La danza siempre ha sido un pilar importante en el Festival de Segovia y, desde hace varios años, no hay edición en la que no esté presente. Por ello, este año tampoco podía faltar y, además de las actuaciones programadas —como el espectáculo de Clara Bueno, ‘Tórtola Valencia, mujer eterna’, el día 28 en San Juan de los Caballeros; o la actuación de Uniqart Dance Company, el día 31, a las 22.30 horas en el Jardín de los Zuloaga, entre otras—, la danza está presente en imágenes.
Desde ayer, el patio del Colegio de Arquitectos de Segovia acoge una exposición de fotografías de Josep Aznar sobre momentos históricos de algunas actuaciones que se vieron en España en los años 70, 80 y 90 del siglo pasado. Son treinta imágenes en las que no se recoge el momento más esperado de la representación, sino instantes puntuales que reflejan la labor de los bailarines, momentos brillantes en los que la pose, el vestuario y el gesto de los protagonistas son lo único importante.
Clara Luquero, alcaldesa de Segovia, explicó en la inauguración de esta muestra que Josep Aznar es “un enamorado de la danza” y eso se refleja en su trabajo, en cada una de las fotografías que forman esta exposición, que puede visitarse en el Colegio de Arquitectos hasta el próximo 31 de julio.
Teresa Tardío, directora del Festival de Segovia, señaló la importancia de estas imágenes, que reflejan el mundo internacional de la danza cuando España empezaba a abrirse a ella y que vienen acompañadas de cuatro piezas de vestuario originales. Se trata de casacas y tutús de los bailarines principales de la compañía de Víctor Ullate para la representación de ‘El Quijote’ y de una casaca de Iker Murillo que viste cuando da vida a Romeo con el Ballet de Zurich.
Retazos de un mundo mágico que llegan a Segovia gracias a Perfecto Uriel, director de la Casa de la Danza de Logroño, quien asegura que “el archivo de estas fotografías, para la danza, es el mejor legado que siempre será testigo de los momentos brillantes que la danza ha ofrecido en nuestro país”.
