El Acueducto contempla cada jornada el discurrir de coches, camiones y peatones por la avenida Padre Claret, cuyo firme ha sido objeto de repetidos arreglos, parches y sustituciones a lo largo de los últimos años, con resultados dispares tirando a desastrosos.
La vía se encuentra dentro del área de protección de este Bien de Interés Cultural (BIC). Durante décadas, cualquier actuación sobre el pavimento requería de un informe preceptivo y vinculante por parte de la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León. Sin embargo, con la entrada en vigor de la nueva Ley 7/2024, de 20 de junio, de Patrimonio Cultural de Castilla y León, ese marco ha cambiado de forma sustancial.
El PEAHIS es la clave.
Lo que hasta hace poco requería de una autorización concreta de la Junta puede, en determinados supuestos, quedar bajo el ámbito exclusivo de decisión del Ayuntamiento, pero hay condiciones. La clave se encuentra en el Plan Especial de Áreas Históricas de Segovia (PEAHIS), que delimita los criterios de intervención en el área monumental y en sus entornos de protección, lo que incluye expresamente el espacio urbano por el que discurre la avenida Padre Claret.
La Comisión de Patrimonio emitirá un informe si así se lo solicita el Ayuntamiento, pero éste ya no será ni preceptivo ni vinculante
Según establece la nueva legislación, cuando existe un plan especial aprobado con un informe favorable, y la intervención prevista se ajusta de manera expresa a lo dispuesto en el mismo, ya no es necesario solicitar el informe previo de la Comisión Territorial de Patrimonio. De este modo, si el Ayuntamiento desea acometer un nuevo arreglo en la avenida, solo tendrá que comprobar que el material, diseño y ejecución del proyecto se corresponden con lo previsto por el PEAHIS.
Este cambio normativo dota a los ayuntamientos de mayor autonomía siempre que se ciñan a las reglas del planeamiento especial. En la práctica, y centrando el foco en la avenida Padre Claret, esto significa que la Comisión de Patrimonio ya no tiene por qué pronunciarse si no hay una alteración sustancial de los valores protegidos o si el cambio de pavimento no afecta directamente al monumento.
La avenida Padre Claret es, por tanto, un caso límite en el que la normativa, la planificación urbanística y la realidad técnica de las obras confluyen. El firme presenta defectos de forma reiterada, debido al elevado tráfico rodado y a la tensión estructural que provocan los autobuses que circulan por ella. Cada actuación es provisional. El adoquín se levanta, se mueve, genera baches. Por otro lado, el uso de asfalto convencional plantea problemas estéticos y patrimoniales, ya que podría desentonar con el paisaje urbano del entorno del Acueducto.
El asfalto estampado se presenta como una posible solución al problema, ya que combina la resistencia con
una apariencia que imita al adoquín
Ante esta disyuntiva, el municipio ha optado por una solución intermedia como es el asfalto estampado. Este material combina las propiedades mecánicas del asfalto con una apariencia superficial que imita el adoquín tradicional. Se aplica mediante calor y moldes que reproducen el dibujo deseado, y puede pigmentarse para lograr tonos similares a la piedra natural. Aunque en Segovia no se ha empleado aún en intervenciones de este tipo, en el informe que ha realizado el Ayuntamiento de Segovia se señala que ese asfalto será el utilizado para tratar de recomponer la zona baja de la avenida ya que cumple con los parámetros del PEAHIS y respeta la integridad visual del entorno, siempre que la comisión de cumplimiento del Plan considere que esta solución se adecúa a la normativa.
No se descarta el informe.
Aunque ya no existe la obligatoriedad de pasar por la Comisión de Patrimonio para recibir la autorización, no se descarta que el Ayuntamiento remita ese informe a la Comisión para que ésta tenga la posibilidad de emitir un informe de asesoramiento. Pero la última palabra la tiene ahora el Consistorio.
La posibilidad de utilizar materiales alternativos al adoquín tradicional se ha planteado ya en reuniones técnicas del Ayuntamiento. En ellas, se ha valorado la posibilidad de redactar un pliego de condiciones que contemple diferentes opciones, siempre dentro del marco del plan especial. En este sentido, desde la Junta insisten en que el PEAHIS es la herramienta clave para dirimir estas cuestiones: si el material se ajusta a lo previsto en el plan, no hay impedimento para su aplicación. Si no está contemplado o hay dudas razonables, la opción más prudente sigue siendo consultar a la Comisión Territorial.
