En una provincia donde la constancia suele pasar desapercibida y el mérito pocas veces se mide con justicia, la Diputación Provincial quiso detener por un instante el curso del tiempo para rendir homenaje a diez trayectorias que, lejos de agotarse, se han fortalecido con los años. El Palacio Episcopal se convirtió en un espacio de gratitud hacia quienes, desde ámbitos muy distintos, sostienen el nombre de Segovia con sus acciones cotidianas.
La edición 2024 de los Premios Diputación reunieron a buena parte del tejido institucional, social y económico de la provincia. Entre los asistentes se encontraban representantes de la Junta de Castilla y León, con la presencia de la vicepresidenta y consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco; el consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, y el de Movilidad y Transformación Digital, José Luis Sanz Merino, más la Corporación Provincial al completo, alcaldes y concejales de numerosos municipios y miembros destacados de entidades y organizaciones con presencia en el medio rural.
El presidente de la Diputación, Miguel Ángel de Vicente, presidió un acto en el que se volvió a poner en valor el trabajo silencioso y la aportación decisiva de quienes apuestan por Segovia como lugar para vivir, emprender, crear o ayudar.
Un reconocimiento a lo duradero.
La estatuilla que da forma a estos premios, los conocidos ‘Hermanitos de Leche’, reproducida a partir de la escultura creada en 1926 por el segoviano Aniceto Marinas, simbolizó una vez más ese reconocimiento a lo duradero. Casi un siglo después de su concepción, esta obra sigue siendo el emblema de una distinción que, más allá del brillo puntual del acto, quiso resaltar los méritos sostenidos. En esta ocasión, los galardonados no solo acreditan logros individuales o empresariales, sino que representan formas diversas de compromiso con el territorio.
Uno de los principales focos del evento fue el Premio Especial, concedido al presidente ejecutivo del Grupo Calidad Pascual, Tomás Pascual Gómez-Cuétara, en el año en que la planta embotelladora de Bezoya celebra su 50 aniversario. El homenaje alcanza también al fundador del grupo, Tomás Pascual Sanz, natural de Fuentemizarra. La empresa ha evolucionado hasta convertirse en una de las principales referencias del sector agroalimentario, sin perder su vínculo con la tierra que la vio nacer.
Cinco décadas del hospital.
En la categoría de Sociedad, el reconocimiento recayó en el Hospital General de Segovia, en conmemoración de sus cinco décadas al servicio de la ciudadanía. Desde que en 1974 abriese sus puertas bajo el nombre de Residencia Sanitaria de la Seguridad Social ‘Licinio de la Fuente’, el centro hospitalario ha experimentado un crecimiento constante en estructura, servicios y atención, hasta consolidarse como una de las instituciones más relevantes para la vida diaria de los segovianos.
El deporte también tuvo su espacio con el galardón otorgado a la atleta Águeda Marqués, cuyo recorrido en las pistas sirvió de inspiración para nuevas generaciones. Su evolución deportiva y su papel como embajadora del atletismo segoviano la han hecho merecedora de un premio que reconoce no solo las marcas personales, sino el esfuerzo sostenido, la disciplina y la capacidad de superar límites.
En el apartado de Empresas, la elegida fue Drylock, una compañía que ha apostado decididamente por el territorio para desarrollar su actividad y generar empleo. Su modelo industrial y su compromiso con la innovación la sitúan como una de las firmas punteras del sector higiénico-sanitario, con una proyección internacional que no ha implicado el abandono de sus raíces.
Ejemplo de emprendimiento.
El premio Alimentos de Segovia fue para Huevos Campesana, una empresa familiar que ha logrado combinar tradición e innovación en la producción de huevo campero, convirtiéndose en un ejemplo de emprendimiento en el medio rural, con una filosofía centrada en el bienestar animal y en una comercialización responsable.
En la categoría de Juntos, que pone el foco en la cooperación y la inclusión, se reconoció la labor de la Asociación de Discapacitados de San Ildefonso (ADISIL). La entidad, con más de tres décadas de trayectoria, es un referente en el Real Sitio por su atención a personas con discapacidad y por su defensa de una sociedad más justa y accesible.
El apartado de Turismo premió la labor de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago, que promueve y mantiene viva la memoria jacobea en la provincia. Su actividad no se limita al impulso de una ruta alternativa, sino que ha contribuido a poner en valor el patrimonio cultural, paisajístico y espiritual de numerosos municipios segovianos, generando un tipo de turismo sostenido y con sentido comunitario.
La cultura estuvo representada por Carlos Muñoz de Pablos, figura clave en la conservación del patrimonio artístico de Segovia. Su obra como restaurador, vidriero e investigador ha dejado una huella reconocible en algunos de los principales templos y edificios históricos de la provincia.
La igualdad de la Fundación ANAR.
La igualdad encontró su reconocimiento en la labor de la Fundación ANAR, a través de su delegación en Castilla y León. La organización, volcada en la protección de la infancia y la adolescencia, ha sido premiada por su labor constante en la atención a menores en situación de riesgo, tanto en contextos urbanos como rurales. La figura de Natalia Fernández ha estado al frente de una actividad esencial.
El premio en Innovación fue para Moggaro Aluminium Yachts, empresa ubicada en San Rafael y especializada en la fabricación de embarcaciones de aluminio a medida. Fundada por Carolina Parga, Ana Díez y Santiago Parga, Moggaro ha logrado consolidar una línea de producción que combina precisión tecnológica, diseño y adaptación a las necesidades del cliente. Su capacidad de reinventarse desde una pequeña localidad segoviana es reflejo del potencial industrial de la provincia.
La jornada, con el sol despidiendo el día, culminó con una degustación de productos de la marca Alimentos de Segovia, que este año celebra su vigésimo aniversario.
