El Gobierno de la Comunidad de Madrid no necesita de debates para considerar que los toros sean un bien cultural. Tras comenzarse a debatir en el Parlamento catalán la prohibición o no de los espectáculos taurinos, el Ejecutivo madrileño acordó ayer iniciar de oficio la tramitación del expediente para que desde este mes de marzo las corridas sean Bien de Interés Cultural (BIC), continuando con las iniciativas que impulsa desde hace dos años en defensa de la Fiesta Nacional.
Así lo anunció el vicepresidente y consejero de Cultura de Madrid, Ignacio González, tras el Consejo de Gobierno que acordó que la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad inicie este mes el acto de incoación del expediente, de manera que desde el comienzo de ese trámite la Fiesta queda protegida como Bien de Interés Cultural.
El Ejecutivo de Esperanza Aguirre se convierte así en el primero que decide salvaguardar el mencionado espectáculo como hecho creativo relevante.
Esta decisión se toma de acuerdo con la Ley de Patrimonio Histórico Artístico, que establece la posibilidad de declarar BIC los «hechos que reúnan de forma singular y notable valores propios de las tradiciones y costumbres» de esta región, como, aseguró González, sucede con los espectáculos taurinos.
Una actuación de la Administración regional que, según admitió su vicepresidente, «es evidente que tiene mucha relación», aunque «no es una consecuencia», del debate abierto en el Parlamento de Cataluña sobre la prohibición de las festejos de toros en esa región, en el que toman parte una treintena de ponentes, entre toreros, filósofos, escritores y científicos.
Con la medida aprobada ayer, la Fiesta queda salvaguardada en la Comunidad de Madrid, lo que implica que los Ayuntamientos se comprometen a colaborar y a proteger los valores taurinos y que éstos se divulgarán, por ejemplo, en las escuelas de la región.
Asimismo, se promocionará y protegerá el derecho de los ciudadanos a asistir a las corridas y festivales taurinos al considerarlos actos culturales que estarán protegidos por el correspondiente régimen sancionador.
La política madrileña, Esperanza Aguirre, declaró después de que su Gobierno iniciara el expediente, que «la Fiesta debe ser protegida», porque, «solo hay que ver que, desde Goya, Picasso o García Lorca o, fuera de nuestras fronteras, Hemingway y Orson Welles, lo consideraron un arte».
Por su parte, ecologistas, verdes y antitaurinos tildaron de «pataleta demagógica» y «retroceso» la decisión de declarar Bien de Interés Cultural la llamada Fiesta Nacional y criticaron que con ello la mandataria regional «quiere politizar un asunto aprovechando el debate sobre su prohibición que desarrolla actualmente el Parlamento catalán»
El portavoz de Ecologistas en Acción, Teo Oberhuber, afirmó que a la mayoría de los madrileños «no les gusta este espectáculo de maltrato a los animales».
