El parque del Reloj es, por su peculiar diseño, un entorno propicio para el encuentro y el divertimento donde los niños son los principales protagonistas. Amplias zonas verdes y juegos infantiles hacen todo el año las delicias de los centenares de chicos y chicas que disfrutan de sus horas de ocio en esta zona ubicada en el corazón del barrio de Nueva Segovia.
Desde hace cinco años, el último sábado de julio este parque se llena de seres extraordinarios, payasos, acróbatas y titiriteros que ofrecen lo mejor de si mismos en el Festival Infantil «Nueva Segovia, nueva sonrisa». El «Festivalito» ofreció ayer su quinta edición con uno de los mejores carteles de su pequeña historia, encabezado por el encanto y la simpleza del humor del payaso catalán Tortell Poltrona. En la tradición de los mejores «Clowns», Poltrona ofreció algunos de sus mejores éxitos en el espectáculo «Post Classic» con los que hizo reir a chicos y grandes, y quiso dedicarlo a los niños palestinos de Gaza «que ya no podrán ver el circo».
La animación fue constante hasta bien entrada la noche, de la mano de las caprichosas figuras de pompas de jabón realizadas por la Compañía Made in JaBón, que hicieron pasar un buen rato a los más pequeños con enormes pompas de efectos tornasolados reflejados por la luz. Las instalaciones lúdico-escultóricas de Guixot de 8, bajo el título «Garabato de escultura», sirvieron para hacer pensar a más de uno para buscar soluciones a los aparentemente sencillos juegos que proponen al jugador.
Sobre el escenario situado junto al terrario de juegos infantiles, los Hermanos Infoncundibles mostraron un espectáculo vanguardista de circo, música y humor que consiguó llenar el aparentemente gran espacio reservado por una enorme manta elaborada el pasado año con motivo de la «Noche de Luna Llena«. Después, fue el turno de La Industrial Teatrera, que trajo «De paso», un espectáculo sobre el ciclo de la vida en clave de «clown».
Y mientras se sucedían las actuaciones, tres dragones de trapo sorprendían a unos, asustaban a otros y hacían sonreír a los más paseando por todo el recinto del Parque del Reloj, al que llegaron de la mano de la compañía Efimer.
Sólo queda esperar un año para que Nueva Segovia vuelva a ser la tierra de la fantasía a la que todo el mundo quiere llegar.
