La Fundación AVANZA, abierta en 2024 por el PSOE, acaba de publicar un documento que marca la hoja de ruta para la socialdemocracia ante los nuevos retos globales de defensa. “Desafíos y Oportunidades para una Unión de la Seguridad y Defensa Europeas” es el título del informe que plantea “medidas necesarias en clave europea para enfrentar las amenazas”, situando a Rusia como el núcleo de peligro para las democracias occidentales. Entre las propuestas del think tank (tanque de pensamiento), está el reclutamiento de 300.000 efectivos militares adicionales y un incremento sin precedentes del presupuesto de Defensa desde la II Guerra Mundial.
El PSOE puso en marcha hace casi un año, en julio de 2024, la Fundación Avanza (Laboratorio de Ideas de Progreso). En su puesta de largo, el secretario general Pedro Sánchez resaltó que la entidad recién nacida debe aportar ideas para convertirlas en realidad, alejándose de planteamientos excesivamente teóricos. Así señalaba de alguna forma con el dedo a las tradicionales Fundación Pablo Iglesias y la Fundación Alternativas, de operatividad reducida en comparación con otras entidades como la FAES (Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales), en marcha desde 1989 bajo el liderazgo de Aznar.
El actual mandatario español señaló durante la presentación del “laboratorio de ideas” que sus propuestas “son para ser llevadas a la práctica, así se afianzan en el imaginario colectivo”. Tal visión aspira a que los informes generados por AVANZA se conviertan en proyectos, señaló el jefe del Ejecutivo ante la plana mayor del Gobierno y del partido en el poder. Además de utilizar la Fundación como punta de lanza ideológica y centro de pensamiento, la necesidad política expresada por Sánchez radica en moldear una entidad mucho más práctica que las existentes. El hombre fuerte de Ferraz se comprometió a que sus ideas no caigan “en saco roto” y sirvan de “guía para orientar muchas decisiones” que adoptará el Gobierno. También animó a “repensar” algunas certezas de las que se sienten “orgullosos” los socialistas y recalcó que “siempre que fallamos en algo la culpa es de la comunicación, pues igual no, igual necesitamos repensar de nuevo algunas de las certezas que dábamos por hecho”. En la misma línea se manifestó Manuel Escudero, presidente de la Fundación AVANZA, exdiputado socialista y economista, recalcando que la premisa de su fundación es “rearmarse” frente al “nuevo pensamiento de ultraderecha”
Ahora, diez meses más tarde, sale a la luz el informe Desafíos y Oportunidades para una Unión de la Seguridad y Defensa Europeas, publicado el pasado 27 de abril. Varios medios de comunicación apuntaron tras su difusión que en el documento se evidenciaban fricciones con Bruselas, porque expresaba en negro sobre blanco que “la Comisión Europea ha lanzado un mensaje de rearme para el que la opinión europea no estaba preparada”.
Sin embargo, varios observadores señalan que lo relevante que plantean las dieciséis páginas del informe es una batería de medidas concretas para atender necesidades urgentes. Entre las imprescindibles “en clave europea” para arrostrar las amenazas, cabe destacar el “aumento de efectivos europeos, suficientes en cantidad y calidad: se calculan del orden de 300.000 efectivos más necesarios para garantizar su suficiencia sin contar con Estados Unidos, para lo que hay que mejorar los planes de reclutamiento, reserva y retribución militar”.
No se especifican las líneas maestras de dichos planes, pero en España se considera personal militar a los individuos que forman parte de las Fuerzas Armadas y están en servicio activo, son reservistas o trabajan en la Administración Militar. España cuenta con cerca de 122.000 efectivos militares en activo, según el Anuario Estadístico Militar de 2022, más otros 13.005 en la reserva. El escrito de AVANZA aclara que “la primera prioridad para Europa es poder reemplazar los 20.000 soldados que Estados Unidos desplegó al inicio de la guerra en Ucrania y que ahora podría retirar. El Instituto Bruegel (21 febrero 2025) ha publicado un Informe en el que estima que para disuadir al ejército ruso Europa podría necesitar 300.000 soldados más y un aumento del gasto en defensa de al menos 250.000 millones de euros”.
