Castilla y León registró una primavera cálida, con una anomalía de temperatura de 0,2 grados respecto a su valor de referencia y un carácter “muy cálido” en las mínimas, que han estado 0,7 grados por encima de su valor normal.
Hubo únicamente once días de helada (el valor habitual es 20 días), y fue “muy húmeda” con un superávit del 41 por ciento y 43 días de precipitación apreciable, lo que la convirtió en la sexta primavera más húmeda desde 1961, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
El delegado territorial de la Aemet en Castilla y León, Manuel Mora, detalló que la primavera ha sido un “poco atípica y dispar” según cada mes, al describir un marzo “muy frío y muy húmedo”, un abril “muy cálido y húmedo” y un mayo “normal” en temperatura y “húmedo”. Además, los valores extremos de esta primavera en cuanto a temperatura se registraron el 31 de mayo en Candeleda (Ávila), con 37,4 grados, y el 17 de marzo en la localidad soriana de Espejo de Tera, con la mínima de 10,3 grados bajo cero.
Son datos del balance del año hidrológico, el resumen climático de la primavera y la predicción para el verano, presentados este miércoles por el subdelegado del Gobierno en Valladolid, Jacinto Canales y Manuel Mora.
Manuel Mora informó sobre un aumento del 138 por ciento sobre la precipitación habitual registrado por el observatorio de Ávila, esta primavera se contabilizaron 286 litros por metro cuadrado cuando lo normal se sitúa en 120 litros. Mora también señaló que la primavera se catalogó como tormentosa, con cerca de 25.000 descargas de nube a tierra en el territorio de Castilla y León, lo que supone un 14 por ciento más de lo habitual, con la provincia de Burgos a la cabeza (5.814 descargas).
Hidrológico y verano
Mora recordó que el año hidrológico comienza el 1 de octubre, pero subrayó que el balance a 31 de mayo es positivo, ya que hay un superávit del diez por ciento, aunque comentó que en el extremo norte hay un “ligero déficit” debido a esa distribución “regular” de las lluvias, mientras que en el sistema central, por ejemplo, ese superávit es superior, en torno a un 25 ó 30 por ciento.
En cuanto a sequía meteorológica, explicó que si se toma a la primavera como referencia “no hay señales” de sequía pero, a plazos más largos, sobre todo a dos años, en el extremo norte sí que se observa que ha llovido menos de lo habitual, remarcó.
De cara a las próximas previsiones, adelantó que, desde el 6 de junio al 23 de junio, se esperan temperaturas “bastante por encima de lo habitual”, al igual que en la última semana de junio y la primera de julio, donde afirmó que “lo más probable” es que haya temperaturas “por encima de lo habitual”, aunque los valores sean “más moderados”. Añadió que en cuanto a precipitación “no hay ninguna señal significativa” a mayores de tormentas aisladas que puedan producirse por el calor.
