El Príncipe Felipe volvió ayer a dar suerte a España, como ya hiciera en muchas otras ocasiones que casi no caben en esta página, si bien la final del Mundial de Sudáfrica es la más famosa de todas. Aunque no acudió esta vez con Doña Letizia, el Heredero de la Corona transmitió toda su energía positiva a un combinado que no se cansa de ganar.
Esta vez, Don Felipe no sufrió tanto como en Johanesburgo, porque la ‘roja de los gigantes’ tuvo el partido controlado prácticamente desde el inicio, con lo cual se podía permitir mantener la compostura y esconder de algún modo ese gran forofo que es. Una lástima, porque siempre ha dado muchísimo espectáculo con sus brincos, dándole a nuestras más agónicas victorias -e incluso derrotas- tintes de épica. Pero, en esta ocasión, al estar tan por encima de sus rivales, llega hasta aburrir un poco. Que siga así, que siga.
En las gradas hubo color y no faltaron caras guapas y conocidas como la de Helen Lindes, miss España 2000, que sale con Rudy Fernández desde hace unos meses -ya conoce a sus padres y todo-, y que no pudo quitarse de encima a los ‘paparazzis’. ¡Seguro que su chico no es capaz de zafarse de ellos como de defensores como Pietrus, Noah, Kaman y un largo etcétera.
Antes de que comenzara la ‘batalla’, hubo lugar para la nostalgia. Los familiares y amigos de los jugadores de la selección española quisieron realizar su particular homenaje a Javier Claver y Alfonso Reyes durante la gran final del Eurobasket. El progenitor del madridista Felipe -y de Alfonso ‘Robocop’, que ya jugó en la ‘roja’ hace años- falleció hace pocas semanas, mientras que el progenitor del bravo jugador del Valencia murió a finales de mayo.
Ahora es el momento de la fiesta, de la celebración de un grupo de 12 amigos que ha vuelto a hacer historia, llegando al nivel de la URSS de Sabonis y Thachenko y la Yugoslavia de Petrovic y Dalipagic. Así, la selección nacional ofrecerá hoy el título continental a los aficionados en la plaza de Callao de Madrid.
Después de múltiples cánticos, baños en champán y de recordar ‘ritos’ de guerras pasadas como en Japón o en Polonia, la selección cenó en la Casa de España, situada en la planta tercera del Zalgirio Arena, junto a sus allegados para, posteriormente, partir hacia el aeropuerto de Kaunas y tomar un vuelo privado con destino Madrid, que llegó sobre las tres de la mañana. Muchos aficionados, que no se cansan de ver ganar a sus colores, les esperaban en Barajas exultantes.
Nada más llegar a la capital de España, la expedición tenía previsto ir a la Hotel Meliá Castilla, donde, presumiblemente, habrán dormido unas horas, antes de desplazarse al Palacio de La Moncloa, en donde el presidente del Gobierno recibirá a los campeones a partir de las 13,30 horas.
Seguro que más de uno ya piensa en Eslovenia, donde se jugará en 2013 el próximo Europeo. Posiblemente allí ya no se pueda disfrutar de Pau Gasol -muy contento porque su amigo Navarro sea el MVP del torneo-, que se despedirá posiblemente de la selección el próximo año en los Juegos Olímpicos de Londres. Pero eso ya es otra historia. Lo que toca ahora es seguir disfrutando de los ‘juniors de oro’ y de los récords, que uno tras otro, van cayendo. De todos modos, el futuro está más que garantizado con gente joven como Ibaka, que el pasado sábado cumplió 22 añitos.
