En el su escrito, la junta vecinal denuncia problemas de asfaltado de calles, acondicionamiento y limpieza de zonas verdes, y apunta la necesidad de concluir las obras del consultorio, de arreglar el cementerio o de acometer mejoras en el firme de la conocida Plaza de las alcaldesas, entre otros temas.
La junta vecinal acusa al Ayuntamiento y a su alcalde de «dejarnos de lado; nos usan, usan el dinero que recaudan de nuestros impuestos y repercute lo mínimo», añadiendo que preferirían no formar parte del municipio de Segovia y que «si no nos tienen en cuenta y hacen algo, será el barrio de Zamarramala el que tome la palabra».
En respuesta a este escrito, el alcalde de la ciudad, Pedro Arahuetes, aseguró que todo se debe a «una estrategia del PP, que ya viene siendo habitual a los dos o tres años de comenzar cada legislatura», para sostener también que no encuentra «ningún elemento que acredite ese estado de abandono del que hablan, ni en este ni en ningún otro barrio incorporado».