El informe sostiene que “incrementar el gasto en defensa en relación al PIB es un objetivo a cumplir desde la cumbre de Gales de 2014: alcanzar el 2% del gasto/PIB para todos los países OTAN, asumido también por la Unión Europea; desde la invasión de Ucrania el 2% se considera un mínimo, tendiendo ya al objetivo del 3% como suelo de mínimos, con la meta recientemente marcada por el Presidente Trump de llegar al 5% (no asumida por la mayoría de los países)”. Como informó el pasado 18 de mayo El Adelantado de Segovia, el Gobierno planea nuevos aumentos del gasto militar sin autorización del Parlamento.
Pero no basta con el aumento de personal militar y de los recursos económicos centrados en este proceso de rearme para las guerras del futuro, porque AVANZA apunta también a la estructura de mando y control. Por eso señala que “difícilmente puede plantearse la operativa de Fuerzas Armadas europeas, Ejército Europeo o Fuerzas europeas de despliegue, si no hay una estructura de mando europea permanente”. Por ello considera urgente “crear un Cuartel General Europeo permanente con sede en Bruselas, una estructura de mando y control militar permanente de la UE, al modo del Supreme Headquarters Allied Powers Europe, (SHAPE) de OTAN y con un mando supremo europeo, un SACEUR europeo General de cuatro estrellas. Un Cuartel General europeo permanente que haga planes de la defensa, que asigne fuerzas y dirija las operaciones; es decir, que a partir del nivel de decisión política, emanada del Consejo Europeo, se traslade a los niveles estratégico y táctico para la ejecución de operaciones”.
En cuanto a la Industria Europea de Defensa, el documento del laboratorio de ideas insta a “repensar la Estrategia Industrial Europea de la Defensa (EDIS) y la Agencia Europea de la Defensa (AED) porque persisten los problemas, la insuficiencia de su desarrollo y la falta de capacidad europea para imponer compras conjuntas y compras eminentemente europeas; persisten plazos de entrega largos, falta de planificación, financiación insuficiente y una legislación adecuada para que las empresas tengan seguridad en los proyectos, y muy relevante, evitar dependencias para disponer de tecnológica propia europea”.
El informe apunta con nitidez al adversario de la Unión Europea: “Hay que calibrar la amenaza que supone Rusia para Europa. Las medidas que se planteen los europeos tienen que pensarse en respuesta a la amenaza concreta, actual y a futuro, que representa Rusia para Europa. Y Rusia ha sido muchas cosas con relación a Europa a lo largo del tiempo. Ha sido un aliado en la lucha contra el nazismo en la segunda guerra mundial; ha sido un adversario y un enemigo en la era soviética; ha sido un “socio europeo estratégico” de la UE y la OTAN en el espacio post soviético; ha sido un partner, un miembro del Consejo OTAN-Rusia (NRC) desde 2002 hasta 2014, con la última reunión en 2022, justo un mes antes de la invasión a Ucrania”. Y añade, en ese sentido, que “la guerra en Ucrania ha hecho despertar abruptamente a las sociedades europeas de su letargo de paz y seguridad. Mientras los escenarios de conflicto bélico estaban lejos, no se reconocía o no se quería reconocer el coste de la defensa de los valores occidentales y de las democracias. Pero la amenaza existe y cada vez más en un orden mundial que se mueve por el poder duro. Si no hay límites al poder, hay sumisión y habrá perdida de los valores que disfrutamos en el espacio europeo”.