El presupuesto, para la próxima semana.
El Ayuntamiento desestimará en el próximo pleno las alegaciones presentadas al presupuesto municipal para el ejercicio 2025, aprobado inicialmente el pasado 9 de abril. Con este trámite, el equipo de Gobierno espera dar por concluido el proceso administrativo y comenzar a operar con unas cuentas que siguen pendientes de su entrada en vigor.
Las cuentas, que ascienden a 81 millones de euros, fueron aprobadas con el voto de calidad del alcalde y la abstención clave de la concejala de Ciudadanos, Noemí Otero, tras un acuerdo político. El presupuesto quedó sometido a exposición pública durante un plazo de 15 días hábiles, lo que ha permitido la presentación de alegaciones que ahora deben ser formalmente respondidas y, previsiblemente, rechazadas, de manera que, en ocho días, puede haberse realizado el volcado del presupuesto por parte de Intervención.
Mientras tanto, la actividad permanece limitada por la prórroga presupuestaria, lo que impide poner en marcha numerosas actuaciones comprometidas por el equipo de Gobierno. “Este mismo jueves, en la Junta de Gobierno Local, ya va el derribo del parque de bomberos”, ha adelantado el edil como uno de los primeros contratos que comenzarán a tramitarse de forma inmediata una vez estén disponibles las nuevas cuentas.
El presupuesto para 2025 contempla más de 8,3 millones de euros en inversiones reales, entre las que figuran actuaciones en zonas verdes, renovación de parques infantiles y de mayores, obras de accesibilidad y mejoras en edificios municipales. También se recogen partidas clave para la renovación de polígonos industriales, programas de dinamización comercial como la tarjeta monedero, y un refuerzo en las subvenciones culturales y al tercer sector.
Reparado el socavón de La Hontanilla.
La Concejalía de Obras ha culminado recientemente los trabajos de reparación del socavón que se produjo hace ya varios años en el paseo de la Hontanilla, a los pies del Alcázar. La intervención ha permitido corregir una fuga en la bóveda que canaliza el arroyo Clamores, causante del hundimiento del terreno en una zona que durante varios años permaneció vallada y encintada para evitar accidentes, pero sin poder arreglarse.

Horcajo atribuyó el retraso en la reparación a la elevada carga de trabajo del servicio municipal de aguas
La actuación, según explicó el concejal de Obras y Servicios, José Luis Horcajo, ha consistido en una obra de pequeña envergadura pero técnicamente necesaria para estabilizar el entorno. “Lo que se hizo fue un pequeño proyecto, una obra menor. Por una fuga se había ido la tierra en la parte lateral de la bóveda, y lo que se ha hecho ha sido tapar con mortero y piedra la zona por donde se escapaba el agua”, señaló el edil.
Una vez corregida esa vía de escape, los operarios procedieron a cubrir el hueco con tierras y a reforzar la solera, devolviendo estabilidad a la superficie. Horcajo atribuyó ese retraso a la elevada carga de trabajo del servicio municipal de Aguas, que gestiona múltiples proyectos en paralelo. “Se han establecido otras prioridades”, reconoce el concejal, que también alude a la necesidad de contratar una empresa que pudiera ejecutar el encargo con el presupuesto disponible, aunque considera este aspecto “secundario”.
Preguntado por la situación de la base rocosa del Alcázar, donde algunos ciudadanos han alertado de posibles desprendimientos, Horcajo ha confirmado que efectivamente se han registrado algunos episodios puntuales, si bien el Ayuntamiento los considera controlados y sin riesgo para la estabilidad del monumento.

“Ha habido algún desprendimiento que se ha recogido. Está controlado y revisado, pero en principio no hay ningún riesgo. Son piedras calizas y, de vez en cuando, tienen pequeños desprendimientos. Es relativamente normal”, ha explicado. El edil asegura que cuando se producen lluvias intensas o heladas, es habitual que parte de esa roca se agriete y termine cayendo, aunque hasta la fecha no se han detectado daños de consideración.
