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Crisis de decencia… y no pasa nada

por Luis López
6 de junio de 2025
en Tribuna
Luis Lopez El Espinar Ok
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La política actual por aberrante no es política, es hipocresía. Nos han hecho creer que la “res política” es intriga y enfrentamiento cuando en realidad debiera ser colaboración para alcanzar las metas comunes. En Alemania no será la primera vez que las posiciones moderadas, a derecha e izquierda, se unen para alcanzar un consenso de gobierno. Pero en España, no es posible porque somos cainitas. Acuérdense del presidente Sánchez en sede parlamentaria prometiendo levantar un muro entre españoles ¡Y lo peor es que lo está consiguiendo! Un muro que desgaja a la sociedad española en dos partes, según él, opuestas e irreconciliables. Los míos y los otros. ¿De verdad alguien que piensa así me tiene que representar? Con este percal se abrió más la veda de la demagogia y del cinismo. De la falsedad y la impasibilidad hecha política. ¡Y no pasa nada! Nos hablan de crisis económica, coyuntural, laboral, social… pero lo que hay es una crisis de decencia. ¡Mazarino ha regresado!

En la política del oportunismo es necesaria la visceralidad; no hay nada que movilice más que las emociones. Desde ahí es más fácil manipular a la masa que al individuo. Y ese es uno de los secretos de nuestra política nacional y por eso si flaquea la movilización, se saca a pasear cualquier mentira amplificada por los medios afines o mejor a Franco. ¡Y punto! Pocos dictadores fueron políticamente tan rentables diez lustros después de su muerte. Así se configura una ideologización social llena impasividad ciudadana y de sandeces de esas que no pasan factura pero que nos cuestan dinero y a la que los propios, sin atisbo de crítica, aplauden con fervor. Tampoco había visto a una vicepresidenta del Gobierno poner en duda la presunción de inocencia, ni imputaciones a diestro y siniestro en el entorno del ejecutivo -¡Lord Acton, va a ser verdad que el poder corrompe!- ni conspiraciones contra la Guardia Civil, ni enchufes a meretrices… ¡Y no pasa nada! Se me está acabando la capacidad de sorpresa ante la dictadura de la estupidez interesada, de las arengas ideológicas de trinchera y de los méritos de partido. Lo dijo Guerra: “Quien se mueve no sale en la foto” y continuó Iglesias “En política no se pide perdón; se dimite” Por eso nadie reconoce su culpa. Y así ocurre, vemos a políticos provinciales amparando la reducción del AVE en Segovia o, indirectamente, la ampliación de la deuda segoviana por condonación de la catalana porque en ello les va el puesto. ¡Y no pasa nada!

Las luces cortas partidistas de los acatadores y paniaguados venden una visión decimonónica de la política española. Una posición interesada cuyo manual marca un protocolo identitario básico: la derecha se nutre de empresarios, ricos, creyentes, taurinos y “pegatiros” y la izquierda está llena de obreros, pobres, ateos, animalistas y “perroflautas”. Y de ahí no salen. Y claro, no se admiten preguntas porque quedarían en evidencia sus vergüenzas.

Nunca el interés general estuvo más desdeñado igual que nunca entendí el término progresistas y conservador como línea que separa el pensamiento político de las personas. ¿Quién es el conservador en Cuba o en Corea del Norte? ¿Quién es el progresista?  Parece que con una sola palabra se puede teñir cualquier discurso facilón; facha o rojo.  Nos dejamos tratar como estúpidos mientras que mercadean con nuestros votos… ¡y no pasa nada! Y, sin embargo, el bien común no debiera ser distinto gobierne quien gobierne porque el bien común —toma obviedad— es el de la mayoría. No, estamos en un escenario en que se es capaz de justificar, en horas, una cosa y la contraria… ¡y no pasa nada! En política hay mucha Leire de estómago agradecido haciendo méritos.

Tal vez esto no pasaría con un sistema de listas abiertas y recortando las empalagosas alas a los partidos. ¡Seguiré soñando! Ahora lo único que queda es pedir elecciones anticipadas y cruzar los dedos para ver si el “fuego amigo” de las urnas acaba echando de su poltrona a los mentirosos y caraduras. Vivimos una crisis de decencia… y no pasa nada.

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Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda

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