El dossier hace hincapié en la necesidad de nuevos enfoques, dado que “los europeos no nos enfrentamos a una sola guerra en el continente europeo, en realidad podría considerarse que son dos guerras en una: una guerra convencional en Ucrania, guerra por territorios y por la recuperación del espacio post soviético, que puede continuar o ampliarse en Moldavia, Georgia, Países bálticos. Y un conjunto de ataques a la seguridad y estabilidad de los países europeos de la UE y de la OTAN con procedimientos de guerra hibrida basada en sabotajes, subversión, influencia electoral, desinformación, uso de la inmigración irregular como forma de desestabilización, financiación y penetración en partidos políticos, y ciberataques”. Precisamente esta semana se ha difundido entre los medios de comunicación un informe en el que Seguridad Nacional acusa a Rusia de haber aprovechado la DANA para extender el bulo de que España estaba sumida “en el caos”.
El documento que firma AVANZA lamenta las carencias del punto de partida actual y señala: “Si el desafío en el ámbito militar es grande, en la guerra hibrida es donde se concentra la necesidad de mayor inversión en efectivos y medios, algo para lo que muy pocos países europeos están preparados y en los que más difícil es establecer los canales de cooperación europea, que son específicos y singulares en cada caso”. Por ello, insiste el análisis, “la suma de veintisiete países no configura un actor geopolítico. Hemos de tener una fuerza de defensa europea propia capaz de proteger nuestras democracias y valores. La Unión Europea no puede renunciar y resignarse a un orden mundial sin Europa.
El estudio matiza que “parar la guerra no es rendirse a la estrategia de Putin, sino que significa que Rusia tiene que asumir responsabilidades y garantizarse medidas de cumplimiento para Ucrania sostenibles en el tiempo, en las que UE tiene que estar presente.” Y remacha, para justificar el proceso de militarización, que “la Unión Europea debe articular de manera inaplazable su propia defensa: integrando una Defensa Común y desarrollando el Pilar europeo de la OTAN. Las Alianzas son positivas, las dependencias lastran.”
Como apertura del informe aparecen dos citas significativas. Por un lado, una frase del ex secretario general de la OTAN, Javier Solana, donde se enfatiza: “Si no actuamos juntos ahora, seremos irrelevantes, como muchos señalan de forma convincente”. A continuación, aparece la sentencia de Josep Borrell: “La autonomía estratégica es, desde esta perspectiva, un proceso de supervivencia política.”
La propuesta de Ferraz que defiende el presidente de la Fundación AVANZA, Manuel Escudero, concluye que se trata de “defender en el plano teórico como el mejor ejemplo de un posicionamiento político socialdemócrata, con el fin de que “defender con rigor” las ideas progresistas y socialdemócratas. El informe completo se puede consultar en http://lab-avanza.es
Mentalización a toda mecha
Una de las preocupaciones que se expresan en el trabajo de la Fundación es la necesidad de “cuidar e informar debidamente a la opinión pública europea. Informar con rigor y veracidad, sin alarmar. La Comisión Europea ha lanzado un mensaje de rearme ReArm Europe, para el que la opinión pública europea no estaba preparada. Tras años de dilación y retrasos en inversiones y medidas estructurales, en muchos casos más políticas que presupuestarias, una llamada al rearme y al endeudamiento para el gasto militar puede tener un efecto boomerang en los países europeos. Se anima a los Estados miembros a incrementar por sí mismos el gasto militar, de entrada con cargo a deuda, con metas extraordinarias, antes incluso que se presente el Libro Blanco de la Defensa, o se concreten los medios de financiación, lanzando a los Presidentes de los Estados miembros a convencer a sus respectivas opiniones públicas de la bondad de un proyecto comunitario sin garantizar el suficiente apoyo comunitario, que debería serlo totalmente, porque hablamos de la seguridad integral de la Unión”.
En relación a las necesidades “pedagógicas”, la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) y el Ceseden (Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional) organizan las VI Jornadas de Seguridad y Defensa para Periodistas. Se trata de unas sesiones gratuitas para asociados y preasociados, con comienzo previsto para el próximo 26 de mayo y duración hasta el 12 de junio.
