluya la presidencia holandesa de la UE, es decir, el 30 de junio de este año a más tardar.
Se concede así un gesto a Ankara que no cumple, sin embargo, con las aspiraciones trucas iniciales de activar cinco capítulos, incluidos varios de los que bloquea Chipre por la negativa de Turquía a reconocerlo como país. Asimismo, se recalca el compromiso europeo de acompañar financieramente a Turquía en la asistencia a los refugiados y dejar la puerta abierta a sumar 3.000 millones de euros adicionales a la ayuda, siempre que se agoten de manera efectiva los 3.000 millones prometidos inicialmente. El acuerdo recoge además el objetivo de definir una lista de proyectos en áreas como la educación y sanidad.
