Cinco siglos después de que los segovianos celebraran el inicio de las obras de la nueva Catedral, el templo que corona la ciudad desde lo alto del casco histórico volverá a reunir hoy a fieles, autoridades y visitantes para conmemorar el 500 aniversario de la colocación de su primera piedra. Será en una misa solemne presidida por el obispo de Segovia, Jesús Vidal, que comenzará a las diez y media de la mañana, con la Puerta del Perdón como símbolo del punto exacto donde, un 8 de junio de 1525, arrancó la que sería la última gran catedral gótica construida en España.
La vieja catedral, ubicada frente al Alcázar —el corazón del poder civil y militar—, había sufrido daños durante los combates de 1520. Aunque reparables, su cercanía al baluarte real convertía el lugar en símbolo de una tensión mal resuelta entre Iglesia y corona. Fue esa circunstancia la que llevó a decidir su traslado a un punto más elevado, sobre el solar que hoy domina la plaza Mayor.
El nuevo proyecto eclesiástico arrancó en 1525 con una peculiaridad notable, ya que a diferencia de la norma habitual en la arquitectura religiosa, que comienza las obras por la cabecera, la Catedral de Segovia empezó a levantarse por los pies. Así se aprovechaba de manera provisional la iglesia del antiguo convento de Santa Clara, en la zona donde luego se ubicaría el altar mayor. Esta solución permitió celebrar culto mientras las obras seguían su curso.
También en 1525 comenzó el minucioso traslado del claustro de la antigua catedral, pieza por pieza, hasta su ubicación actual. Diseñado a finales del siglo XV por el arquitecto Juan Guas, su preservación fue un acto de respeto hacia el legado anterior, integrándolo con naturalidad en el nuevo conjunto.
La construcción de la Catedral se desarrolló en tres grandes etapas que abarcaron más de 160 años. La primera permitió levantar las naves laterales y central, así como las capillas hornacinas que se alinean a ambos lados del templo. En esta fase también se alzó la imponente torre, que llegó a ser la más alta de España con su chapitel de madera, una estructura que desafiaba el cielo hasta que, en 1614, un rayo la redujo a cenizas. Desde entonces, la torre luce una coronación de piedra.
La segunda fase se centró en la cabecera, con la construcción de las siete capillas absidales que enmarcan el presbiterio. La tercera y última etapa (1607-1686) culminó con el cerramiento del crucero y la conclusión formal del edificio.
